
El híbrido más extraño del Personal Fest es un dúo de hermanas que, en cruza tecno/hippie, suena como nadie. Una de ellas, Bianca, cuenta su historia.
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Una pregunta guía esta nota (y todas las que se refieren a esta banda): ¿Qué es CocoRosie? Algo se puede anotar sin lugar a dudas, y es que no hay batea que contenga a esta banda tan particular… Difícil tarea, entonces, la de encontrar una respuesta. Se puede empezar citando los híbridos con los que se ha etiquetado a CocoRosie: freak-hop, dream-pop, freak-a-tronica, opera-folk… (El que conozca algo de esto que levante la mano).
Pero si el presente es extraño, al menos el pasado es un ancla sólida desde donde se puede construir una historia atractiva. Ese pasado, en su forma de mito, las respalda: cuenta la historia que las dos hermanas que componen CocoRosie, Bianca y Sierra Cassidy, tuvieron una crianza infrecuente y nómade. Mientras papá perseguía chamanes, mamá trajinaba escuelas rurales en lo profundo de los Estados Unidos. Ambos hippies. En un momento, la familia rodante se quiebra, y la hermana Sierra termina en París, lejos de la hermana Bianca. Mucho tiempo después se vuelven a ver, sorpresa mediante, ahí mismo, en París. Corre el año 2003, y para celebrar el reencuentro deciden armar una banda. Así las cosas, no es lo mismo hablar con una que con otra… "¡No soy Sierra, soy Bianca!", sorprende una voz finita y risueña desde el otro lado de la línea, echando por tierra la entrevista pautada con Sierra. "Es que decidimos cambiarnos los teléfonos", explica. ¿Hmmm…?
Raras, raras, raras. He aquí la diferencia: mientras que Sierra se disciplinó en la lírica operística del Viejo Mundo, Bianca mantuvo virgen su intuición musical, y la alimentó con hip hop y música popular. Razón e instinto. Cuando se juntan se adormecen, despiertan, se iluminan y, eventualmente, también se confunden, se acoplan, se disgregan (salud, Girondo). Por ahora, han dejado tres registros de su extraño trip: Maison de Mon Rêve (2004), Noah’s Ark (2005) y The Adventures of Ghosthorse and Stillborn (2007). "Experimentamos todo el tiempo", dice Bianca. Y confirma que vendrá con el arsenal noisy que suena en los discos: "Siempre viajamos con una valija llena de juguetes y cosas raras. Usamos sonidos de teléfonos, de cassettes, de animales…".
Los tracks de estas chicas remiten lejanamente a la chanson, el hip hop y el trip hop; pero más aún, a tiempos idílicos que llegan desde harpas y chocan con letras duras de drogas o de la guerra de Irak. Quizás el dato más concreto para hablar de las hermanas sea la condición que comparten, por partes iguales, de ser a la vez ángel y demonio. "El reencuentro fue raro porque, en realidad, parecía que el tiempo no había pasado", dice ahora Bianca. "Todo era muy natural, fácil y divertido. Nos sorprendía lo similares que éramos. Éramos muy creativas cuando estábamos juntas". Y, a la hora de pensar qué compartían a la distancia, arriesga: "A las dos nos encantaba ir a fiestas tecno de sesenta mil personas".
-¿Cuáles fueron tus mejores momentos con tu hermana? ¿Antes o ahora?
- Diría que ahora, que todo es muy sorprendente. Y además porque podemos tomar todas las decisiones nosotras mismas.
Las hermanas sean unidas. Como así también sus amigos: dos viejos conocidos de las Cassidy, Devendra Banhart y Antony, de Antony and the Johnsons, aparecen siempre a su lado en los mapas musicales. El primero, paladín hippie en el siglo XXI y ex novio de Sierra (chismes del freak-folk). El segundo, delicado ícono transexual de la nueva escena y "uno de mis mejores amigos", según refiere Bianca. Dos nombres con peso propio en el nuevo basamento. ¿Qué si ellas sienten la influencia de ellos? "Sería difícil decirlo, pero creo que todos nos influenciamos entre nosotros, aunque hacemos música diferente. La nuestra es más ecléctica". Como sea, algo comparten entre todos: ninguno de ellos podría ganar la cima del Billboard. No es la intención, claro está. La nueva escena (¿freak-hop, dream-pop, freak-a-tronica, opera-folk?) es una fortaleza autosuficiente que protege e invita. Mientras tanto, afuera el mundo sigue como siempre… "Estados Unidos es un país conservador con la música. Pero esperemos que todo esto vaya a cambiar. Quisiera que estas ideas conservadoras fueran temporarias". Bianca suspira.






