El taller de los Cadillacs

Cadillacs en acción. En una quinta de Don Torcuato, el estudio del Abasto alberga a los ocho músicos. El espacio es ideal; los vientos de Lozano y Albareda ocupan una de las salas vidriadas; Vicentico la otra, casi en la oscuridad, y el resto comparte el espacio mayor. La batería de Ricciardi en un extremo; en el otro, toda la percusión de Toto con los teclados de Mario Siperman a un lado, y Flavio y Minimal, bajo y guitarra, en medio de la sala.

Ensayan "Ríos de lágrimas" y, desde el otro lado de esta pecera, del lado de los controles, se trata de observar y disfrutar ese momento íntimo de la banda intentando, casi como un observador científico, que la presencia de cronista y fotógrafo no altere el orden natural del ensayo y las canciones lleguen a su punto justo para cuando toquen, mañana, en el Buenos Aires Vivo 3, ciclo que cerrará Charly García el sábado 27, según confirmó el propio músico a La Nación .

Esta realidad de "músicos trabajando" no deja de lado la diversión, y los coros sirven para reír y bromear. Después de "Una casa con diez pinos", el tema de Manal que comenzaron a hacer en el Calavera Experimental Concerto de mediados del año último, sigue "Gallo rojo". Desde la oscuridad, la voz de Vicentico propone "ocho compases y entramos todos alegres y contentos". Tras ello, el tango "A.D.R.B." con el que cierra el disco "Fabulosos Calavera". Cuatro temas para un atisbo del abanico Cadillac.

Los músicos volvieron de vacaciones y, a principios de este mes, comenzaron a reunirse en el estudio. Esta semana estuvieron concentrados en la preparación del recital de mañana, pero antes y después seguirán trabajando en el sucesor de "Fabulosos Calavera", el disco con el que se llevaron el primer Grammy de la historia en el rubro mejor álbum de música latina/alternativa.

"Estamos trabajando desde hace un montón de meses -cuenta Vicentico, en un alto del ensayo-; tenemos una cantidad ridícula de canciones y ahora tenemos que ordenar todo ese laburo y ver qué hacemos con todo eso."

Asegura, entonces, que todavía no hay mucho que contar, que aún falta darle forma. "Sólo puedo decirte que para mí es un disco interesante, con bastantes climas y cosas diferentes." Sin embargo, a lo largo de la charla irá develando algunos secretos de lo que los Cadillacs tienen entre manos.

La composición de los temas ha sido una vez más tarea casi exclusiva de Vicentico y Flavio. Pero también Fernando Ricciardi ha aportado un par de temas y, durante los dos años que pasaron desde que salió el anterior, grabaron "muchas cosas que son de Ariel, de Nando, de todos, y con eso -cuenta- vamos a ver qué vamos armando. También estamos trabajando con otros instrumentos, con cuerdas y algunos caños nuevos, como cornos. Son músicos que ya han hecho cosas con nosotros, conocen nuestra manera de trabajar y nosotros las de ellos, o sea que nos amoldamos fácilmente".

El camino de la canción

En "Fabulosos Calavera" fue clave el papel que tuvieron las guitarras tras la inclusión en la banda de Ariel Minimal. En éste, que aun se encuentra en la cocina y que, asegura, será una continuación del anterior pero aprovechando también "lo anterior de lo anterior", todo tendrá un lugar preponderante. "El que tenga personalidad fuerte en los Cadillacs tiene asegurado su lugar; todos tenemos nuestro momento. Para algo somos tantos, y lo ideal es que cada uno pueda tocar lo que quiera. Después hay un momento de recorte, que es lo que hace que el disco sea homogéneo. Pero el punto es que uno se amolde a la canción, que es lo más importante, y todos, dentro de lo que la canción pide, vamos siguiendo ese camino. Cada uno anda experimentando con nuevos instrumentos: hay muchas guitarras acústicas porque Ariel está buscando por ese lado, que es nuevo para él. Hay tubas, vientos más gordos y diferentes. Y yo toco pianos, no mucho, pero sigo la línea trapera , la línea torpe, buscando color más que otra cosa."

Con fecha de grabación planeada para abril, todavía no es tiempo de definiciones fuertes. No hay aún un título ni un arte de tapa definido. "Hay que ver cuál es el hilo conductor, si es que lo tiene. Hay muchas letras que ya están pero que todavía no fueron conocidas por todos, y de eso depende mucho para qué lado vaya el disco".

Recién comenzado el año de actividad, no tienen aún definiciones sobre giras. Seguramente volverán a los Estados Unidos y también los seduce regresar a Europa. "Pero se va armando sobre el camino. Acaba de nacer el hijo de Flavio y, para marzo, llegará el de Mario. Dependemos de las fechas de parto para ver cómo organizamos el trabajo. Y siempre es bienvenido el descanso."

A un año del Grammy

Hace casi un año, los Cadillacs se alzaron con la estatuilla de los Grammy. En ese momento, Vicentico relativizó la importancia del premio y aún hoy ese galardón no lo desvela. "Hubo un poco de exposición exagerada para mi manera de vivir -dice-. Fue algo a lo que no le podía escapar y no la pasé mal, pero no es lo que más deseo. A veces somos un poco exagerados en descreer de todo y terminamos no poniéndonos contentos por cosas que lo valen. No el Grammy, pero sí tocar y que venga mucha gente que nos quiere y que tira buena onda. A veces nos ponemos en esa actitud de que no somos diferentes de los demás, pero en los últimos recitales la pasé muy bien. Siento que los que nos van a ver son como amigos nuestros, que tenemos algo en común, que nosotros también somos como público de los Cadillacs por momentos. Así estamos, todo el tiempo vamos y venimos con las ideas.

-Si el Grammy no era lo que más deseabas, ¿cuál es tu deseo? -Seguir creciendo con la música y poder desligarme de ser un grupo de rock. Me interesa relativamente seguir siendo una banda de rock, no es algo que me parta la cabeza. Me gusta mucho tocar rock y podemos hacer buenas canciones. Pero mi deseo es no ser solamente eso, sino abrirnos a otras cosas, ser músicos de otras clases de músicas, tener cada vez más lugar dentro de mi cabeza y de nuestra manera de trabajar para componer más canciones. Lo que está bueno de los Cadillacs en este momento de nuestras vidas es que son un canal para sacar las canciones que se te van ocurriendo y que, si no, te quedan atrapadas. Es bueno saber que tenés compañeros con los que podés compartir eso, abrirse y tocar y tocar y tocar".

Desde este lugar de poca ortodoxia rockera, Vicentico puede escuchar muchas cosas. Incluso del mundo del cuarteto y la cumbia. "Hay cosas que me gustan mucho; no los que aparecen en general en los programas de cumbia, aunque también allí hay algunas cosas copadas. Sombras me parece una muy buena banda, tienen muchos años y se nota. Y Lía Crucet también me gusta un poco. El lado divertido es el que menos me interesa, prefiero el romántico, cuando se mezcla con la melancolía popular, porteña. Los Decadentes son los que más saben de esto y los Cadillacs también tenemos un costado murguero que nos resulta fácil y divertido."

En esta apertura mental y musical se incluye el elogiado Calavera Experimental Concerto de mediados del ´98, en el que presentaron versiones raras de sus temas. "Nos divertimos mucho, tocamos cosas que nunca habíamos hecho antes y parecía que las hubiéramos hecho siempre." ¿Posibilidades de repetir la experiencia? "Creo que más bien todo va a estar mezclado; que la versión diferente tal vez sea la oficial."

Pero no es la música lo único en la vida de Vicentico. Va a recitales, pero también a ver murgas o a la cancha con su hijo. Y en abril, en el Festival de Cine que organiza el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, se estrenará "Silvia Prieto", la película de Martín Rejtman en la que personifica a un joven "que nunca llega a concretar nada".

Asegura que le interesa mucho la actuación: "Me gustó mucho hacerlo, y quiero seguir, aunque todavía dependo de que me llamen o no. No tengo las pilas para armar algo yo o ir y decir que quiero actuar. Igual estoy desesperado porque alguien me llame y digo que sí seguro".

Por Adriana Franco

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