
La voz preferida de Jorge Luis Borges
Jorge Vidal: el cantante que acompañó a Osvaldo Pugliese en los cuarenta, se convirtió en el favorito del autor de "El Aleph" por su versión de "Puente Alsina"
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La voz de Jorge Luis Borges resonó en el living de su departamento de Maipú y Charcas:"¡Madre, madre, pasame otra vez el tango!". Y Doña Leonor Acevedo, que lo complacía, introdujo en la antigua fonola el disco de pasta desde donde llegaron los acordes de su canción predilecta.
Borges solía escucharlo efectuando hondas disquisiciones sobre Gardel (con quien no simpatizaba), el malevaje y también el arrabal que esa obra pintaba como pocas. Se trataba de "Puente Alsina", que pergeñó Benjamín Tagle Lara, compositor y periodista del diario La Capital, de Rosario. La versión grata a los oídos de Borges pertenecía a Osvaldo Pugliese, con la voz de Jorge Vidal, y había sido grabada en 1949.
Tagle Lara había precedido en el tiempo a Borges con una de las coplas de esa obra que decía: "En la sospechosa quietud del suburbio, la noche de un turbio drama pasional".
La trama reivindicadora del antiguo viaducto que unía a Nueva Pompeya y Valentín Alsina cerraba dramáticamente invocando al barrio: "Madre que ya no responde, ¡que digan adónde la han ido a enterrar!" Con los años supimos el modo en que Pugliese escogió el tema para su repertorio. A fines de la década del cuarenta, don Osvaldo actuaba en el Café Argentino de Chacarita. Allí, los cantores "de cantina" solían intentar alguna chance en esa sala, a la espera de una oportunidad de incorporarse a cualquier conjunto típico.
El modo de lucir el caudal de voz consistía en interpretar "a capella" (es decir sin micrófono). Y la de Jorge Vidal era una gola poderosa con tonalidad de barítono tirando a bajo, a la que sumaba una percha atlética trabajada en los gimnasios y en la Escuela Naval.
Una testa morena y engominada le valió a Vidal el apodo de "negro", que aún conserva. Enfundado en un smoking alquilado, había recorrido salones de la periferia y actuado previamente en "La paz", un reducto de Barrancas de Belgrano.
Era la época de los "cantores estrella" y Pugliese tenía por entonces como vocalista a Roberto Chanel, quien se retiró en busca de mejores horizontes. Para reemplazarlo convocó a Vidal, a quien había escuchado en el "Argentino", y éste incorporó al repertorio de Pugliese el tema "Puente Alsina", que otrora interpretó con guitarras y gran éxito.
Osvaldo tenía cierto resquemor de estrenarlo por aquello de las rivalidades de barriada, pero el público ovacionó cada interpretación.
Ocho temas llevó Vidal al disco durante el par de años que pasó con el creador de "La Yumba". Entre ellos estaba "Un baile a beneficio", milonga de Caviello y Fernández inédita hasta hoy: Pugliese había orquestado para grabar "El arroyito", de Samuel Castriota (autor de "Mi noche triste") y no le convencía. Ya dispuesto a perder el turno en el estudio, Vidal le sugirió al director "Un baile a beneficio", uno de los números fuertes del cantante como solista.
Situaciones de orden económico forzaron a Vidal a desvincularse de Pugliese, y resolvió presentarse nuevamente como figura solista, con las guitarras de Jaime Vila. Debutó en "La Armonía", de Corrientes 1443. Innumerables reductos nocturnos se sucedieron a posteriori en la carrera de Vidal, entre ellos el "Babilonia" del desaparecido Parque Japonés, durante la década del cincuenta, y otras boites.
El séptimo arte también convocó al cantante para un papel protagónico, en este caso a raíz de una situación especial. Argentina Sono Film había firmado un precontrato con Aníbal Troilo para que éste se desempeñara como actor, a condición de que bajara de peso. Pero como los tagliatelli de doña Felisa hicieron trizas las honradas intenciones de Pichuco, se viabilizó así el debut cinematográfico de Vidal. Luego llegaron tiempos de teatro de revistas junto a Francisco Canaro, de televisión y de giras por el exterior que lo llevaron al Carnegie Hall de Nueva York y a Europa.
El hoy de nuestro protagonista se nutre de su programa dominical, "La casa del cantor", entre las 11.45 y las 13, por la AMde Radio Nacional. El mismo nombre tiene el inmueble de la avenida Córdoba 3157 que dirige, con el propósito de proteger a los artistas y a sus presentaciones públicas.
Todavía de atuendo veraniego, con pantalón negro y mocasines blancos, y asistido por su esposa y colaboradora Blanca, Jorge Vidal suele presentarse precedido de esta glosa de José Basile, que lo define: "Con vos la vida es más linda, alegre y cordial, porque sos diferente, hermano Jorge Vidal".





