La impactante historia real detrás de Good American Family, la nueva serie de Disney+
Inspirada en el caso de Natalia Grace, la producción retrata una historia de adopción que terminó en sospechas, tribunales y titulares alrededor del mundo; los detalles en la nota
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LA NACION
En un contexto donde las historias basadas en hechos reales ganan cada vez más espacio en las plataformas de streaming y se vuelven cada vez más habituales, Disney+ se sumó a esta tendencia con el estreno de Good American Family. La serie, creada por Katie Robbins, está inspirada en una historia real y ya genera una gran expectativa.
Este cautivador drama está inspirado en las inquietantes historias que rodean a una pareja del Medio Oeste norteamericano que adopta a una niña con una rara forma de enanismo. Sin embargo, a medida que la crían junto a sus tres hijos biológicos, comienzan a surgir dudas sobre su verdadera identidad: un enigma en torno a su edad y su pasado despierta sospechas y temores. Mientras intentan proteger a su familia de quien creen que representa una amenaza, la niña libra su propia batalla interna para enfrentar lo vivido y lo que el futuro podría depararle.
La figura central de Grey’s Anatomy, Ellen Pompeo, asume el rol protagónico en esta serie que ya da que hablar. Además, la acompañan Mark Duplass e Imogen Faith Reid en papeles clave, mientras que Dulé Hill, Christina Hendricks, Sarayu Blue y Jenny O’Hara se suman como estrellas invitadas y completan un elenco que potencia el impacto de esta historia basada en hechos reales.
La sorprendente historia real detrás de Good American Family
Esta serie se basa en el extraño caso de Natalia Grace, una joven ucraniana con una rara manifestación de enanismo que fue adoptada y posteriormente abandonada por una familia estadounidense a principios de los años 2000. Cabe destacar que Natalia nació en 2003 y, tras ser diagnosticada con displasia espondiloepifisaria congénita, fue adoptada por Kristine y Michael Barnett, una pareja de Indiana. Sin embargo, con el tiempo, comenzaron a notar comportamientos en la niña que no coincidían con la edad que se suponía que tenía, lo que despertó sus sospechas y marcó el inicio de una historia que, con los años, se tornó aún más desconcertante.
En 2012, un giro impactante sacudió el caso: se dio a conocer que la verdadera fecha de nacimiento de Natalia podría haber sido 1989, lo que significaría que tenía 22 años en lugar de los 9 que los Barnett creían. Convencidos de que habían sido víctimas de un engaño, decidieron abandonarla en un departamento y trasladarse a Canadá. Sin embargo, el caso tomó otro rumbo en 2023, cuando una prueba de ADN confirmó que Natalia, en realidad, tenía 20 años en ese momento. Esto indicaría que, cuando fue dejada por la familia de Indiana, tenía apenas 9 años, lo que los pondría en el centro de una grave acusación por negligencia y abandono.
Desde aquel entonces, Natalia y los Barnett se acusaron mutuamente, lo que sumergió el caso en una serie de declaraciones contradictorias y testimonios confusos. Mientras la familia asegura que la niña representaba una amenaza y que los manipuló para ocultar su verdadera edad, Natalia sostiene que fue víctima de maltrato y que jamás mintió sobre su identidad. A lo largo de los años, esta historia fue objeto de documentales, investigaciones y teorías que la convirtieron en un enigma mediático, ahora llevado a la ficción con Good American Family.
Qué es de la vida de Natalia Grace en la actualidad
Después de años de controversias, Natalia Grace vive actualmente en el norte de Nueva York con Nicole y Vince DePaul, una pareja que también tiene enanismo y que había intentado adoptarla años atrás. Tras haber sido abandonada por los Barnett y atravesar una compleja relación con la familia Mans, quienes la acogieron y más tarde buscaron su tutela, Natalia tomó distancia y decidió reconstruir su vida lejos del foco mediático. A pesar de las múltiples acusaciones cruzadas y la manipulación que asegura haber sufrido, hoy busca dejar atrás los años marcados por el escándalo y encontrar algo de estabilidad.
Diagnosticada con ansiedad, TDAH, TEPT y trastorno de apego reactivo, Natalia intenta recuperar su autonomía: estudia para obtener el GED (un título equivalente a los estudios secundarios), aprende a manejar y planea estudiar educación primaria. En sus propias palabras, quiere formar una familia y dejar de lado las promesas rotas que la marcaron. Aunque su historia aún genera interrogantes y está lejos de tener un cierre definitivo, ella parece enfocada en avanzar y construir un futuro por fuera de los titulares.
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