
El pez por la boca muere
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Los japoneses no son como los pintan... son muy arriesgados. Mientras que en muchos países la idea de comer un pescado venenoso es una locura, para los nipones es una delicadeza tal que están dispuestos a pagar una fortuna por hacerlo. ¿El manjar? El pez de Fugu o globo, la especie que más se come (hay más de 100 variedades), es 1250 veces más venenoso que el cianuro, y la toxina que contiene puede matar hasta 30 adultos.
En teoría, el comensal que decida consumirlo no debería morir. Para ello, los chefs se entrenan intensivamente en su preparación, aunque esto no siempre impide algunas muertes. Pero sus fanáticos no renuncian a esta especie de ruleta rusa; la sola idea de morir en el intento los alienta.
Aquellos que han probado su carne hablan del delicado sabor a pollo. Son cultivados en criaderos y vendidos en el mercado de Haedomari, en Shimonoseki. El precio de cada uno es de 140 dólares, pero un fugu preparado y servido asciende a los 200. Eso si el comensal sobrevive para pagarlo.




