En 1970, Ralph Steadman era un caricaturista desconocido cuando la revista Scanlan’s Monthly le asignó una tarea: acompañar a Hunter S. Thompson al Derby de Kentucky, la famosa carrera de caballos. La crónica de Thompson de ese día "decadente y depravado" se transformó en un clásico inicial del periodismo gonzo, y las ilustraciones de Steadman –con espectadores como gnomos que fuman cigarros– fueron un reflejo perfecto del lenguaje visceral de Thompson. Su sociedad continuó en Rolling Stone, donde colaboraron en Pánico y locura en Las Vegas, la novela que se publicó primero en RS con los retratos de Thompson y su amigo abogado Oscar Acosta como conductores maníacos. "‘Yo veo las cosas a través de un lente oscuro’: eso decía Hunter", recuerda Steadman, de 82 años. "Eso le gustaba."
El trabajo con Thompson fue solo una parte de sus seis décadas de carrera, que ahora revisita en "Ralph Steadman: A Retrospective", la muestra que comenzó en agosto en Washington D.C., y que que girará por Estados Unidos hasta 2020.
Nacido en Liverpool, Steadman publicó sus primeras caricaturas a fines de los 50, y desarrolló un estilo que hasta el día de hoy se inclina por la tinta y el salpicado con pincel. "La gente dice: ‘¿No es un error esto?’. Yo digo: ‘No existen los errores’. Un error es una oportunidad para hacer otra cosa."
Steadman sigue sin tener escrúpulos a la hora de elegir sus objetivos. La muestra incluye un dibujo de Donald Trump como un bebé cagando en la bandera de Estados Unidos. "Nixon era horrible, pero Trump es un fucking animal", dice. "Y decir eso es injusto para los animales."
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