La novísima trova, por primera vez en el país
José Luis Barba pertenece a la generación de los ochenta de la nueva trova cubana, aquella que fue la continuidad natural de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés y que renovó el panorama musical de la isla con sus aires de rebeldía, urbanidad, juventud y fusión con otros géneros. "Cada generación tiene formas que van viviendo y que van modificando la canción. Como jóvenes, teníamos otras inquietudes. Eramos más urbanos y manejábamos un código más del barrio, aunque el denominador común de todo trovador cubano es respetar una estética en el texto y en la música", cuenta José Luis Barba, radicado en Santiago de Chile hace una década, que viene a presentar su proyecto Cubanos , hoy, a las 21, en el ND/Ateneo.
De esa promoción de la novísima trova, como se llamó aquel movimiento que emergió del Festival de la Juventud en 1978, eran Carlos Varela, Frank Delgado, Gerardo Alfonso, Pável Urquiza, Roberto Poveda, Julio Fowler, Amaury Gutiérrez y Gema Corredera, entre otros. "Silvio y Pablo eran nuestros ídolos, pero también lo eran Sindo Garay y los maestros del filin cubano", describe Barba. Muchos de esos trovadores siguen viviendo en la isla y otros se desparramaron por el mundo.
Para su octavo disco solista, el cantautor decidió rendir tributo a ese movimiento y armó un proyecto que reunió a las distintas generaciones de la trova: Silvio Rodríguez, Yusa, Santiago Feliú, Kelvis Ochoa de Havana Abierta, David Torrens, Amaury Gutiérrez, Pablo Milanés. Suylen Milanés, Amaury Gutiérrez, Carlos Varela, Pancho Céspedes, Diana Fuentes del grupo Síntesis, Sandier Ante, Mayito Rivera de los Van Van y Raúl Torres, entre otros.
El álbum Cubanos , que presentará en Buenos Aires junto a Gerardo Alfonso (otro puntal de aquella generación ochenta que viene de Cuba), Rafael de la Torre y Axel Milanés, es un manifiesto artístico del pasado, presente y futuro de la trova. "Es un proyecto que no tiene nada de político, sino que hace hincapié en el aporte cultural de la trova a Cuba -desmitifica Barba-. El espíritu del proyecto es la hermandad entre los diferentes músicos de la isla, vivan donde vivan."
-¿Cuál es la diferencia entre aquella generación de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés y la de los ochenta?
-Fueron diferentes movimientos, porque por un lado Silvio y Pablo llegaron a ser abanderados de la cultura y la revolución fuera del país y tuvieron una proyección que nosotros no tuvimos en un punto, a pesar de ser incomprendidos artísticamente en sus comienzos. Para nosotros fue distinto porque no tuvimos ese apoyo oficial y nos abrimos nuestros espacios día a día para hacer conocer nuestra obra.
-¿Eran una generación más crítica en sus canciones?
-Nosotros no éramos voceros políticos, pero sí voceros de una juventud que iba a nuestros shows con una inquietud social. Recuerdo que aunque no nos pasaban en ninguno de los dos canales de TV La Casa del Joven Trovador siempre se llenaba. Así fue que nuestra obra empezó a salir a la luz. Les cantábamos al amor y a la vida y nos gustaba inventar fusiones. Todos éramos medio rebeldes y críticos sin tener una conciencia total. Era más un grito, la necesidad de una generación, para que nos tengan en cuenta.