Guido De Benedetti, 30 años con la danza

Hace 30 años, Guido De Benedetti debutaba como primer bailarín del Colón con la obra romántica del repertorio clásico por excelencia: Giselle . Ese momento de su carrera es el que el director del Ballet Neoclásico de Buenos Aires evoca hoy, cuando presenta a su compañía en el teatro Avenida para interpretar una versión propia de este ballet en dos actos sobre la original de Coralli-Perrot-Petipa.

Con Gabriela Alberti y Edgardo Trabalón como invitados en los papeles principales, el argumento, el estilo y la música (Adolf Adam) de Giselle aparecerán inalterados en las funciones de esta noche y el próximo domingo. "Pero el desarrollo técnico del cuerpo de baile y los solistas es mucho más exigente técnicamente -anticipa De Benedetti-. Por otra parte, la puesta no es convencional, sino multimediática, a partir de proyecciones que van de acuerdo con el estilo romántico, pero que emplea la técnica de hoy para la escenografía".

La segunda pieza con la que el bailarín, coreógrafo y director artístico celebrará sus 30 años con la danza se llama El gran Charles y consiste en un homenaje a Chaplin, de cuya muerte, coincidentemente, se cumplen este año tres décadas. A modo de prueba, De Benedetti y su Ballet Neoclásico mostraron el resultado de esta experiencia en Lomas de Zamora y, según cuentan, la respuesta de la platea infantil dio la nota. "Los chicos se quedaron fascinados; querían más -dice De Benedetti-. Mucha gente no va a ver ballet porque cree que no lo va a entender. Eso es un prejuicio. Este es un espectáculo de esos que se suele decir «para toda la familia» y, personalmente, hasta creo que es didáctico".

Rápidamente, De Benedetti admite que uno de los motivos por los que creó El gran Charles fue para hacer este arte accesible al gran público; sin embargo, ahonda en la intención de homenajear al grande del cine mudo. "Chaplin es un referente como creador. Para este trabajo, tomé esos personajes reiterados en sus producciones, los arquetipos (el policía, la chica pobre, el pibe, la mujer fatal), y los puse en un ballet que empieza justo un día antes de su muerte, cuando él piensa su última película, y elige la danza como lenguaje para volver a escaparle a la palabra.

Los dos estrenos se verán en sólo dos funciones, esta semana y la próxima.

Por Constanza Bertolini

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