En la Argentina se descargan unos 25 mil ringtones por día. Rompecabezas de un negocio en pleno ascenso.
Los ringtones en todas sus versiones –monofónicos, polifónicos, truetones o crazytones – son una explosión comercial en la Argentina, y generan más de dos millones de pesos cada mes, cifra que está en pleno ascenso. Teniendo en cuenta la voracidad con que el mercado local absorbe las novedades de telefonía celular (en el país hay 13,5 millones de aparatitos en circulación), dentro de no mucho tiempo el ring a secas no va a ser más que un recuerdo del pasado.
Martín Maslo, gerente de Desarrollo de Negocios de Ubbi, el principal proveedor de ringtones del país, da un dato que testifica el boom. En julio del año pasado, desde su sitio se descargaban 1.800 ringtones por día. Hoy se bajan unos 25 mil, y proyectan que esa cifra se multiplique por tres o por cuatro a lo largo del año.
Entre esas miles de descargas diarias (que cuestan alrededor de 3 pesos más iva), los temas que más suenan son los de rock nacional, como “Mi caramelo” o “La argentinidad al palo” de Bersuit, “Una nueva noche fría” de Callejeros o “Como Alí”, de Los Piojos. Pero lo que más seduce a los fanáticos de los ringtones son los tonos “temáticos” de programas de tevé o de películas. Los rankings de downloads están liderados por melodías como las cortinas de Los Simpson o de Los simuladores, y llegan hasta las costas más retrofreaks como La banda del Golden Rocket, No toca botón o el vibrante hit de la banda de sonido de Rocky, “Eye of the Tiger”.
Todas estas canciones se pueden escuchar en diferentes versiones, que van desde el ruidito estridente hasta la reproducción del sonido original, según el modelo de celular que se tenga. Los ringtones monofónicos son, por el momento, mayoritarios: son aquellos que reversionan las melodías con tan sólo un par de tonos simples de sonido bastante artificial. El paso siguiente son los polifónicos, que logran reproducir melodías más complejas, con un estilo similar al del midi de las computadoras. Pero al punto máximo de los ringtones se llega de la mano de los truetones, que son lisa y llanamente unos 30 segundos de la canción original. Y también existen los crazytones, que hacen mugir a una vaca o gemir a una mujer cada vez que alguien te llama.
Los eslabones que participan del negocio de los ringtones son tres: las operadoras de telefonía celular, los proveedores de tonos y los autores de las canciones. Las compañías como Personal o Unifón (y cti dentro de poco) se quedan con más de la mitad del negocio. Pero el centro neurálgico de todo el sistema son los proveedores de ringtones. Desde diferentes sitios de internet, como ubbi.com.ar o toing.com.ar , los proveedores son los encargados de generar esa musiquita y venderla. En Ubbi existe un equipo de ingenieros en informática y músicos que se ocupa de hacer pasar una canción desde el sitio hasta el celular, computadora mediante. Sin embargo, los ringtones tienen el estatuto legal de música, y aunque a algunos proveedores no les guste la idea, sadaic o el Fondo Nacional de las Artes pasan por caja y perciben 60 pesos por derechos de autor cada vez que se ingresa un tema en el banco de datos de un proveedor, además del 10 por ciento del valor por cada descarga.
También existe la posibilidad de componer tu propia melodía. Para eso existe el soft Ringtone Tools, que es compatible con la mayoría de los celulares y, además, es gratuito ( ringtonetools.mi kekohn.net ). Después del remix y el mash up, ¿se abre un nuevo territorio para la música pop hecha en casa? Jóvenes del mundo: les está sonando el teléfono.
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