"El mejor profesor de canto es, indudablemente, Dios"

"Una ópera es un drama musicalizado y no un certamen para ver quién grita más, por eso los maestros italianos hablaban del bel canto -explica el profesor de canto Juan Gelaf-. Entonces, debo saber cantar, pero también interpretar un texto dramático si quiero subir a un escenario y lograr que el público se conmueva."

Gelaf es, además, crítico musical, secretario de la Asociación de Críticos Musicales de la Argentina, y director y fundador de Música hoy , publicación que tiene 26 años y que obtuvo dos veces el Premio Santa Clara de Asís, en 1996 y nuevamente este año, entregado una semana atrás en una ceremonia en el Marriott Plaza Hotel.

-¿Por qué fundó Música hoy ?

-Cuando salimos a la luz, hace un cuarto de siglo, había varias publicaciones culturales dedicadas a la música clásica, algunas lujosas como Lyra , de Francesco de Ecli Negrini. Pero sentí que era necesario un medio que hablara más de nosotros, de las nuevas generaciones de músicos y cantantes argentinos. El país vivía un momento gris después de la derrota en la Guerra de las Malvinas y era necesario apostar a la esperanza y ayudar a construir el futuro. Creo que lo logramos, pero a veces me sorprende el tiempo que pasó.

-Como maestro, ¿qué le pregunta a alguien que quiere cantar?

-En primer lugar, por qué quiere cantar. Unos, simplemente, buscan usar mejor su voz, pero otros quieren dedicar su vida al canto, ser profesionales. Sin embargo, el aprendizaje es el mismo. Aprender a respirar con el abdomen, la famosa respiración abdominal, fundamental para lograr la columna de aire que nos permite colocar la voz. Sul fiato , sobre aire, como dicen nuevamente los maestros italianos. Luego, tener buen oído para no desafinar. Un buen cantante puede hacer un gallo, un falsete, por cansancio o por tantas otras cosas, pero no puede desafinar.

-¿Y la voz, ese personaje del que tanto se habla?

-Se suele discutir qué es más importante, si el talento o la voz. Y se escucha decir que el canto es talento en un 10% y voz en un 90%. Pues yo creo que es al revés, porque si uno tiene talento y sólo un 10% de voz sabrá usarla inteligentemente para lograr una buena interpretación. Otro tema es que, a veces, uno ve que el aspirante tiene condiciones para otros géneros.

-¿Recuerda un ejemplo?

Una vez vino a verme un joven que quería aprender a cantar rock. Le expliqué que yo de rock no sabía nada, pero que le podía enseñar la técnica del canto, que él después podría utilizar para cantar lo que quisiera. Pero, conversando, tuve la sospecha de que estaba para otra cosa. Entonces, como hago con todos mis alumnos nuevos le enseñé a cantar Cara piccina , una romanza que es un buen comienzo para la gente que quiere cantar música popular. Lo hizo muy bien, entonces decidí dar un paso más y le enseñé un tema que es el inicio para los alumnos que aprenden ópera: Sento nel cuore, certo dolore/ che la mia pace turbando va... ¡Bellísimo! Bueno, lo aprendió, lo cantó y descubrió un mundo nuevo. Abandonó todo y decidió hacerse cantante lírico. A veces, cierto temor que el hombre medio tiene al canto y a la música clásica es sólo un problema de desconocimiento.

-¿Un personaje que quiera recordar?

-El tenor español Alfredo Kraus. Lo conocí en el Teatro Colón en 1989 y lo volví a ver durante una conferencia de prensa en el hotel Alvear, en 1993. Así nació una amistad. Murió en 1999, a los 71 años. Hablábamos mucho, porque los dos teníamos cosas en común. También comenzó a estudiar piano siendo un niño. Sin embargo, estudió una carrera porque era el deseo de su padre y llegó a recibirse de ingeniero industrial. Pero su entusiasmo por el canto creció y poco a poco fue abandonando la profesión. Debutó en el Teatro Real de la ciudad de El Cairo, en 1956, en el papel del duque de Mantua en Rigoletto . Y al año siguiente cantó La traviata junto a Maria Callas. Además, ejerció la docencia y fue un excelente maestro.

-¿Una pieza que recuerde particularmente?

-Hay muchas, pero me gusta recordar La vecchia zimarra , de La bohème , de Giacomo Puccini.

-¿Y de música popular?

-Me gustan los tangos, preferentemente los interpretados por Gardel, y la canzonettas napolitanas, cantadas por napolitanos, aunque no sean muy conocidos. De Gardel, mi preferido es Sus ojos se cerraron , la letra es de Alfredo Lepera. Hay una parte que me conmueve particularmente: Yo sé que ahora vendrán caras extrañas/ con su limosna de alivio a mi tormento/ Todo es mentira, mentira ese lamento ¡hoy está sólo mi corazón!

-¿Alguna otra cosa que les dice a sus alumnos?

-Que el mejor profesor de canto es, indudablemente, Dios, y esto sin que tenga ninguna connotación religiosa. Porque fíjese que los niños al nacer hacen respiración abdominal y eso les permite cantar, llorar y hasta gritar muy libremente. No me diga que nunca le llamó la atención cómo puede ser que un organismo tan chiquito y frágil pueda desarrollar semejante potencia ( ríe ).

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