Comedias, documentales, clásicos de culto y relatos contraculturales que tienen que ver con el faso; mirá la selección y sumá tu propuesta
La aparición de cualquier fenómeno de consumo, sea en términos de nicho o a escala masiva, termina llegando tarde o temprano a la pantalla grande. El faso, claro, no es la excepción. Si bien en la industria cultural ya registra menciones al consumo de marihuana en la primera mitad del siglo 20 (véase su aparición en En el camino, de Jack Kerouac, y en la mayoría de la literatura beatnik), desde que la contracultura norteamericana en general (y el hipismo en particular) lo usaron como avatar de sus causas a mediados de los 60, el cine acusó recibo y lo trasladó a las temáticas de algunos títulos desde entonces. Claro que, como todo lo que es nuevo, a veces el abordaje del tema resultó hilarante sin que esa fuera la intención primaria, como lo muestra la fascinantemente ridícula Humo de marihuana, filmada en Argentina en 1968 con un elenco en el que figuran Thelma Biral y Sergio Renán, y cuya trama llega a su punto máximo cuando en una fiesta alguien muere de sobredosis… de faso (no, no es un chiste).
Como con el pasar del tiempo la cannabis sativa fue el centro de todo tipo de historias, formatos y géneros, encontrarán en este listado diez películas que giran alrededor de un denominador común, pero que lo hacen desde distintos puntos de vista. Hay documentales esclarecedores, clásicos de culto y, especialmente, muchas comedias fumonas (hay que reconocerlo, es un maridaje ideal). Con ustedes, la selección.
Harold & Kumar Go to White Castle. Una trama tan simple como real: dos amigos fuman porro, se agarran un bajón astronómico y deciden combatirlo yendo a buscar unas hamburguesas a la cadena de comida rápida del título. En el transcurso, obviamente, aparecen personajes y situaciones que complican la misión. Mención aparte para su secuela, Harold & Kumar Escape From Guantanamo, que se estrenó en los cines locales con el inexplicable título Dos colgados muy fumados.
Ted. Si partimos de la base de que el protagonista de esta película es un oso de peluche que habla, ya hay motivos suficientes para incluir en esta lista al debut de Seth MacFarlane como director. A eso hay que sumarle que el animalito en cuestión se la pasa fumando en su pipa de agua, vive de joda, le complica el salto a la madurez a su amigo John y es absolutamente incorrecto. La escena de la pelea cuerpo a cuerpo entre Mark Wahlberg y el peluche es no sólo una genialidad desde el punto de vista técnico, sino también de lo mejor que entregó el cine estadounidense en el 2012.
Pineapple Express. Seth Rogen y James Franco le ponen el cuerpo a una buddy movie muy especial en la que dos fumones que prueban una variedad muy potente de porro (la que le da nombre al título) deben escaparse tanto de la ley como del crimen organizado al ver cómo un narcotraficante y una mujer policía asesinan a alguien que los traicionó. Sin ánimos de adelantar nada, vale agregar que la escena del patrullero justifica verla.
Up In Smoke. A mediados de los 70, los miembros del dúo Cheech and Chong fueron algo así como los creadores del género "stoner movies". Conocidos primero por su show de stand up controversial y apologético, ambos tuvieron tanta popularidad en su momento que filmaron tres películas. En la más conocida de ellas, interpretan a dos mexicanos que quieren cruzar la frontera con Estados Unidos en una camioneta hecha íntegramente de resina de THC. Háganse una idea de cómo sigue el resto.
Easy Rider. Clásico de clásicos de la contracultura norteamericana, el film escrito y protagonizado por Peter Fonda y Dennis Hopper (este último, también director de la película) muestra a Wyatt y Billy, dos parias enigmáticos que emprenden un viaje de costa a costa para contrabandear droga en el carnaval de Nueva Orleans. Más allá de ser responsable de la asociación entre fierros y Steppenwolf por el uso de "Born to be Wild" en los créditos, la película tiene una banda de sonido notable (The Byrds, Jimi Hendrix, Electric Prunes, Procol Harum), e incluye la primera aparición importante en pantalla de Jack Nicholson, que conoció a Fonda y Hopper dos años antes, cuando escribió el guión de la flashera The Trip.
Pájaros volando. Hippismo, extraterrestes y Antonio Cafiero. Diego Capusotto y Luis Luque se cargan al hombro la historia de José y Miguel, dos primos que tuvieron una banda de rock que cosechó un solo hit en los ochenta. Tras el fracaso, José visita a Miguel en Las Pircas, un pueblo en medio de la sierra cordobesa, y hacen su aparición abducciones y platos voladores. La banda de sonido es un plus destacable, con el tema principal de la película cantado por Capusotto y acompañado por Héctor Starc, Ciro Fogliatta, Willy Quiroga y Rodolfo García.
Grass. Basándose casi estrictamente en material de archivo, Ron Mann dirigió este documental que muestra la historia de las medidas políticas y las reacciones sociales que hubo (y todavía hay) respecto a la marihuana en Estados Unidos. El núcleo de la película es la criminalización ridícula que existió al respecto en diversas campañas públicas (los spots en clave "la marihuana te puede volver loco" son involuntariamente hilarantes), y sirve para entender qué se esconde detrás de todo este asunto. Como valor agregado, la película está narrada en off por Woody Harrelson, conocido promotor pro-cannábico, que hizo su trabajo gratis para ayudar a difundir la causa.
El jardín de la alegría. En esta comedia libera británica, una mujer que vive en medio de la campiña enviuda repentinamente, y allí se entera que su difunto marido le había escondido varias deudas que él acarreaba desde añares. Bajo la latente amenaza de perder su casa por un embargo judicial, a esta buena mujer se le ocurre mejor plan que cosechar grandes cultivos de marihuana en el fondo de su casa para venderlo a los jóvenes de la zona.
Half Baked. Dirigida por Dave Chappelle y con cameos de Snoop Dogg y Tommy Chong, esta película tuvo su culto a fines de los 90. Tres amigos fumancheros se reúnen para juntar el dinero suficiente para sacar a otro de ellos de la cárcel, a la que fue a parar por matar a un caballo de la policía (!) alimentándolo con todo tipo de comida (!!) sin saber que éste era diabético (!!!). Tras varios planes frustrados, encuentran la salvación: vender marihuana robada de un laboratorio en donde iba a utilizarse con fines científicos.
El gran Lebowski. Nos ponemos de pie. Jeff Bridges encarna al personaje del título, un desempleado fumón y bebedor de White Russians que queda en el medio de un ajuste de cuentas con un millonario con el que comparte el nombre. A partir de este malentendido, el Dude Lebowski recurre a sus amigos Donny y el ex combatiente de Vietnam Walter para rescatar a la mujer de su homónimo, que fue secuestrada por un grupo de nihilistas. Delirio y genialidad de principio a fin de la mano de los hermanos Ethan y Joel Coen en uno de sus picos creativos.
Por Joaquín Vismara
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