
El recuerdo de Osvaldo Miranda
"Era muy buena mujer, aunque ella se empeñara en que la gente la creyese mala", la describe el actor
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"Tita Merello era una muy buena mujer, aunque ella se empeñase en que la gente la creyese mala... Poseía una enorme nobleza, un carácter muy firme y un corazón abierto para todos los que necesitasen algo de ella. Su muerte es una enorme pérdida para el espectáculo argentino, pero sin duda quedará su figura emblemática que trascendió nuestras fronteras para darse a conocer en todo el mundo de habla hispana." Osvaldo Miranda, presidente de la Asociación Argentina de Actores, recordó así ayer, durante un diálogo con LA NACION, a la actriz y cantante desaparecida.
Con voz por momentos quebrada por la emoción, Miranda trasladó su memoria hacia 1945: "En aquel año yo era un galán ya con cierta notoriedad, y un día Tita Merello me ofreció compartir con ella el elenco de la obra "Una mujer y un hombre", de Ivo Pelay, que se estrenaría en el desaparecido teatro San Martín. Me dijo que la dirección estaría a cargo de Manuel Romero y me necesitaba para hacer pareja con ella... ¡No lo podía creer! Trabajar al lado de Tita era un honor y una responsabilidad... Esa temporada teatral fue un éxito, y allí conocí a la verdadera Tita Merello, a esa auténtica personalidad que se imponía con su fuerza y con su ternura... Seguimos siendo entrañables amigos, y en 1968 me volvió a convocar, pero esta vez para trabajar juntos en un programa especial titulado "Idolos de entre casa", que emitió Canal 13. Después nos seguimos frecuentando, yo la visité algunas veces en la Fundación Favaloro y allí me di cuenta de que aquella gran Tita Merello se estaba apagando como una vela. La muerte la estaba rondando sin remedio."
"Con su muerte, el espectáculo argentino se queda sin una de sus mayores figuras -apunta finalmente Miranda- y mañana (por hoy) la despediré en la Chacarita con palabras que ojalá puedan resumir toda su valiosa existencia."






