La esperanza del globalifolico
Nosotros lo vimos primero. En 2000, Manu Chao arrasó con todo en la Argentina: sus recitales multitudinarios en Mendoza, Rosario, Córdoba y Buenos Aires; su apoyo a todas las buenas causas posibles; su show callejero y gratuito para H.I.J.O.S., lo convirtieron en un personaje insoslayable del año. En 2001, el tipo de la gorra de lana editó Próxima estación: Esperanza, su largamente esperado segundo disco solista, con el cual, simplemente, conquistó el mundo.
Próxima estación... vendió más que todos los discos de Mano Negra y Clandestino juntos. El tema "Me gustas tú" es un verdadero hit universal que en la Argentina no sólo ganó las radios sino también la televisión. ¿Lo viste a Jorge Rial tarareándolo en Intrusos? ¿Los viste a los chicos del Gran Hermano bailándolo en la casa? En España, el tema suscitó una pequeña polémica porque algún periodista chismoso acusó a Manu de haber recibido dinero por incluir en la letra la frase "Me gusta La Coruña" (¡Qué gran negocio sería una canción enteramente dedicada a los patrocinadores! Pensálo: "Me gusta Coca-Cola, me gustas tú; me gusta Metrovías, me gustas tú; me gusta De la Rúa, me gustas tú; me gusta ypf, me gustas tú..." Brillante.) En los Estados Unidos -siempre reacios a los artistas no norteamericanos, sobre todo si cantan en otro idioma- Manu copó el Central Park de Nueva York. En fin: en casi todo el planeta se dejaron seducir por este talentoso globalifóbico que marchó en Génova contra el g8 (el grupo de los ocho países industrializados) y se convirtió en un referente de toda la gente interesada en resistir algo.
Próxima estación... fue un disco polémico, pero sólo para la prensa. Algunos críticos acusaron a Manu de copiarse, de repetir la fórmula inventada por él mismo en Clandestino, como si esto fuera un pecado mortal. Manu, sonriente, replicó que su segundo disco era "la hermanita pequeña" del primero. "Cada día veo más claro que es la hermanita pequeña; no tengo ni puta idea de por qué, pero lo veo más femenino... los veo macho y hembra, no sé por qué. En éste se ha llamado a algún músico para una sesión verdadera en estudio; lo queríamos más alegre. Aunque alguna gente me dice que es más triste, yo lo veo más ligerito", le dijo a un periodista de Rolling Stone.
Otra vez volvió a grabar en su estudio portátil; otra vez volvió a mezclar sonidos de las radios, de las calles; otra vez volvió a grabar nuevas letras para la misma canción que se repite dos veces por disco ("Bongo Bong" y "Je Ne T’Aime Plus" en Clandestino; "Mr. Bobby" y "Homens" en Próxima estación... ) y a musicalizar la vida de las calles de América latina.
Dice que se siente más joven que nunca, pero que se ríe de eso. Dice que ya ha hecho lo suyo; que, como dice su escritor favorito, el uruguayo Eduardo Galeano, "lo que venga es propina". Dice que está muy bien de la vida y de la cabeza y que piensa en la muerte y se ríe de ella. El año pasado me dijo que se iba a ir a vivir al Brasil, pero todo indica que por ahora ha cambiado de planes. En la Argentina, los discos piratas de sus conciertos en Mendoza y en Rosario circulan en los parques y en las plazas. El de Mendoza es un cd doble que cuesta 13 pesos. Un disco clandestino. Como él. Manu cumplió 40 años en 2001. Todo indica que escucharemos sus canciones por mucho tiempo hasta olvidarnos de quién las ha escrito, como suele ocurrir con la mejor música popular.
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