Guilherme Winter, protagonista de Moisés y los Diez Mandamientos: "En Buenos Aires me siento como en casa"

Desafiando al viejo proverbio, Moisés es profeta en su tierra y, también, en Argentina. El actor brasileño Guilherme Winter llegó a Buenos Aires para presentarse en el programa especial de Moisés y los Diez Mandamientos que Telefé emitió anoche desde el Luna Park, pero, además, aprovechó para recorrer la ciudad junto su novia, Giselle Itié (Zípora en la ficción) y participar de tres shows de Fuerza Bruta.

Después de una conferencia de prensa que duró toda la mañana y de brindar otra rueda de entrevistas durante la tarde, asegura que no está para nada cansado, en perfecto español y con una sonrisa que, en pocas ocasiones, se borra de su cara. Alguien le cuenta que afuera del hotel en el que se hospeda, decenas de fanáticas esperan verlo, al menos, desde lejos. "Estoy muy agradecido con el público argentino. Me sorprende que nos reciban así", nos cuenta, incrédulo, y se presta gustoso, una vez más, al juego de la entrevista.

-¿No esperabas que el programa tuviera tanto éxito en la Argentina?

- ¡No! Creo que nadie podía esperar tanto. En Brasil fue un suceso, pero era imposible creer que cruzando las fronteras la gente iba a recibirlo de semejante manera. Para mí es una sorpresa y un halago.

-¿En Brasil se suelen hacer este tipo de emisiones especiales cuando un programa es un éxito?

-No. Lo más parecido fue el estreno de la película de Moisés. Pero es una película, esto es otra cosa. Que tanta gente quiera acercarse a compartir con nosotros la emisión de un programa es algo increíble.

-Hoy todos sabemos que el programa es un éxito, pero me imagino que cuando te propusieron el papel lo debés haber meditado...

-¡Sí! Sentí miedo y lo dudé mucho. Primero, porque es un personaje conocido por todo el mundo, y eso genera una presión extra. Y también por lo arriesgado de la propuesta. Contar esta historia en formato televisivo no era algo fácil.

- ¿Y qué te llevó a aceptar?

- El equipo de trabajo. La dirección me generó muchísima confianza. Y los autores; la manera en la que describieron la psicología de cada uno de los personajes. De todos modos, como ocurre siempre, el comienzo, la primera aproximación al personaje y a la historia, fueron difíciles. Pensá que había que reconstruir no solo una época sino una cultura, la egipcia, que poco tiene que ver con la nuestra.

-¿No te dio miedo meterte en una historia religiosa?

-Es que la historia no se agota en el tema religioso. Muchas personas en Brasil me paraban en la calle para felicitarme y me decían que, sin ser practicantes, eran fanáticos de la telenovela. El mensaje de amor nos toca a todos. Seamos religiosos o no; eso es lo de menos.

- ¿Cómo decidiste componer el personaje?

- Lo que más me importó y a lo que más le presté atención fue al componente psicológico. La historia comienza con él siendo un extraño, viviendo en una cultura y con un pueblo que no es el suyo. Pensaba que su mamá lo había abandonado, había muchas mentiras y mucha intriga en su familia. Estaba totalmente perdido. Después, cuando conoce a una familia de verdad, el amor de su esposa, de las hermanas y de los padres de Zípora, y con una fe naciente en Dios, cambia rotundamente. Esa transformación me interesó mostrar. El humano que va creciendo, no el hombre que nació héroe.

-¿Tuvo resistencia, al principio, ese Moisés más humano?

-Sí. Pero era la forma correcta de mostrarlo. Y de entenderlo. Era un hombre perdido que después, fue cambiando. Tiene muchas capas, una curva dramática enorme y un largo camino que recorrer hasta llegar al personaje icónico y aplomado de la barba. Si no lo construía así, no tenía donde llegar. Algunas personas, con ese personaje icónico en mente, me decían: "Creo que Moisés está debil, muy perdido". Pero los actores que hacían de mis padres hebreos, me dieron confianza, diciéndome que entendían cuál era el camino que había elegido para interpretarlo.

- Moisés y los Diez Mandamientos seguramente será un hito en tu carrera, pero también fue importante porque trabajando en la telenovela conociste a Giselle Itié, tu novia...

- Sí. Yo la conocía sólo de vista, y cuando nos tocó trabajar juntos, nos llevamos muy bien y nos entendimos sin problemas trabajando. Pero ella en ese momento estaba casada; por eso, no pasó nada entre nosotros. Después, al tiempo de haberse separado, las cosas se fueron dando naturalmente. Hace un año y medio que estamos juntos y somos muy felices.

- Cuando viniste a principio de año participaste del show de Fuerza Bruta. Ahora, volviste a hacerlo junto a Giselle. ¿Cómo fue la experiencia?

- Increíble. Estoy agradecido de haber podido formar parte de esos shows. El equipo y los artistas siempre nos reciben con mucho cariño. Siempre están dispuestos a ayudarnos. Entonces, nos sentimos muy cómodos. Pero también tiene sus dificultades: fueron cuatro días de ensayos muy exhaustivos, de mucha exigencia corporal . Yo hago del corredor, y ¡todavía me duelen las piernas! Ahora vamos a presentarnos en Río de Janeiro con ellos. La verdad es que estoy muy agradecido de todo lo que está pasando con nosotros en Argentina.

- Antes de este año, ¿ya habías venido a Buenos Aires?

- Una sola vez, en 2009, pero no conocía casi nada. Ahora, es un lugar en el que me siento como en mi casa. Me identifico mucho con la cultura, con el amor por la música, por el teatro, ese componente cosmopolita que logra que todo el mundo se sienta a gusto. Me encantan los bares y el tango. También San Telmo me parece un lugar increíble.

- Nos faltan sus playas...

- (Risas) Pero tienen muchas plazas y parques muy lindos, que en Brasil no hay. Mucho verde y lugares en los que uno se puede tirar en el césped, debajo de un árbol y relajarse. Visualmente, desde el punto de vista arquitectónico, Buenos Aires es bellísima.

-La última vez que viniste estaba todavía Dilma Rouseff en el gobierno. ¿Cómo ves a Brasil hoy?

-Está cambiando. Tuvimos elecciones municipales en Río y en San Pablo y ganaron candidatos de derecha, que no son los que yo voté. Es un momento muy extraño en lo que respecta a la política. Hay que estar atentos a lo que pasa.