
Ingredientes desabridos para un menú romántico
"Simplemente irresistible" ("Simply Irresistible"/1999), producción norteamericana en colores, presentada por 20th. Century Fox. Hablada en inglés. Guión: Judith Roberts. Fotografía: Robert Stevens. Música: Gil Goldstein. Intérpretes: Sarah Michelle Gellar, Sean Patrick Flanery, Patricia Clarkson, Dylan Baker y otros. Dirección: Mark Tarlov. 94 minutos. Apta para todo público. Nuestra opinión: mala.
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Los guionistas de Hollywood parecen haber perdido el ingenio cuando se disponen a contar una historia romántica.
Sus tramas se repiten en medio de un postre insulso con mucho de azúcar, algo de humor, toques de situaciones equívocas, una pátina musical para adormilar cansancios y esos finales felices que se adivinan desde las primeras secuencias.
"Simplemente irresistible" no escapa a esa fórmula. Y, lo que es peor, amplía todas las ya muy vistas deficiencias del género. Aquí, la Cenicienta de turno es Amanda, una joven dueña de un restaurante heredado de su madre.
El negocio está al borde de la quiebra, y el desastre se avecina más rápidamente cuando Tom, un "yuppie" ambicioso y de amores fugaces, se dispone a abrir una elegante casa de comidas en un moderno shopping.
Pero inquietos cangrejos mediante, Amanda y Tom se conocen y no tardan en enamorarse. Claro que antes del "happy end" la pareja vivirá una aventura que intenta apelar a la magia -a esa magia que se da a través de una música aburrida, de efectos especiales burdos y de diálogos que nunca hacen blanco en la gracia del espectador- y a los sabrosos platos con los que la muchacha encandila no sólo a su amado, sino también a todos los invitados que saborean tanta variación de exquisiteces culinarias.
El derrumbe total
Como si todo este cúmulo de despropósitos no fuese suficiente, el guionista insertó algunos cuadros musicales con mucha bruma, cámara lenta y ritmo cadencioso.
El derrumbe total del film ya es inevitable y los bostezos llegan aun para aquel público que, con el estómago vacío, desea volcarse a la pantalla para saborear los platos que la protagonista prepara con mayor facilidad que doña Petrona.
El elenco es otro de los puntales de tan fallido intento. Sarah Michelle Gellar y Sean Patrick Flanery no creen ni hacen creer en esa pareja feliz que derrumba todos los problemas cotidianos en aras del amor, en tanto que el resto del elenco se esfuerza, sin conseguirlo, por dar vivacidad a esa fauna que transita la pueril historia.
En tanto, el director debutante Mark Tarlov, productor de varios films de misterio y de terror, poco pudo hacer con un guión que se desmorona sin atenuantes.



