
Antes del show en la Argentina, Mr. Megadeth les apuntó a sus ex compañeros y habló del futuro incierto de su banda.
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Hace tres años, Dave Mustaine anunciaba la separación de Megadeth debido a un trastorno neuromotriz. En 2004, recuperado, el colorado intentó reunir al bajista Dave Ellefson (hasta entonces el único que estuvo en todas las formaciones), al guitarrista Marty Friedman y al baterista Nick Menza, integrantes de la etapa más exitosa del grupo. Ante la negativa, en lugar de empezar su carrera solista, Mustaine creó una formación alternativa y editó el disco más vital de Megadeth en muchos años: The System Has Failed.
Hoy, a los 44 años, Mustaine no sólo logró reflotar su banda de casi veinte años, sino que también opera como productor de espectáculos con su Gigantour, un festival que llegó al verano boreal para disputarle una porción del mercado al Ozzfest. Luego de esa experiencia, Dave y su banda aterrizarán nuevamente en Buenos Aires (acaso la capital mundial del culto a Megadeth) para tronar en el Pepsi Music del mes que viene en Obras.
Basaste la idea del Gigantour en el Monsters of Rock y Clash of the Titans. ¿Cuáles son tus recuerdos de esa época?
Eran tiempos difíciles para la banda: todos estábamos tomando drogas y un día Ellefson se quedó sin heroína y, en lugar de bancársela, simuló una lesión en la muñeca y tuvimos que cancelar siete estadios de fútbol. Yo estaba como loco. Pero qué se puede hacer, todo el mundo sabía que éramos unos drogones. Ahora ya no me drogo, pero en esa época me gustaba andar de fiesta. Ojo, una cerveza fría está bien de vez en cuando, pero tener que hacerlo todos los días para poder sobrevivir ya no es divertido.
¿Y algún buen recuerdo?
Tocar en un Monsters para 114 mil personas junto con Iron Maiden y Kiss. Tener la posibilidad de sentarme en el borde del escenario y ver a Paul Stanley bailar como una nena mientras yo pensaba: “¡Dios mío! Ese es el ídolo de mi infancia y ahora esta bailando como una stripper...”.
¿Por qué dijiste que The System... podía ser el último disco con Megadeth?
Bueno, eso fue antes de conocer a los hermanos Drover [Glen y Shawn, guitarrista y baterista] y a James MacDonough [bajista]. Cuando hice el disco yo quería comenzar mi carrera como solista; de hecho, éste es un disco solista. Cuando lo estaba haciendo, en la compañía me recordaron que por contrato debía un disco de Megadeth, entonces cambié el nombre y pensé: “Hago la gira y vemos cómo me siento al final”. Y fue todo tan bueno... Mejor que nunca. Quizá como en la época de Countdown to Extinction, cuando no parábamos de vender discos y entradas, pero no éramos realmente amigos, como sí sucede ahora.
¿Qué hay con Ellefson, que estuvo siempre?
Megadeth fue siempre Dave Mustaine. Suena muy arrogante, pero los fans lo saben: Dave Ellefson fue mi socio durante mucho tiempo, pero podía ser reemplazado en cualquier momento.
¿Pensás seguir con Megadeth?
No te lo voy a contestar ahora porque todavía no lo decidí. De todos modos, voy a seguir tocando y –ya sea solista o con Megadeth– tengo pensado seguir con estos tipos.
¿Cómo fue que apareciste en Some Kind of Monster [Joe, Berlinger, 2004], la película de Metallica?
En un principio yo no quería aparecer, pero lo hice porque me dijeron que tenía la posibilidad de verla y autorizar o no mi aparición. Les dije que no, pero lo usaron igual. Así que, bueno, ésa fue la última vez. Es decir, te pueden engañar muchas veces, pero ahora estoy seguro. A veces pienso que sería genial juntarme con Lars [Ulrich] y James [Hetfield] y todo eso, pero después de esto algo dentro de mi corazón dijo: “Listo, ya terminó”, como cuando muere algo dentro de uno.
¿Qué sentís por ellos?
Todavía los respeto y les deseo lo mejor. Estoy contento de que finalmente digan que soy parte de Metallica, porque durante años dijeron que no lo era, que sólo era un guitarrista temporal y que no era bueno, pero me tenés en tu película y les decís a tus fans que fui parte de todo eso; es el principio de un buen modo de hacer las cosas. Durante veinte años hablaron mierdas de mí, y yo sólo les contesté. Nunca inicié ninguna discusión, igual no les tendría que haber contestado, me tendría que haber callado la boca y dejar que la música hablara, pero cuando lastiman tus sentimientos todo el mundo espera algo de vos. Así que no los odio, más bien me dan un poco de pena. No esperabas que dijera eso, ¿no?
No esperaba que te incluyeran en la película luego de tu declinación.
Esto es lo que pasó: 11 de septiembre, Bin Laden y Al Qaeda atacan los Estados Unidos. Yo estaba en Seattle y se suspendió el show; el 12 tocamos en Canadá; el 13 era mi cumpleaños número 40 y se suponía que viajaba a casa para estar con mi familia. Esa edad es algo importante en la vida de un hombre y no podía volar porque todos los aviones tenían prohibido ocupar el espacio aéreo. Yo estaba asustado, loco, enojado. Me tuve que subir a un puto bus y viajar desde Canadá a San Francisco, un viaje muy, muy largo. Cuando llego, ¿a qué no sabés con quién paso mi cumpleaños?
¿Lars?
¡¡¡Lars!!! ¡Qué regalo de cumple! Me pidieron si podía hablar con este consejero grupal. Yo pensé: “Es bueno, porque podemos hablar de nuestros problemas y solucionarlos”, pero al final no terminó de esa manera. Pero, como dije, no los odio, les deseo lo mejor. Me cae mejor James que Lars, pero creo que a todo el mundo le pasa eso.
¿Tuviste la oportunidad de hablar con James?
No, algo debe de haber pasado entre nosotros que arruinó nuestra amistad; no sé qué, pero algo pasó. El dice que tenemos los mismos demonios y por eso entendemos el porqué de las cosas que hacemos. Quizás algún día lleguemos a hablar, por ahora dejémoslo así.
¿Cómo hacés para que no se te caiga el pelo?
[Risas] Yo no tengo que decirme a mí mismo [se tira de los pelos]: “¡Mierda, otra vez Dave!”. Muchos de los tipos con los que trabajo tienen que hacer eso seguido y creo que ésa es la razón por la que están pelados.



