Lollapalooza: el armado de los escenarios y de los nuevos espacios
Desde hace veinte días, la producción local del Lollapalooza tomó posición para comenzar a armar y redecorar al predio del Hipódromo de San Isidro, que volverá a albergar por tres días al festival más convocante del país. En esta sexta edición argentina, el Lolla contará con 250.000 metros cuadrados disponibles para las 100.000 personas que asistirán a cada una de las jornadas (las entradas están agotadas y en total pasarán por allí 300.000 personas), ampliando así el espacio físico con respecto a las ediciones anteriores y redistribuyendo algunos de los sectores, como el gastronómico, y eliminando uno de los backstages, el que estaba detrás del escenario Perry's, para poder así, según palabras del productor Diego Finkelstein, "poder ofrecerle al público una mejor y más cómodo experiencia dentro del festival".
A lo largo de todo el fin de semana trabajarán en el predio alrededor de 5000 personas. Muchas de ellas ya lo hacen desde hace una semana, montando los cuatro escenarios principales, el espacio donde se llevará a cabo el Kidzapalooza y las demás carpas, vips y puestos para las distintas actvidades extramusicales.
En lo que tiene que ver con los escenarios, el principal será el que muestre en esta edición las mayores modificaciones, sumando dos pantallas laterales que ocupan todo el ancho y el alto del escenario y unas torres de sonido fabricadas especialmente "para optimizar la visual del público".
Además, a las ya acostumbradas intervenciones artísticas que se esparcen por el Lollapalooza, ideales para selfies e instagramers, este año la producción convocó a una serie de artistas plásticos que desarrollarán diferentes obras temáticas:Marta Minujín creó una pieza bautizada "La Escultura de los deseos", Cynthia Cohen intervino el logo del festival y Pablo Reinoso desarrolló una área de relax.
Entre otras de las sorpresas se encuentran "las casitas", pequeños espacios donde 50 DJ pasarán música para aproximadamente las 20 personas que entran allí. Una experiencia que se pudo ver en otras ediciones internacionales del Lollapalooza, como la de París.