En el Luna Park, Elíades Ochoa y Barbarito Torres despiden a Buena Vista Social Club
"El son es lo más sublime para el alma divertir", recita Barbarito Torres y Elíades Ochoa completa: "se debería morir, quien por bueno no lo estime". Son dos de los sobrevivientes de esa selección de músicos cubanos que asombró al mundo entero con el proyecto Buena Vista Social Club .
En 1997, la edición del disco Buena Vista Social Club y la película filmada por Win Wenders transformó el tributo a las glorias cubanas de los años 50 en un fenómeno mundial. Todavía quedan las secuelas de esa explosión musical gracias a la supervivencia de una gran diva cubana como Omara Portuondo y un conjunto de muy buenos profesionales que forman la actual Orquesta Buena Vista Social Club. Claro que de los integrantes originales ya no están Rubén González, Pio Leyva, Ibrahim Ferrer y Compay Segundo. Pero Elíades Ochoa, uno de los pilares sobrevivientes y Barbarito Torres, otro de los grandes referentes de ese género tradicional, siguen girando por el mundo en este tour despedida que empezó en 2014 y que culminará con este recorrido final que pasará esta noche por el Estadio Luna Park.
–Mirando para atrás, ¿qué les dejó esta historia del Buena Vista Social Club?
Elíades Ochoa:–En el 96 empezamos el proyecto y dos años después ya habíamos abierto las puertas de la música cubana al mundo. Creo que tenemos que sentirnos unos privilegiados de la naturaleza. Tomamos ese camino de hacer música cubana y nos dio todo. Por eso seremos fieles a ella hasta la muerte.
–¿Hay nostalgia siendo que esta es la gira despedida del proyecto y que ya no están muchos integrantes como Compay Segundo, Rubén González, Pio Leyva o Ibrahim Ferrer?
Barbarito Torres:– Es que en cualquier momento ya nos va a agarrar la despedida de cada cual en el velorio (se ríe con entusiasmo cubano). Nos estamos despidiendo como hace cinco años pero seguimos despidiéndonos. Es que nos queda la responsabilidad de seguir haciendo la música tradicional y autóctona. Nos toca la responsabilidad de mantenerla y que la mantengan los jóvenes. Por eso a la orquesta también se sumaron músicos jóvenes que puedan seguir el legado que los maestros nos dejaron a nosotros.
–¿Cuál fue el cambió más real que produjo el boom de Buena Vista Social Club?
Barbarito Torres:– El siglo pasado comenzó con el boom de la música tradicional con proyectos como el trío Matamoros y cerró el siglo con otro boom de la música tradicional como fue el proyecto Buena Vista. Es una música que siempre marca momentos muy importantes en el mundo.
Elíades Ochoa:– Pienso que la música cubana ha echado raíces y goza de una salud extraordinaria. Ahora a nosotros nos llaman maestros, pero en realidad somos alumnos aventajados. Maestros eran Pépe Sanchez, Emiliano Blez, Sindo Garay y Miguel Matamoros. Si logramos que la naturaleza nos de unos años más de vida y seguimos haciendo un buen trabajo dentro de nuestra música es muy posible que dentro de un tiempo podamos aceptar que nos digan maestros. Mientras tanto tenemos que seguir aprendiendo de ese gran libro que nos dejaron nuestros antecesores
Ry Cooder, que es un gran productor, solo nos podía acompañar y metía esa guitarra con slide que hacía queeeinnn pero nada más. Es difícil tocar nuestra música
–¿Es difícil aprender a tocar la música popular cubana?
Elíades Ochoa:– Todo el mundo no puede tocar la música tradicional cubana. Es complejísima. Para un americano es imposible tocar "El cuarto de Tula". Tendría que ensayarlo por seis meses y en ayunas. Fíjese que el mismo Ry Cooder, que es un gran productor, solo nos podía acompañar y metía esa guitarra con slide que hacía "queeeinnn" pero nada más. Es difícil tocar nuestra música. En Cuba hay un decir del pueblo: "Yo nací con música en la sangre y sin problemas en la circulación". Yo creo que muchos del Buena Vista tuvimos esa bendición.
Barbarito Torres:– Yo surgí de niño en una familia de poetas y músicos campesinos y puder hacer esa música durante muchos años. Pero también me preocupé por oír otro tipo de música porque entendía que el instrumentista no tiene que estar limitado por los géneros. Tuve la suerte de trabajar con los grandes pianistas de Cuba. Te hablo de Chucho Valdés, Frank Fernández, Emilio Morales, Rolando Luna, Peruchín. Eso me ayudó a crecer
–¿Cómo definirían el estilo de su compañero?
Elíades Ochoa:– Para Barbarito, su laúd no tiene secretos. Uno mira un laúd en Cuba y ve a Barbarito. Lleva tantos años tocando el laúd que también se parece a su instrumento (risas).
Barbarito Torres:– Elíades tiene un estilo de la guitarra que no lo tiene nadie y por eso no se puede perder. Es el estilo bien cubano y tradicional.
–¿Cuánto influyó en su música la forma de vida campesina?
Elíades Ochoa:– Si no hubiera nacido para ser lo que soy, un músico de Santiago de Cuba, un músico de pueblo, hubiera sido mejor no nacer. Soy el Elíades que soy, sencillamente. Es lo que siento, es por lo que vivo y por lo que lucho. Antes tocaba guitarra por la calle y pasaba el sombrero (se lo saca por primera vez en toda la charla) para poder vivir. Pero hoy necesito muchísima vida para seguir tocando.
–Si volviéramos a esos días de grabación en los estudios Egrem del disco Buena Vista Social Club ¿qué atmósfera recuerdan?
Barbarito Torres:– Una de las cosas que sentí y Elíades no me dejará mentir es que en ese disco nada estaba planificado. Nosotros tocábamos y Ry Cooder nos estaba escuchando todo el tiempo. Entonces decía: "eso mismo" y se lo ponía a grabar. Era una locura. Nos estábamos divirtiendo. De golpe Elíades sacaba un número musical y Compay lo seguía con otro. Había un ambiente de descarga musical. Esas descargas se fueron grabando y así quedó el disco.
Elíades Ochoa:– Chico, yo recuerdo muchísimas cosas. Esta es una historieta larga. Estas conversaciones comenzaron en el Queen Elizabeth de Londres, donde habían tocado los Rolling Stones. Yo estaba tocando ahí con el Cuarteto Patria y nos fueron a ver muchos sellos. Al final del concierto se me acerca Juan de Marcos González, quien fue el verdadero padre del proyecto Buena Vista Social Club, y me dice que querían hacer un proyecto con unos africanos. Al mes del regreso de la gira me llamó Juan de Marcos, pero los africanos nunca llegaron y surgió la idea de grabar sólo con músicos cubanos que arrastraran un historial como el Barbarito, El Cachaito, Rubén González, El Guajiro Mirabal, Compay, Ibrahim y Pio. Todos nos conocíamos pero todavía no había esa familiaridad que hubo después.
–¿Este es el adiós definitivo de Buena Vista Social Club?
Elíades Ochoa:– Mirá, chico, donde quiera que se pare Barbarito en un escenario van a ver al Buena Vista Social Club. Donde quiera que yo me pare también. Con el Cuarteto Patria con el que toco desde 1978 estoy haciendo la música que oía mi padre, que nació en 1908. Pero cuando yo cante "El Cuarto de Tula", El "Chan Chan", "El Carretero", que son cosas que saqué del polvo, estarás escuchando de nuevo al Buena Vista.
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