
Los riesgos de un objeto fetiche
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Cualquier cosa que signifique una mayor venta de discos es buena para el negocio musical y para la música como expresión artística y la cultura general. Es positivo, por más que sea una moda o una cosa caprichosa. De todas maneras, me resulta medio inexplicable desde el punto de vista técnico o lógico, pero bienvenido sea, porque por otro lado, cuando se dejaron de fabricar discos fue el principio del fin de la industria discográfica, coincidió con la aparición del CD y la distribución de música digital. Que el vinilo vuelva me parece un buen síntoma, es algo que no se puede duplicar caseramente ni bajar de Internet, sino que tenés que ir a una disquería y comprarlo como en la vieja época.
Ahora bien, lo que yo siempre digo es que si para hacer ese vinilo se utiliza el audio de un CD y no el máster ni las cintas analógicas originales, el sonido jamás será superior. Si la vuelta del vinilo obedece a que tiene más calidad que el CD, pero hacés un original desde el disco compacto, resulta que obtenés la misma calidad y todo lo otro es un verso.
Aquí en la Argentina se han borrado y perdido cientos de cintas de grabaciones originales, durante años en los que las compañías se fueron achicando o liquidando. Entonces, si se hace mal, sólo queda como algo lindo, porque hay mucho fetichismo alrededor de todo esto y la gente lo compra, pero no lo escucha. Si el vinilo vuelve, que sea para escuchar mejor la música.
Gustavo Gauvry



