Alegre como chacarera, pero con varios altibajos

Recital de Cuti y Roberto Carabajal. Presentación del disco El cielo de mi Santiago. Con Simón Campo (bandoneón), Luis Lasarte (guitarra), Agustín Carabajal (percusión) y Lucas Argomedo (violoncello) e invitados. Anteayer, en el teatro ND/Ateneo.
Nuestra opinión: regular

Aunque no sea su único elemento constitutivo, la fiesta es parte de la chacarera. Dicho de otro modo: para festejar, buenas son las chacareras, sobre todo si se trata de un festejo santiagueño. Cuti y Roberto Carabajal presentaron anteanoche en Buenos Aires su más reciente producción discográfica que sirve, además, para celebrar los veinte años que están cumpliendo como dúo.

El recital tuvo muy buenos momentos gracias a Cuti y Roberto y mostró varios altibajos por culpa de otros elementos prácticamente innecesarios que la producción fue sumando en más de dos hora y media de espectáculo. Claro que, seguramente, los protagonistas también habrán sido responsables de agregados y digresiones (musicales y extramusicales) que surgieron luego de la muy buena interpretación de una decena de canciones que fueron incluidas en la nueva placa.

Después de ese momento musical, dos animadores del show aparecieron para promocionar su propio programa de radio, leer los nombres de empresas y particulares que apoyaban el recital de estos músicos del clan Carabajal y para hacer comentarios recurrentes. Además, presentaron una clase de baile donde no participaron Cuti ni Roberto. Se utilizaron viejas grabaciones de los hermanos Abalos. Muy didáctico, sin duda (como lo hacían los Abalos), pero eso nada tuvo que ver con el estreno del disco El cielo de mi Santiago ni con el aniversario de Cuti y Roberto.

Además, al final el espectáculo tuvo la distensión del clima peñero, ideal para una peña pero no para estas circunstancias en un teatro. Otra cosa es hacer una recreación peñera dentro de ese contexto. Eso sí se logró gracias a los invitados: algunos músicos del grupo Los Carabajal; Leo Dan, que armó con Cuti una serie de aros; Vitillo Abalos (simple, carismático y profesional como siempre, bailó con su esposa) y hasta la actriz Julieta Díaz, que se dio el gusto de cantar chacarera, dejó un par de versiones decorosas y luego bailó con gestos flamencos. Estos invitados fueron buen preludio para el final a pura chacarera y el complemento del primer tramo del recital donde Cuti y Roberto, junto a sus muy hábiles músicos, desgranaron su repertorio más reciente con tanta gracia.

Todo lo demás resultó un accesorio que no siempre le sentó bien al dúo ni a un espectáculo que apuntó a ser un hecho artístico en sí mismo, más allá de su función de entretener. (¿Habrían invitado a Julieta Díaz si no fuera una actriz famosa?)

También hubo un bloque tanguero con una cantante invitada. Si bien no salieron de los temas tradicionales en versiones convencionales y tantas veces cantadas, el tango fue oportuno en este aniversario, porque es parte de la actualidad del dúo.

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