
La Misa en si menor, de Bach, en el Colón
Cierre de temporada, con dirección de Mario Videla
1 minuto de lectura'
Sólo un director de coros, inconformista musicólogo y encallecido organista como Mario Videla, que haya ahondado profundamente en el material de las Cantatas, las poemáticas y las teatrales, las paisajistas y las épicas, puede lograr una versión de la Misa en si menor de Bach que no contradiga su identidad. Si no se conocen a fondo las Cantatas, si no se ha trabajado sobre ellas en incansables ensayos y en los riesgos de la interpretación, la Misa sólo será sonido, así sea el mejor que se logre. Porque la obra que Bach compuso en el último cuarto de su vida, que a primera vista puede parecer un collage de cantatas, en realidad es la esencia de éstas. Ajustadas a todas las normas de la escritura de aquel tiempo y con todas las limitaciones para los desahogos dramáticos y pasionales, Bach consiguió transformar la energía del momento histórico en una forma elegida por él mismo. El Barroco está superpoblado de cantatas, pero ninguna tiene un sello tan personal como las de Bach.
Con la Misa en si menor, esta tarde finaliza en el Colón la 39» temporada de Festivales Musicales, una institución cuyos planes y actividad concertística siempre fueron temáticos. La versión estará a cargo del Ensamble Academia Bach, el coro Orfeón de Buenos Aires y cuatro distinguidos cantantes solistas: la soprano Soledad de la Rosa, el contratenor Martín Oro, el tenor Santiago Ballerini y el barítono Víctor Torres. Difícil encontrar un cuarteto de voces que proyecte una imagen de tan indiscutible autoridad.
La dirección será ejercida por Mario Videla, quien también fue la batuta la última vez que Festivales la hizo escuchar en Buenos Aires, hace 9 años. Por cierto, no será tarea fácil, una de las razones que contribuyen a la audición poco frecuente de esta obra.
El "Kyrie" y el Gloria son los dos fragmentos más divulgados, tal vez porque eran los dos únicos permitidos por la liturgia protestante, que los agrupaba como Missa Brevis. Pero Bach no se conformaba con que su misa tuviera como receptora a una parte de la sociedad y por eso la realizó sobre la fórmula completa de la misa latina y el texto en latín. Como se sabe, también esos dos fragmentos fueron llevados por Bach con su habitual humildad al Príncipe Elector de Sajonia, para tratar de conseguir un trabajo, cosa que finalmente logró al ser nombrado compositor de la corte.
La Misa en si menor está atravesada por respuestas musicales muy comunicativas, que se descubren a medida que se la escucha una y otra vez, desde que las sopranos del coro dan su grito alto, agudo, vivo, que las voces de las dos solistas serenan hasta la intimidad, antes de que estalle la trompetería del "Gloria". Los instrumentistas tienen sus demandas nada simples: el violín en "Laudamus te", el corno en el "Quoniam tu solus sanctus", la flauta en el "Domine Deus", el oboe d'amore en el"Qui sedes", los violonchelos en el "Credo", la autenticidad emotiva del director en el "Sanctus", la fuerza arrolladora del coro en el "Osanna".
La audición en vivo de la Misa en si menor siempre tiene gran trascendencia para el oyente, por la potencialidad emocional de su mensaje. Y, también, porque proyecta muy nítidamente el retrato de Johann Sebastian Bach, con una carga de humanidad que hace plenamente comprensible el inmenso amor de la gente por su música.
Misa en si menor
Festivales Musicales.
Teatro Colón, Libertad 621
Hoy,a las 17.






