McGuinness: la quinta parte de U2
El manager de los irlandeses comenzó a trabajar con la banda en 1978, cuando ni siquiera se había editado su primer disco.
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"Soy el quinto miembro de la corporación U2", sentencia a manera de presentación el manager de la banda irlandesa, Paul McGuinness. De tez indiscutiblemente celta y ojos celestes, el robusto hombre, de 46 años, parece ser a primera vista el tipo de persona a la que nada altera. Lleva su trabajo, el de manejar todo cuanto rodee a la mayor banda de rock del momento, sin grandes esfuerzos. McGuinness parece haber nacido para hacer lo que hace. Y lo hace más que bien.
La quinta parte de U2 se incorporó como manager en 1978, cuando todavía Bono y compañía no habían editado ningún disco, y su exitosísima carrera apenas comenzaba a dar los primeros pasos. Ahora, veinte años más tarde, está sentado en la confortable habitación 103 de La Mansión, sector perteneciente al Hotel Hyatt de Buenos Aires, y cigarrillo en mano, se dispone a dialogar con La Nación.
-¿Todavía disfruta ser manager de U2, o la inmensidad de la banda en este momento no se lo permite?
-Por supuesto que sigo disfrutando de mi trabajo. Ellos son los mejores. Cada gira disfruto más de los shows. Es algo muy satisfactorio para mí.
-En estos años de convivencia con U2, ¿pensó en algún momento que se separarían?
-Es que de alguna forma se separaron. Ellos se separan cada vez que hacen un álbum. Pero creo que lo que los mantuvo unidos tantos años fue que el éxito les llegó lentamente. Recuerdo que U2 eran cuatro amigos antes de ser una banda. Ellos tuvieron mucho éxito, mucha satisfacción creativa y fueron mejorando todo el tiempo. Incluso, son ahora mejor banda de lo que nunca fueron. Y eso mantiene cierto espíritu de seguir para adelante.
-¿Quién toma las decisiones en los momentos difíciles de la banda?
-Tomamos las decisiones conjuntamente. Nos reunimos y discutimos todo. Después de largas y delicadas discusiones entre los cincos, salen los planes futuros para la banda.
-¿Cuál cree que fue el peor momento del grupo, en lo que se refiere a lo extramusical?
-Quizá no hayan tenido realmente malos momentos para destacar. Los primeros discos no tuvieron un éxito inmediato, sino que fueron exitosos lentamente, quizás a la velocidad y en la medida correcta. Llegó en el momento justo, y por eso siempre fue todo sobre ruedas. A medida que fueron grabando sus discos y que fueron mejorando, el público comenzó a apreciar el espíritu de la banda correctamente, y eso siempre ayudó.
-¿Cómo hizo para venderle la música de U2 a la compañía Island Records, veinte años atrás?
-Me gustaría decir que todas las compañías querían firmar con U2, pero lo cierto es que había sólo una, Island Records. La verdad es que fuimos muy afortunados, creo que el sello era algo distinto en aquel momento. Independiente, con un estilo británico, como los sellos indies ingleses... Nuestra mejor arma eran los conciertos. Tenían actuaciones muy fuertes. Desde los primeros discos, a pesar de no vender muchos ejemplares, ganaron reputación gracias a sus fantásticos shows en vivo. Eso fue lo que más les atrajo del grupo.
-¿Qué opina de las críticas que señalan a la banda como políticamente demagoga?
(Ríe) -¿Es así? Creo que es muy natural que los artistas tengan una opinión política. Sería muy sorprendente que no estuvieran interesados en esos temas. Además, cuando uno es un artista tiene una plataforma desde donde puede emitir sus opiniones. Cuando nos involucramos en la política, podemos apoyar organizaciones como Greenpeace y Amnesty International. Hablar nada más no es suficente, hay que actuar en consecuencia. Nosotros disfrutamos de la libertad creativa que tenemos, y sentimos que todos deben disfrutar de ese derecho.
-Muchos dicen que usted es "El Padrino" de U2. ¿Se siente como tal?
(Vuelve a reír) -No. Yo siempre digo que soy el quinto miembro de la corporación. Soy un amigo, soy un crítico y disfruto mucho trabajando con ellos. Sin duda, ellos son los mejores.
Nunca más Macarena
-Para este PopMart Tour, la banda había ideado un momento dedicado al público según el país en que estuviesen, en donde realizaban un karaoke con una canción tradicional de cada lugar. Pero ya no lo hacen más. ¿Por qué?
-Ocurrió que para el show que hicimos en Barcelona elegimos la canción "Macarena", y el público se disgustó mucho. Fue un desastre. Tuvimos una decisión completamente equivocada. Queríamos que la audiencia se divirtiera, pero al parecer no fue así. No entendimos bien por qué se enojaron tanto. Pero después de eso, paramos de hacerlo, y no creo que lo repitamos nunca más.
-¿Ha escuchado las bandas que abrirán los conciertos aquí en Buenos Aires?
-Siempre las escuchamos personalmente y las elegimos entre los cinco antes de llegar a cada ciudad. Espero que hayamos hecho una buena elección en esta oportunidad. Y si bien en la mayoría de los casos no puedo ver a los grupos en vivo, ojalá pueda hacerlo esta vez. A propósito, ¿Illya Kuryaki es por el nombre del personaje de la serie de televisión? Genial.





