Hacia los 100 años de Khachaturian
Anticipándose a los festejos previstos, se presentó el pianista Sahan Arzruní
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El nombre de Aram Ilych Khachaturian se ha visto en las últimas décadas rodeado de una aureola cada vez más amplia. De hecho, en orden a la popularidad que le confirieron sus sinfonías, sus ballets -como "Espartaco" o "Gayaneh"- o su famosísima "Danza del sable", su nombre siguió al de prominentes figuras de la música rusa como Shostakovich.
Este artista nacido en Tiflis (capital de Georgia, ex Unión Soviética) en 1904 -que estuvo en la Argentina en 1957- es hoy, sin lugar a dudas, no sólo el músico de origen armenio más importante, sino el símbolo de todo un pueblo y una nación.
Para referirse a este hecho viajó a Buenos Aires -como parte de una gira internacional previa a lo festejos del centenario del nacimiento que se cumplirá el año próximo-, el destacado pianista Sahan Arzruní. Además de su arte, del que dio acabadas muestras interpretando páginas del músico en el auditorio de Radio Nacional, fue portador del film "La vida y la música de Aram Khachaturian", única copia existente en blanco y negro, que presentó y comentó en el acto recordatorio patrocinado por la filial local de la Unión General Armenia de Beneficencia.
Arzruní, aparte de su actividad regular de concertista, desarrolla una intensa actividad en los Estados Unidos como músico de cámara, compositor y conferencista. Es doctor en Música de la Universidad de Nueva York. Motivado por la conciencia étnica que se ha acrecentado en los Estados Unidos, estudia constantemente las raíces musicales de su legado armenio y ha grabado antologías: varios álbumes con obras del siglo veinte con propósitos pedagógicos. El film exhibido en esta oportunidad, además de mostrar interesantes aspectos del país actual, su paisaje, su gente, sus ciudades y monumentos que perpetúan sus orígenes seculares y la memoria, brinda un testimonio vivo de la personalidad de Khachaturian, registrado durante su larga permanencia en la ex Unión Soviética y en diferentes etapas de su vida,con retratos de su lejana infancia y su medio familiar. Es la síntesis de una vida desde su niñez, etapa en la que no daba señales de una marcada aptitud para la música, hasta que en la cúspide de su vida aparece junto a máximas figuras de la música rusa, como Shostakovich, Kabalevsky, Prokofiev, o el eminente violinista David Oistrakh.
También se lo ve en las etapas iniciales de los estudios, a los diecinueve años, cuando estaba en la Escuela de Música de Moscú y tocaba el violonchelo. Corría el año 1923; posteriormente estudió composición con Gnesin y Miaskovsky, sus maestros, ambos discípulos de Rimsky Korsakov. De éste heredó la influencia "oriental", presente en casi todas sus obras posteriores.
Unida a otros rasgos como el canto melismático de los bardos armenios ("ashugs"), se advierte en su música la ausencia de material temático, un fuerte sentido rítmico y un tono general improvisatorio en el que el pintoresquismo se une a su inventiva y a una incuestionable imaginación.
De esos años datan las primeras obras que Arzruní interpretó en el recital que abrió el acto recordatorio, como las encantadoras piezas del Album de los Niños I y II (particularmente el primero) que abordó con impecable técnica y estilo.
Khachaturian se apartó un tanto, en sus obras posteriores de aquella tendencia orientalista,como aconteció con su famoso Trío para clarinete, violín y piano ( 1932) y con su no menos famosa Toccata, a la que Arzruní imprimió toda su vivacidad rítmica, su vigor y colorido. Por entonces, Khachaturian sentía especial atracción por la música de Ravel, Debussy y los expresionistas centroeuropeos. Así se refleja en estas obras y en la Sonatina (1959) donde afloró una vez más su rica inventiva, con un "Allegro giocoso" que el pianista animó con suma pulcritud.
En cuanto a la Sonata (1961), escuchada en último término, fue con sus potentes contrastes dinámicos -que el piano utilizado, lamentablemente, no reflejó en su totalidad- y la densa trama rítmica que el pianista tocó con ímpetu arrollador , algo que el film registró al mostrar al propio Khachaturian al piano ejecutando su "Danza del sable", todo un emblema de la música armenia.
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