Wake Up Dead Man: la saga Knives Out vuelve más oscura, pero con el mismo sentido del humor y un elenco de estrellas
Daniel Craig, Josh O’Connor, Glenn Close, Kerry Washington y otros grandes actores acompañan al guionista y director Rian Johnson en este film que aborda temas como la religión y la fe, sin abandonar la vocación de entretenimiento
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¿Qué se puede hacer después de escribir y dirigir una película de Star Wars, recibida por los fans con distintos niveles de entusiasmo y exaltada indignación? Para Rian Johnson, la respuesta estuvo en volver a sus raíces, a esas historias de misterio al estilo Agatha Christie, que siempre lo fascinaron. Lo que el director no podía imaginar es que ese proyecto personal, Entre navajas y secretos, sentaría las bases de una franquicia propia. Rescatando un género que se consideraba anticuado, Johnson creó un fenómeno, sostenido por sólidos pilares: guiones que son una maquinaria perfecta, combinando suspenso y humor, y un elenco de estrellas, dispuestas a jugar por un rato.
El éxito de taquilla de ese primer film, estrenado en cines en 2019, le valió un jugoso contrato con Netflix, de 469 millones de dólares, para producir dos entregas más para estrenar en la plataforma, con el fabuloso detective Benoit Blanc, interpretado por Daniel Craig, como protagonista.
En lugar de repetirse, Johnson decidió explorar otra variante de la narrativa de misterio en la segunda película, Glass Onion: Un misterio de Knives Out, que continúa en la línea Christie en más de un sentido, pero también evoca a otras influencias clave para el director, como el film El fin de Sheila (1973), de Hebert Ross, que le dan a la película un tono distinto.
Un nuevo giro en este recorrido por el género llega en Wake Up Dead Man: Un misterio de Knives Out, la tercera película de la serie, que Netflix estrena este viernes. Con la religión y la fe como temas centrales, el film tiene un tono más oscuro y se acerca a lo gótico. Su estética es distinta a las películas anteriores, pero se mantienen las constantes de Johnson: una trama que parece un rompecabezas imposible de resolver, un sentido del humor agudo, diálogos inteligentes y, por supuesto, un elenco formado por estrellas que incluyen a Glenn Close, Jeremy Renner, Andrew Scott, Kerry Washington y Mila Kunis, entre otros.
Daniel Craig regresa como el ingenioso detective Benoit Blanc, mientras que Josh O’Connor, uno de los actores más talentosos del cine contemporáneo, se hace cargo del rol protagónico del padre Jud, un joven cura con un pasado complicado, que dejó atrás las peleas a puñetazos para dedicarle su vida a Dios.
Su entusiasmo por evangelizar es puesto a prueba cuando lo asignan a la iglesia del Monseñor Wicks, interpretado con ferocidad por Josh Brolin, quien mantiene un pequeño pero leal grupo de feligreses, que se verá afectado por una muerte en circunstancias sospechosas.
“Esto es, por lejos, lo más difícil que he escrito -dice Johnson, en una conferencia de prensa con medios internacionales, que compartió con el protagonista del film, Josh O’Connor-. Esta fue muy ardua. Y eso significa que, al final, estoy aún más orgulloso de cómo quedó y me siento muy bien, pero durante el proceso en sí… Y no fue necesariamente porque el misterio en sí fuera más complejo, aunque en cierto modo lo fue. Fueron más bien los elementos temáticos. Porque la película trata sobre la fe. Eso es algo muy personal para mí. Crecí siendo muy religioso. Fui muy cristiano de joven, hasta los veintipico. Fue una gran parte de mi vida. Y ya no soy creyente. Así que es algo que me inspira mucho. También tengo muchas personas cercanas a mí que son creyentes y otras que no. Y es algo que realmente me interesa: la idea de ver la fe desde esta perspectiva multifacética y observar todos sus diferentes aspectos con mucha honestidad, sin intentar ofender a nadie, pero con un espíritu generoso. Eso fue muy importante para mí. Y así, intentando lograr eso, fue donde me dediqué completamente al trabajo del guion”.
La temática religiosa y los sacerdotes como personajes principales hacen imposible no pensar en que Johnson se inspiró en G.K. Chesterton, el genial autor de Los misterios del padre Brown, relatos en los que el clérigo del título resolvía con astucia distintos crímenes. Sin embargo, hay otro autor que tuvo una influencia directa sobre Wake Up Dead Man y que es citado directamente en el film: John Dickson Carr.
“Más allá de las reglas del misterio del cuarto cerrado, Carr fue un escritor magnífico -dice Johnson, sobre el autor de El hombre hueco-. Y el tono de sus libros me inspiró mucho para esta película. Escribía con un estilo gótico, casi como si se inclinara hacia lo sobrenatural. Nunca llegó a hacer trampa, sino que se inclinó hacia ello y tenía un don, casi al estilo de Edgar Allan Poe, para evocar lo inquietante, sin perder humor y creando historias cautivadoras. Así que, incluso más allá del elemento del cuarto cerrado, Carr es alguien que me inspiró mucho”.
Tal como explica el guionista y director, la influencia de Carr está en el centro de la trama de la película, ya que se trata de un “misterio de cuarto cerrado”. Este tipo de narrativa policial tiene como particularidad que presenta un crimen en circunstancias que lo hacen parecer imposible, como un asesinato en una habitación en la que nadie puede haber entrado ni salido, de ahí su denominación de “cuarto cerrado” o “puerta cerrada”.
Este tipo de misterio requiere de una construcción ingeniosa y detallista, dos rasgos que definen al trabajo de Johnson. Como explicó Carr sobre el atractivo del misterio de cuarto cerrado: “Cuando nos encontramos desconcertados por algún golpe maestro de ingenio que ha desviado nuestra sospecha legítimamente en la dirección equivocada, sólo podemos aplaudir al autor y cerrar el libro con una especie de insulto admirado”.
Johnson es digno de ese insulto admirado del que habla Carr. El cineasta se luce en ese aspecto en Wake Up Dead Man, pero esto no quiere decir que el atractivo del film esté solo en su maquinaria narrativa a nivel del guion. El director de Looper: Asesinos del futuro y Star Wars: Los últimos Jedi es un obsesivo de la puesta en escena, que trabaja siempre con el mismo director de fotografía, Steve Yedlin, quien lo acompaña en su exploración de distintos estilos, según lo que quiere contar.
El trabajo de guion y el diseño visual, van de la mano con el trabajo con los actores. En las películas de Knives Out, siguiendo la tradición hollywoodense de las adaptaciones cinematográficas de las novelas de Agatha Christie y otros clásicos del género, Johnson ha convocado a estrellas consagradas y actores en ascenso, formando elencos que son un ‘quien es quien’ del cine actual. Lo cual, puede sonar intimidante para cualquier realizador, pero los sets de Johnson tienen fama de armoniosos.
“Creo que, hasta cierto punto, hay un elemento de autoselección -dice Johnson-. Porque la verdad es que estamos haciendo algo único con esto: buscamos estrellas de cine que suelen ser las primeras en la lista en cualquier otra película y que cada una es protagonista en sus propias películas, para actuar en un reparto de verdad e interpretar sospechosos. Quien diga que sí, no es porque necesita hacerlo. La única razón por la que dicen que sí, es porque realmente les atrae. Y lo que Josh describió sobre querer tener esa experiencia de una compañía de teatro itinerante, la única razón por la que todas estas increíbles estrellas de cine se apuntan es porque quieren vivirla, aman a sus compañeros actores y quieren tomarse un par de meses para formar parte de esta pequeña y peculiar compañía, y no volver a su trailer y jugar al backgammon en los sets. Así que me he dado cuenta de que es esta cosa tan especial la que atrae a la gente adecuada a la fogata. Y luego sacamos los malvaviscos”.
Para Wake Up Dead Man, el director contaba desde el principio con Craig, su colaborador principal en este gran proyecto de Knives Out. La elección de O’Connor para el papel central del padre Jud está respaldada por las excelentes interpretaciones que el actor viene ofreciendo en cine, en películas como Desafiantes, La quimera y Mente maestra, y en series como The Crown.
“Ambos han hecho teatro -dice el director, sobre Craig y O’Connor-. Ambos tienen formación profesional. Ambos son actores británicos. Y hay algo que conectaba con su forma de trabajar. Y para mí, simplemente sentarme a observarlos cada día. O a Glenn Close. Ver no solo su trabajo en las escenas, sino cómo se presentaba cada día al set con la energía de alguien que acaba de conseguir su primer trabajo en la industria cinematográfica. Tenía una alegría y una pasión por el trabajo, que la emocionaba cada día, con cada pequeña decisión que tenía que tomar, con las pequeñas cosas que se nos ocurrían en el set. Creo que los más jóvenes del elenco, y me incluyo, nos inspiraba eso cada día. Así que, bueno, soy el hombre más afortunado del mundo. Tengo la oportunidad de trabajar con elencos como estos, y ese es mi trabajo”.
Para el personaje del padre Jud, que navega las contradicciones de la religión y la fe, pero también tiene que poder jugar con el humor que está presente en todo el guion, era necesario un actor que tuviera la ductilidad de O’Connor.
“Las conversaciones iniciales, sobre la fe, fueron un gran atractivo para mí -cuenta O’Connor en la conferencia de prensa-. Y eso es algo que, al igual que Rian, he tenido presente durante mucho tiempo. Crecí siendo católico irlandés, asistí a la iglesia y creo que tengo una fe muy fuerte, que no necesariamente tiene un hogar claro. Todas esas preguntas que Rian me hacía, estaban siempre presentes en mi vida. Lo digo para decir que, creo que en el fondo, podes bailar y hacer comedia si hay una verdad profunda que burbujea bajo ese papel. Y Rian es muy bueno sacando a relucir esos momentos. Significa que podes moverte por esa delgada línea entre la comedia, el dolor y la tragedia, que es lo que suele ocurrir. Creo que en todas mis interpretaciones cómicas favoritas, a menudo estás al borde de algo muy profundo. Si pensás, por ejemplo, en Faulty Towers o en la versión británica de The Office en sus inicios, cuando lo despiden, y ves dentro de alguien, este personaje cómico, pero en el fondo, hay una verdad un tanto incómoda. Así que creo que ese equilibrio fue realmente difícil”.
Esa dificultad es algo que el actor pudo transitar y salir airoso al hacerlo, gracias a su propia experiencia, pero también a la forma del director de trabajar con su elenco. “Rian es un director de actores -explica O’Connor-. Cuando entrás en un set de Knives Out, los sets son extraordinarios. Los técnicos son los mejores, insuperables. Y la escala es mayor que cualquier otra que haya hecho antes. Sin embargo, el tiempo que Rian dedica a sus actores no es diferente a estar en el set con Kelly Reichardt y simplemente resolver esas mismas preguntas: ‘¿qué impide que el padre Jud consiga lo que quiere? ¿Qué ha malinterpretado? ¿Cómo lo supera?’ Así que siempre es lo mismo, y hago las mismas cosas. Sigo guardando mis álbumes de recortes, y algunos son más raros que otros. Este es un caos, la verdad. Pero, lo abordo de la misma manera. Y la otra cosa también es con quién trabajás. Soy un gran fan de Daniel desde hace mucho tiempo, y tenemos una formación similar, ya que venimos del teatro y cosas así. Y a menudo depende de la escena. Pero te adaptás según con quién trabajes, como con Glenn Close; haciendo escenas con ella, te despertás, casi con un ataque de ansiedad, y luego te dás cuenta en el set de que ella es la actriz más elegante, juguetona y entusiasta, y entonces te das cuenta de que ese es su don. Así que sí, esos aspectos cambian, pero en realidad el trabajo siempre es el mismo”.
En este caso, la brillante interpretación de O’Connor es la pieza fundamental para que funcione toda la maquinaria de un enigma, que tiene mucho más para ofrecer que la resolución de un rompecabezas mental. Más allá del misterio del cuarto cerrado, los temas trascendentales que explora el film, están encarnados en la lucha del padre Jud contra sus propios demonios.
“Hay una frase en la película que me encanta: Jud dice: ‘Dios me ama cuando soy culpable’ -dice O’Connor-. Este personaje, un poco cerrado, ha encontrado una salida al abrirse. Creo que está lo obvio: pasar de un corazón restringido y cerrado a uno más abierto. Y eso es muy conmovedor en sí mismo. Pero creo que el contexto más amplio es la sensación de un Dios amoroso que perdona y comprende a la humanidad como algo imperfecto y poderoso en ese sentido”.
La ambición de Johnson en Wake Up Dead Man es llevar a su serie de misterios a distintos terrenos temáticos y profundizar en ellos. Las películas anteriores también tenían temas complejos, envueltos en la diversión del enigma y el glamour de sus elencos, pero en esta tercera película fue un poco más allá, acercándose a cuestiones metafísicas, sin abandonar su vocación de entretenimiento.
En ese sentido, no falta el comentario sobre la actualidad, en especial encarnado en el personaje de Cy (Daryl McCormack), un joven que quiere entrar en política y se maneja desde el más puro cinismo.
“Desde la primera película, parte de las instrucciones que me di para hacer estos films, y parte de lo que las hace emocionantes, es que me encanta este género -dice Johnson-. Sin embargo, es un género que, al crecer, creo que todos hemos visto principalmente como obras de época, generalmente ambientadas en Inglaterra, en pequeños pueblos atemporales o algo así. Y con la primera película, me di cuenta de que eso no era lo que hacía Agatha Christie. Nunca escribió obras de época. Siempre escribía para su tiempo y su momento. Sus libros, incluso más tarde en su carrera, escritos en los años 60, están ambientados en esa época. También, creo que la novela de misterio, al construir sospechosos, construye una pequeña estructura de poder dentro de ellos. Alguien en la cima va a ser asesinado. Es una gran manera de crear un microcosmos de la sociedad. Así que me pareció una herramienta muy potente para hablar del momento presente, y espero que de una forma divertida y a la vez entretenida. Cy es un ejemplo de eso. O sea, yo tampoco tengo estas películas ni guiones guardados en un cajón durante años. Intento escribirlos y hacerlos muy rápido. Porque parte de la cuestión para mí es que este es el estado mental en el que todos estamos”.
Johnson tiene varios proyectos para el futuro próximo, que incluyen una película tipo “thriller paranoico de los 70” (según le dijo a The Hollywood Reporter) y el intento de revivir la cancelada serie Poker Face, en la que el guionista y director abordó otro tipo de policial, a la Columbo. Sin embargo, no descarta volver con otra entrega de los misterios de Knives Out, algo que ya esta pensando junto con Craig.
Lo que no imagina, de ninguna manera, es dejar su serie de películas en manos de otro director y tampoco considera hacer uno de estos films con otro actor en el papel de detective. “Rotundamente no -dice el guionista y director, entre risas-. Es mío, es mío. Me lo arrancarán de las manos frías y muertas. Y de igual manera, si Daniel y yo dejamos de divertirnos… Si decide o no quiere hacerlo más, entonces, en mi opinión, la serie se acaba. Todo esto es, simplemente, él y yo haciendo estas películas juntos. Esa es la alegría que me dan. La gente puede crear otros misterios cuanto quiera, pero esto es algo que es para él y para mí”.
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