Música digital legal
A mediados de diciembre, DBN y Epsa lanzarán sus sitios de Internet con catálogos que llegan al millón de tracks
lanacionarA mediados de diciembre se pondrán en marcha dos sitios de música digital legal en un hecho desconocido hasta el momento para los consumidores de música digital en la Argentina.
DBN, distribuidora de discos, y Epsa, fabricante y discográfica al mismo tiempo, pondrán a disposición de los usuarios de Internet un vastísimo cuerpo digital de música que tendrá, en esta primera etapa, cifras algo inferiores al millón de tracks.
La inversión de cada una de estas empresas se sitúa en alrededor de los 400.000 dólares.
Una firme alternativa contra la piratería digital, que comenzó en la Argentina a ser tibiamente perseguida especialmente a través de las acciones legales que Capif, entidad que aglutina a los sellos discográficos, inició contra Telefónica a raíz de la campaña de difusión de Speedy en la que decía "Bajá toda tu música".
Tanto para Vicente Amorena, titular de DBN, como para Laura Tesoriero, presidenta de Epsa, la alternativa legal muestra tres ventajas que les permiten apostar a una presencia cada vez mayor como opción para acceder a la música digital.
A saber. Sistemas de muy fácil comprensión y manejo, lo cual incidirá claramente en el nivel de consultas y adquisiciones; carencia de virus, lo que redunda en el cuidado del equipo y menores costos de mantenimiento, y, por último, que es legal.
En cuanto al momento para que el mercado musical digital comience su despegue, coincidieron en que la oportunidad se dio a partir de un encuentro entre acceso tecnológico y la propia decisión de las empresas.
Para Silvana Contreras, vocera de prensa de Capif, "hoy existe la decisión de construir estas disquerías virtuales, retailers en la jerga de este mundo, pues obtuvieron la tecnología y cumplen con el conjunto de restricciones para el régimen de uso de los archivos", señaló.
Se aceptaron como eficientes los digital right management (DRM), que son la plataforma sobre la que descansan los catálogos y su uso.
En este sentido, aquellos que dispongan de iPod -licenciados por Fairplay y Apple- no podrán bajar música de estos lugares legales, pues tanto DBN como Epsa trabajaron con Windows Media. Algo similar a lo que sucedió a fines de los años setenta cuando la televisión color en la Argentina eligió el sistema Pal-N contra su rival Pal-M.
Un mercado en expansión
Las empresas detallaron su estrategia para desarrollarse competitivamente. DBN firmó acuerdos para estar en los portales de CQC, Yenny-El Ateneo-Dromo y un multimedio con el que aún no firmó contrato, pero por el que están muy avanzadas las negociaciones.
En cuanto a Epsa, es vox populi que será a través de Fibertel su llegada a los consumidores de música digital.
Si bien tanto Amorena como Tesoriero guardan una prudencia razonable, desde el búnker de Warner en la calle Córdoba tanto su presidente, Guillermo Castellani, como Mariela Ruffin encuentran que el momento es el adecuado en vista de la fuerte expansión que tiene el mercado.
Por ejemplo, las ventas en el mundo de música digital fueron de 790 millones de dólares en el primer semestre de este año, frente a los 220 millones en el mismo período del año anterior.
La cifra representa el 6 por ciento de los ingresos del sector musical y pone paños fríos a la caída en la venta de los llamados soportes físicos, otra de las maneras de llamar en la jerga de las discográficas a los discos.
Los acuerdos de Warner con dos empresas de telefonía celular -Personal y Movistar- abrieron una interesante puerta de nuevos negocios en el mercado de los ringtones, en el que han hecho punta como proveedores de música.
"Warner siempre ha estado convencido de las oportunidades que había en el mercado de la música digital. El tema de los ringtones es parte de esa confianza que tenemos en este campo", señaló Castellani.
Para Ruffin, el suave pero persistente aumento del impacto que tiene Internet dentro de la sociedad, que llega al 11 por ciento, es una señal de que el mercado se expande. De ahí la necesidad de que la música digital legal ocupe su espacio.
"Si bien en Europa y los Estados Unidos alcanza cifras muy importantes, entre el 70 y el 80 por ciento, el mercado argentino se va consolidando. Esa es la señal positiva, crece", afirmó la estratega de Warner.
De todos los temas tratados con las empresas que proveerán de la música digital legal, es el precio el que reúne las mayores dudas.
En efecto, la imposibilidad de apartarse del precio internacional por track hace que este sistema no sea lo que se llama competitivo: cada track costará un dólar más IVA, algo así como 3,5 pesos. Lo que para el nivel de ingreso argentino no suena muy atractivo.
Sin embargo, los discos digitales costarán alrededor de un 20 por ciento menos que los sólidos (es decir, los que se compran en las disquerías).
Las compañías piensan que lentamente se creará un mercado de comparadores legales que además serán motivados por una campaña de promociones y de facilidades de pago.
Respecto del pago, se está trabajando para que no sólo pueda efectuarse a través de las tarjetas de crédito. Mientras que DBN está construyendo una red con sus clientes (unas 500 disquerías y quioscos de diarios y revistas) para la venta de tarjetas prepagas, Epsa tendría la facilidad de cobrar el material bajado de su retailer a través de la factura de Fibertel.
Un campo en el que comienzan a arar dos empresas que aseguran que sus archivos contienen todo el material producido en la Argentina más una serie de catálogos importados que no se editarán en el país.
La música digital asume como propia aquella bellísima composición bebop de Charlie Parker, "Time´s Now". El momento es ahora.
Acciones legales contra Telefónica
- Mientras que el sitio Kazaa, casi una marca registrada en piratería de música en Internet, fue condenado como ilegal en las cortes de los Estados Unidos, Corea y Australia, Capif inició en la Argentina acciones legales contra Telefónica debido a una publicidad en la que anunciaba que con Speedy se podía "bajar toda la música". En su alegato, Capif señaló que la descarga de música no autorizada para su distribución o comercialización on line constituye un delito contra todos aquellos que tienen derechos sobre obras musicales, es decir, los autores y compositores, los intérpretes y los productores de los fonogramas. La entidad solicitó también una indemnización por daños y perjuicios estimada en una cantidad igual a la que invirtió Speedy en esa campaña publicitaria. Algo similar podría acontecer con los sitios Kazaa y Bit Torrent en la Argentina, que carecen de autorización legal para distribuir música.
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