Diego Sabanés, el multifacético

MADRID.- En el Museo Reina Sofía, a metros del Guernica de Picasso, Diego Sabanés reconstruía los pasos, los recuerdos y la memoria de una idea, un guión y una pasión que lo rondaban desde hacía algunos años. Con Los invitados siempre vuelven, el director argentino se impuso como el máximo ganador de la Semana del Cortometraje de la Comunidad de Madrid, uno de los más destacados de Hispanoamérica.

Esta ficción está narrada en un orden anticronológico, ya que cada secuencia transcurre una hora antes de la secuencia anterior. Además del premio al mejor actor (Nicolás Gaude), Sabanés obtuvo las dos distinciones más codiciadas: la distribución internacional de festivales, lo que le permitirá recorrer varios países, y la de derechos de televisación, así que pronto se podrá ver por la TV española.

Desde hace más de 15 años Sabanés trabaja entre la Argentina y España, adonde llegó con una beca del Programa Ibermedia, que le permitió trabajar en Sin noticias de Dios (con Penélope Cruz, Victoria Abril y Fanny Ardant), de Agustín Díaz Yanes. Y en El embrujo de Shanghai, de Fernando Trueba. En 2009 contó con la bendición de Aurora Bernárdez, la albacea de Julio Cortázar, para realizar Mentiras piadosas (basada en cuatro cuentos del escritor). Exigente custodia de la obra del autor, Bernárdez no le cambió ni una coma al guión que interpretaron Marilú Marini, Claudio Tolcachir, Paula Ransenberg y Walter Quiroz.

Sabanés, además de haber llevado a los escenarios de Madrid textos de Rafael Spregelburd (La inapetencia y La extravagancia, ambos en una compleja puesta que se estrenó en 2012 y en la que los actores interactuaban con proyecciones), fue script en televisión para Gran Hotel, Cuéntame cómo pasó y Gran Reserva. En esta última conoció a Tristán Ulloa, quien lo convocó para formar la compañía (también integrada por los argentinos Carolina Román y Nelson Dante). Juntos estrenaron En construcción, Luciérnagas y Adentro.

El argentino fue el realizador elegido por Ana Diosdado (Anillos de oro) para apuntalar su última obra, El cielo que me tienes prometido, mientras ella batallaba contra una enfermedad. Tras la muerte de la artista, Sabanés dirigió la reposición en Madrid en la fastuosa sala María Guerrero.