La misteriosa muerte del papa Juan Pablo I

En la madrugada del 29 de septiembre de 1978 se dio a conocer una noticia que sorprendió al mundo. Había sido encontrado muerto en sus aposentos Albino Luciani, quien sólo 33 días antes había elegido ser llamado Juan Pablo I, en honor de sus dos predecesores, para cumplir la función de papa para la que fue electo.

La versión oficial que dio el Vaticano sobre la causa de la defunción fue que el sumo pontífice había sufrido un infarto. Sin embargo, esta versión fue puesta en duda por la buena salud de la que gozaba el nuevo papa. Y en cuanto se revelaron los cambios estructurales que Juan Pablo I planeaba realizar en la Iglesia, surgieron numerosas hipótesis, según las cuales el deceso podría haberse debido a que Juan Pablo I haya sido asesinado.

Un caso extraño

"En lo que respecta a la muerte del papa Luciani, hay quienes sostienen que la hipótesis del asesinato se trata de una leyenda, que es imposible que un papa sea asesinado. A quienes piensan así, les recuerdo que apenas tres años después su sucesor, Juan Pablo II casi fue asesinado en la Plaza de San Pedro", sostiene Andrea Tornelli, biógrafo de Luciani y autor del libro "Papa Luciani, la sonrisa del santo", una de las obras en las que más se desarrolla la hipótesis de que el Santo Padre fue víctima de un acto homicida. Esta noche, a las 22, la señal de cable Infinito pondrá en pantalla el documental "Juan Pablo I: una muerte dudosa", producido por el periodista Román Lejtman, y que investiga las circunstancias que rodearon el deceso de este papa, con testimonios y documentación recogida en nuestro país, en Italia y en España.

Luciani tenía 65 años cuando falleció. El documental recoge testimonios de sus más íntimos colaboradores y su familia, que explican las buenas condiciones de salud en las que se encontraba el papa cuando sufrió, según la versión oficial, el infarto que terminó con su vida. Estos testigos y otros hechos que expone la investigación periodística de Lejtman ponen en duda que se conozca realmente la verdad de lo que ocurrió aquella noche de su muerte.

Por Ricardo Marín

---

Conforme a