Matt Damon y Jimmy Kimmel, una dorada enemistad

Algunos esperaran ansiosos el momento en que se anuncie la mejor película o la mejor actriz y tal vez a otros les interese más el destino del Oscar al mejor actor de reparto. Sin embargo muchos espectadores estaremos atentos para no perdernos el momento en el que Jimmy Kimmel , el conductor de la ceremonia, ataque a su enemigo público número uno: Matt Damon . Es que ya hace diez años que el actor –que irá a la fiesta de la Academia como nominado por ser productor de la notable Manchester junto al mar– sostiene una pelea ficticia y graciosísima con Kimmel.

Lo mejor del falso enfrentamiento comenzó con una broma en el ciclo del conductor en los tiempos en que el programa no atraía a los invitados clase A necesarios para mantenerse a flote. A falta de nombres rutilantes, el cómico acostumbraba a cerrar cada emisión con un chiste. “Mis disculpas a Matt Damon, nos quedamos sin tiempo”, decía el conductor bromeando con el hecho de que su programa estaba tan repleto de invitados y buenos segmentos que hasta les quedaba afuera una estrella como Damon. Amigos fuera de las cámaras, pronto tanto Kimmel como Damon descubrieron que algunos espectadores creían que todo el asunto era en serio y que el conductor tenía un especial encono para con el actor. Y entonces la gran pelea de ficción se transformó en un polo de atracción tan irresistible que el programa ganó espacio en los medios, el rating empezó a subir y la calidad de los invitados también comenzó a crecer.

En los Emmy –que se entregaron en septiembre y también condujo Kimmel– el mundo entero pudo ver y disfrutar poco más de dos minutos del par que ya tiene el tempo de un aceitado dúo cómico.

En el fiesta de la televisión, Damon apareció sobre el escenario para burlarse del conductor que acaba de perder el premio en su categoría. Con falsa preocupación le pidió a la platea que intentara levantarle el ánimo y se ocupó de decirle perdedor todas las veces que pudo.

Unos cuantos años antes, la broma había sido que cuando Damon finalmente aceptó aparecer como invitado en el ciclo, el conductor se tomó tantos minutos para presentarlo que no quedó tiempo para la entrevista. Con los títulos corriendo, el actor parecía enfurecido por la mala jugada de Kimmel.

Al poco tiempo la disputa creció cuando Guillermo, uno de los colaboradores del programa, se “infiltró” en el rodaje de Bourne: El ultimatum para intentar sacarle el protagónico a un enojadísimo Damon.

Un año más tarde, la comediante Sarah Silverman, por entonces la novia de Kimmel, le confesó al conductor al aire por medio de una divertida canción que lo estaba engañando con el actor. Tan exitoso fue ese segmento que el video se volvió viral y a la larga le consiguió a Jimmy Kimmel Live! sus primeros premios Emmy.

Con el paso de los años, las bromas a expensas de Damon fueron cada vez más sofisticadas: lo dejaron afuera del genial segmento homenaje a Hollywood (una falsa película llamada Movie: The Movie) y él, indignado, se hizo cargo del programa especial al término de los Oscar que suele conducir Kimmel, impedido de presentarse por estar “secuestrado” por el propio Damon.

Más tarde, en busca de enmendar su relación el actor y el conductor, fueron a terapia de pareja juntos y, aunque el análisis no tuvo los resultados esperados, este año regresaron para ver si finalmente la antipareja podía salvarse antes de los Oscar.

Alerta de spoiler: no funcionó.