
Una película sobre la pasión por el cine
Entrevista con el actor francés Louis-Do de Lencquesaing, protagonista de El padre de mis hijos , que se estrena este jueves
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Louis-Do de Lencquesaing vino a la Argentina para acompañar las proyecciones de El padre de mis hijos , el film de Mia Hansen-Love que tras ser proyectado en las muestras de Pinamar y Punta del Este estrenará el jueves Distribution Company. No es conocido aquí su complicado nombre ("tiene la ventaja de que es difícil de olvidar una vez que se lo ha aprendido", dice él). Sin embargo, el actor francés de 46 años ha trabajado a las órdenes de algunos de los directores más renombrados de Europa: Chabrol ( Madame Bovary ), Godard ( Hélas pour moi ), Michael Haneke ( Caché-Escondido ), Olivier Assayas ( Los destinos sentimentales ), y lleva filmadas unas treinta y cinco películas. Todo tiene su explicación: el productor de cine retratado en el film que en Cannes ganó el premio especial de Un Certain Regard es su primer papel protagónico. "En francés", aclara él, porque también lo fue en una comedia norteamericana, How To Seduce Difficult Women , en la que daba lecciones de seducción a la francesa.
Hansen-Love lo eligió por su aire aristocrático y su carisma. Pudo haber sido también por su simpatía y por la vitalidad que desborda en la charla. Es seductor, como el personaje que interpreta en el film. Grégoire Canvel está inspirado en la figura de Humbert Balsan, importante productor independiente (lo fue de Maurice Pialat, de Elia Suleiman, de Pierre Kast, de James Ivory y, en especial, de Youssef Chahine), que se suicidó hace ahora cinco años, agobiado por las deudas. "Un enamorado del cine, inteligente, delicado, generoso y con mucho humor", define Louis-Do. Y añade: "Dicen que el humor es la cortesía de la desesperación".
El productor y sus familias
El lo conoció poco. Nunca se atrevió a hablarle del proyecto que tenía para debutar como director, como le aconsejaban sus amigos, ya que Balsan corría riesgos y apoyaba el cine que no tendría fácil salida comercial. "Pero en una comida cinco meses antes de su suicidio -cuenta-, estuvo sentado a mi lado. Hablamos durante horas. Sobre producción, que a mí me interesa mucho y es un ambiente que no me es extraño. Mi padre era banquero (empleado de banco, decía él), así que no le tengo miedo al dinero y me encanta organizar cosas. Balsan era un poco el padre de sus equipos, como lo es Canvel en la ficción. En realidad, es el rol que cumple el productor cuando trabaja con amor y con fe. El cine francés ha quedado un poco culposo con la muerte de Balsan. Los bancos lo abandonaron. Lo mató el dinero."
-No hay muchos Balsan hoy.
-Más de los que uno creería. Paulo Blanco, por ejemplo, que ha producido muchos films de Manoel de Oliveira. Pero prefiero no hablar de Paulo porque trabajé con él y aún me debe dinero.
-¿Es usted tan hiperactivo como Balsan? Además de cine, ha hecho TV, dirigió cortos, actúa, dirige y produce teatro...
-Pero eran films que me comprometían por dos días, cuatro, una semana. Papeles cortos. El de El padre de mis hijos es el que me llevó más tiempo. Y del teatro (en el último espectáculo trabajé con mi amiga Marilú Marini), estoy algo alejado ahora: cuestión de costos. Lo extraño, sí, pero como ámbito, como lugar protector. Es como el útero materno para mí.
Louis-Do siente que el film ha sido como una bisagra en su carrera ("será porque mi padre murió durante la filmación, por la experiencia del trabajo o por la intensidad del papel, pero salí de verlo, y de verme, y me dije: «Ahora soy un hombre»). Es una obra sobre el amor al cine y la creación colectiva, pero también sobre la familia, la paternidad y la transmisión", completa.
En el principio, todo gira en torno de Grégoire: en medio del vértigo de la productora, de directores exigentes, actores depresivos y costos que se disparan, o en las horas de radiante felicidad al lado de su mujer y sus hijas. Después, con su muerte, se plantean otros temas: el duelo, la ausencia, la conservación del legado. Allí crece el protagonismo de la viuda (Chiara Caselli) y de la hija mayor, de 17 años, representada en el film por Alice de Lencquesaing, que es hija del actor y cuyo trabajo ha sido aplaudido por la crítica.
"No es la primera vez que trabajamos juntos -comenta él-. Lo hicimos en Pequeñas heridas , un film de Pascal Bonitzer con Daniel Auteuil y Kristin Scott Thomas, y en un corto que yo dirigí, Ni en sueños , sobre la primera vez que una adolescente trae a su casa un noviecito para que el padre lo conozca. Pero ella ya se había lucido en Las horas del verano , de Olivier Assayas, otro film sobre el legado.
-Entonces, será su heredera. ¿Piensa que seguirá trabajando como actriz?
-Ella dice que no.
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