La Todo Mal: una orquesta gitana

La fascinación porteña por los sonidos balcánicos se refleja en cada una de las ediciones de las multitudinarias fiestas Bubamara, en los conciertos de la Babel Orkesta y en las visitas, ya habituales, de Emir Kusturica y Goran Bregovic. Otro de los grupos que conforman el imaginario gitano en Buenos Aires es La Todo Mal Orquesta, que este miércoles 19 de mayo, se presenta el The Roxy Live, Niceto Vega 5542, en el marco del ciclo Jazz Daniel’s.

Sobre la fascinación por las músicas gitanas, el cantante, guitarrista y acordeonista, Pablo Estevez explica: "se debe a un hartazgo de la música que se venía generando en los últimos tiempos. De las bandas que salen idénticas, como copias, de Los Redondos, Los Piojos o Las Pelotas. Por otra parte venía llegando toda una corriente de música sónica para empastillarte en las discos. Y a nosotros nos gusta más el vino tinto. Y las buenas canciones que cuentan cosas." El saxofonista José Totah agrega: "Con respecto a las fiestas, nosotros participamos de las Bubamara en su edición Chilena, donde obtuvimos una gran respuesta de la gente. Fuimos invitados por los organizadores de allá. Lo que todavía no comprendemos es por que no nos invitan a participar en las Bubamara locales. Tal vez por que somos muy roqueros para lo balcánico. O porque hacemos algo demasiado original para ser encasillados en esa clase de fiestas, que muchas veces resultan una copia, o una apropiación un tanto grotesca, o simplista, de lo que se entiende por ‘balcánico’ de este lado del mundo".

¿En qué medida influyeron los soundtracks que Goran Bregovic hizo para las películas de Kusturica en la génesis y en el sonido de la banda?
No sólo Goran y más adelante Kusturica nos impactaron. También investigamos otros sonidos, fascinados por lo que hacían otros como Les Negresses Vertes, Mr. Bungle, The Tiger Lillies y la fuerza femenina en Amparanoia. La cuestión era no escuchar lo de siempre, explorar lo distinto y lograr un abordaje que permitiera sacar a relucir una personalidad propia. Supongo que Kusturica y Goran encendieron la mecha de la Todo Mal, pero una vez que la bomba estalló ya fue imposible rastrear esos orígenes, esa fascinación primigenia por lo "balcánico", o por lo que nosotros entendíamos que era "lo balcánico". La mezcla, luego del estallido, desactivó algunas raíces.

El primer trabajo que hicieron fue el soundtrack de una obra basada en Freaks (1932), el filme de Todd Browning. ¿Dirían que el afán nostálgico, anacrónico y deforme es una de las características del grupo?
Lo de Freaks tuvo que ver con eso. Con un comienzo definitivamente freak... En el 2001 nos juntamos unos amigos para hacer algo de música, y apareció un mentiroso director de teatro con un par de actores que tocaban instrumentos y nos propuso tocar en una obra de teatro que él iba a dirigir. Ya era muy deforme la formación: un bandoneón, bajo (que en principio iba a estar ejecutado por dos personas simulando los siameses de la peli), teclado, octapad, dos guitarras, un violín y un saxo. Mentiroso en esa actitud de productor, arengando todo el tiempo para que sucediera lo imposible. Nos alquiló una pantalla gigante y nos puso a todos a ver la película original y hacer comentarios. Y sucedió. Terminamos armando un repertorio freak que tocábamos todos los viernes en su obra de teatro.

El disco presenta, entre muchas otras virtudes, muy buenos arreglos de vientos. ¿Cómo llegaron a trabajar con el "Pollo" Gómez?
El Pollo es un amigo de la música, un gran músico, versátil, solidario y amigo de lo independiente. Y principalmente le gustan los desafíos ultra deformes. Enseguida que le mostramos el material aceptó no sólo arreglarlo sino también entrenar a los vientos para venir a grabar y hasta se disfrazó para un video, además de acompañarnos en muchos shows como músico invitado, más en las primeras épocas en que no contábamos con una formación de vientos estable. Es más, creemos que fue el primer vientista de la Todo Mal. Post Freaks.

Van a tocar en el marco del ciclo Jazz Daniel’s, ¿cuál es la influencia del género en el lenguaje musical de la orquesta?
La decisión fue de los productores del Roxy que evaluaron que lo nuestro da para ese ciclo. A nosotros nos interesa mostrarnos en todos los lugares posibles y esta es una gran ventana. También es cierto que varios de los vientistas de la formación son muy fanáticos del jazz. Supongo que algo del fraseo del jazz, sobre todo en lo relativo a la improvisación, se imprime en la música de la Todo Mal.

¿Por qué decidieron versionar "Te tiraré del altar"?
Nos invitaron a participar de un disco homenaje a Los Fabulosos Cadillacs; pudimos elegir el tema y pensamos que "Te tiraré del altar" pertenecía al universo Todo Mal, más que nada por la letra. La Todo Mal tiene una forma de contar las cosas en la que el final feliz es muy difícil de encontrar: muchos "lados b", antihéroes, caminos truncados, amores imposibles, pero no por grandes desaciertos sino por pelotudeces. Nos fascina el hecho de que lo intrascendente pueda ser tan determinante. Si uno se pone a pensar, grandes hitos de la historia fueron causados por pequeñísimos detalles. "Te tiraré del altar" nos pareció una canción que tranquilamente podríamos haber compuesto nosotros. Además de que nos gusta versionar canciones y formular efemérides para cada ocasión. En nuestro viaje a Chile, por ejemplo, incorporamos al show una versión muy divertida de "Todos Juntos", de Los Jaivas, y una casi alegre del desgarrador "Te recuerdo Amanda". Hasta hemos compuesto un reggae porque en una fecha compartíamos el escenario con un grupo del género. Nos gusta jugar con la música, desempolvarla y tocarla como la sentimos, como nos sale. "Te tiraré del altar" es un ejemplo de eso.

De Diego Frenkel a Sergio Dawi, todos los músicos invitados provienen del mundo del rock, ¿cómo perciben ese acercamiento al universo musical de la orquesta?
La propuesta para algunos fue invitarlos a un juego, músicos del universo roquero jugando con nosotros y ejecutando instrumentos que no son propios del género ni son aquellos por los cuales los conocemos. El caso más emblemático es el de Tomás Susmman, violero de Las Pelotas, que participó tocando mandolina en un tema. De violero de rock a mandolinero. Y otros músicos de Las Pelotas, como el baterista Gustavo Jove, que grabó derbakes y la bajista Gaby Martínez, que grabó guitarras acústicas; inicialmente queríamos que grabara un stick pero en esa época se peleó con él y parece que lo abandonó. Pero lo toca muy bien. Otros fueron convocados también por pura admiración: desde Seba Schachtel (un delicioso de la música), Diego Frenkel, pionero de la música viajera... (En 2001, cuando fundábamos la Todo Mal, La Portuaria edita Me mata la vida, un discazo viajero que los porteños no supimos apreciar y quedó en el olvido). Sergio Dawi, y sus saxos con un sonido muy particular muy emparentado con la impronta y el universo de La Todo Mal, adhirió desde las primeras épocas y nos acompañó también en esos primeros shows, creemos que atraído por el costado teatral y circense de nuestra música. Y con Leonora nos reunió mágicamente las vueltas de la vida, de las épocas en que pululábamos por los conservatorios de música.

El sonido que logra la Orquesta excede a los Balcanes y es esencialmente cosmopolita, llena de influencias de músicas de distintas partes del mundo. ¿De dónde viene esa vocación, digamos, "viajera"?
De algunas particularidades. Por ejemplo: uno de los cantantes se la pasó toda la vida mudándose de casa. Llegó a contar más de 25 direcciones en sus 40 años, incluyendo entre ellas Ibiza y Formentera. La cosa viajera tiene mucho que ver con nosotros, con el constante deambular. Me hace acordar un poco también a la idea del flaneur, de Baudelaire; aquel que se la pasa yirando sin rumbo, gozando ese devenir. Una de las cantantes es alemana y la otra mendocina, también desterrada del aburrimiento. También tenemos viajeros de Lincoln (Pcia. de Bs. As.), de Montevideo... Hasta Boris, el artista que nos hace casi todas las piezas gráficas encargado de generar la estética visual Todo mal, divide sus días entre Buenos Aires y su Zárate natal. Hay un gran magnetismo que tiene que ver con el desarraigo y el andar. Y eso nos convoca. Y como siempre decimos: hacemos música de inmigrantes hecha por sus nietos para emigrar... y volver a inmigrar. Porque nada se conoce, hasta que se llega a la otra orilla y se lo contempla desde allí.

Mirá a La Todo Mal Orquesta en vivo:

Por Por Humphrey Inzillo

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