
Milú se unía a las aventuras de Tintín
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El 10 de enero de 1929, el fox terrier Milú comenzó a acompañar a Tintín en sus recorridas por el mundo. Se trató de la primera aparición de los dos juntos, inseparables a lo largo de las más de 20 historias en las que los unió la mano del dibujante belga Georges Remi, más conocido como Hergé (iniciales volteadas de su nombre y apellido: erre ge ). Ese debut fue en el álbum Tintin au pays des Soviets (Tintín en el país de los Soviets), en el suplemento infantil del diario belga Le Vingtième Siècle (El Siglo Veinte), llamado, precisamente, Le Petit Vingtième (El Pequeño Veinte). Desde entonces, Milú fue el incansable compañero del curioso e intrépido periodista. Su nombre original en francés, Milou, era un homenaje a la primera novia del autor del comic cuando tenía 18 años, Marie-Louise Van Cutsem, que tenía ese apelativo. En el mundo anglosajón conocen al perrito como Snowy (Nievecita), y en el germánico, Bobbie . Una curiosidad, en la historia Tintin au Tibet (Tintín en el Tibet), unos monjes lo apodan Nieve de la Mañana.
En los comienzos, aparecían en el título los nombres de los dos personajes: Las aventuras de Tintín y Milú , aunque finalmente terminó por quedar sólo el copetudo muchacho. Milú tuvo un papel muy preponderante en las primeras historias, no pocas veces como salvador in extremis de Tintín de una muerte segura. Con la aparición posterior del capitán Haddock -con quien la mascota compartía algunos rasgos de su carácter irascible y un manifiesto amor al whisky Loch Lomond-, perdería protagonismo. Eso no le impidió, por ejemplo, pisar el satélite terráqueo en la historia On a marché sur la Lune (Aterrizaje en la Luna), o recorrer las profundidades marinas en Le trésor du Rackham le Rouge (El tesoro de Rackham el Rojo). Varios tintinólogos han reflexionado sobre la particular relación entre Milú y Tintín, y tal vez la más ajustada sea la que sugiere que entre ambos existía "una telepatía secreta, una cuestión de ondas misteriosas". Su fama es tal que, por ejemplo, acompaña a Tintín en una moneda de 10 euros acuñada por la Casa Real de la Moneda belga, y una calle cercana al aeropuerto madrileño de Barajas lleva el nombre de los dos.





