
Lo que dejó el año que se va
La alta definición y el cine online fueron los grandes protagonistas
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Las tendencias, se sabe, no tienen fechas fijas de nacimiento o defunción. Los cambios -sobre todo aquellos ligados a las nuevas tecnologías- no surgen de un día para el otro sino que están ligados a largos procesos en los que algunas pocas ideas funcionan de entrada y muchas quedan en el camino para dar lugar a otras que resultan superadoras.
Las formas del consumo de películas han ido cambiando de manera vertiginosa en los últimos tiempos con la llegada masiva a los hogares de los dispositivos en calidad HD. Y la industria del cine -tan castigada por la piratería- ha encontrado en el streaming legal una posibilidad de conquistar a un segmento del público (resta todavía por ver cuán amplio) que está dispuesto a pagar un abono mensual o un alquiler por título si la oferta y la calidad son las mejores. Otro tema, por supuesto, son los tiempos: la inmensa mayoría no quiere esperar demasiado para ver algo que le interesa.
Así, 2011 quedará como el año de la explosión del negocio del cine online (ya no necesariamente en una pequeña computadora personal sino en pantallas bastante más amplias) con la llegada a la Argentina de un gigante del VOD ( Video On Demand ) como Netflix, variantes locales como On/Video y Vesvi, o propuestas más ligadas a películas de arte como Mubi. Prácticamente, no hay operadora de cable, compañía telefónica o productora de contenidos que hoy no esté ligada o en negociaciones para sumarse a una proveedora de servicios online . Y todavía queda definir qué papel jugará Cuevana -un fenómeno insoslayable en el sector, más allá de los cuestionamientos que incluso desde lo judicial ha recibido por parte de amplios sectores de la industria- cuando de manera progresiva vaya legalizando sus actividades.
Las muestras de cine y los medios de comunicación también se han rendido ante el furor digital. En 2011, el Festival Mapfre 4+1, por ejemplo, presentó toda su competencia oficial de manera simultánea en la plataforma de Mubi y Unifrance consolidó su propuesta online de MyFrenchFilmFestival. Casi ningún medio puede prescindir de Internet y de las redes sociales: hasta la mítica revista de cine El Amante , un emblema del "papel", anunció -el mismo día en que celebraba sus 20 años de existencia- que en febrero próximo abandonará su versión impresa para concentrarse en una propuesta online paga.
Twitter, Facebook y YouTube se han transformado también en las principales plataformas de lanzamiento de una película. Hoy, un trailer puede ser visto en cuestión de segundos por millones de usuarios (algo que ocurrió en la noche del martes con el primer avance de El hobbit ) y, ya en el terreno independiente, nadie puede dudar de que parte del éxito de El estudiante , la excelente ópera prima de Santiago Mitre, se debió al impulso (una suerte de "boca en boca" virtual) conseguido en las redes sociales. El cine, por suerte, todavía se disfruta de manera óptima en las salas (indiscutiblemente el mejor ámbito), pero lo cierto es que en buena medida se promociona, se discute y también se consume en Internet.






