
Muy juntos, en el canto y en la vida
Ana Belén y Víctor Manuel llegarán con un recital compartido
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Ya desde el saludo y aun a la distancia, las voces de Ana Belén y Víctor Manuel suenan desde el teléfono con el afecto y la familiaridad de los viejos conocidos. "¿Que allí ya me sienten como uno de vosotros? Es hermoso que me digan esto", apunta Ana, y cualquiera que la escuche puede imaginársela todavía más bella, luciendo a pleno en su rostro una sonrisa muy parecida a la que exhibe en la portada de su más reciente grabación.
Y es justamente discográfica la excusa que vuelve a juntar en el camino musical, luego de seis años, a una pareja que lleva casi tres décadas compartiendo la vida, en los escenarios y fuera de ellos. "Dos en la carretera" es la gira que Víctor y Ana traen a la Argentina, después de dar vueltas por toda España, con sendos discos solistas bajo el brazo. lanzados casi al mismo tiempo.
"Peces de ciudad", el flamante CD de Ana Belén, que circula en la Argentina desde hace algunos meses, toma su título de un inspiradísimo tema de Joaquín Sabina e incluye "Yo vengo a ofrecer mi corazón", uno de los clásicos de Fito Páez. Víctor, en tanto, llega con "El hijo del ferroviario", un trabajo de estirpe autobiográfica en el que también aparece Sabina como cantante invitado, en "María de las mareas". El otro punto de encuentro es la presencia en ambas producciones de David San José, uno de los hijos de la pareja, en teclados, arreglos y voces.
"David nos acompaña en la gira -cuenta Ana- y está muy bien para nosotros, a estas alturas de la vida, salir al camino en familia. Esto es como la gallina clueca, que va con casi todo a cuestas. Me gusta mucho que ahora mi hijo me pida opinión sobre algo, cuando en estos tiempos es casi imposible que algo así ocurra..." (Se ríe a carcajadas).
No teníamos a Víctor Manuel y a Ana Belén entre nosotros, cantando juntos sobre un escenario, desde 1997, en el cierre de "El gusto es nuestro", el espectáculo que compartieron junto a Joan Manuel Serrat y Miguel Ríos. De allí hasta hoy, además de los discos citados, Ana Belén grabó junto a Ríos un CD doble con canciones de Kurt Weill y Víctor Manuel hizo lo propio con nuevas versiones de sus canciones asturianas, junto a la orquesta sinfónica y a un coro de la región.
Otra vez en el camino
La gira "Dos en la carretera" toma su título de una película de 1967, dirigida por Stanley Donen y protagonizada por Audrey Hepburn y Albert Finney que entre nosotros se conoció como "Un camino para dos". Ana y Víctor iniciarán su etapa argentina el martes, en Neuquén, y luego seguirán por Bahía Blanca (el 8), el teatro Gran Rex de esta Capital (el 10 y el 11), La Plata (el 12), Rosario (el 14) y Mendoza (el 16).
Ambos lamentan que, por cuestiones económicas, no pueda trasladarse a estas tierras el montaje escenográfico que acompañó la etapa española de la gira, y que incluía entre otros elementos un escenario inclinado, proyecciones, caminos de flores y hasta el paso de un tren lleno de melancolía. "Es un decorado típico de teatro que es imposible de mover hasta allí porque requiere un escenario muy grande. Lo hemos usado en estadios y plazas de toros", aclara Víctor.
Ante esta ausencia (que esperan sea saldada con la inminente edición de un DVD en un nuevo formato "plus", que posibilita ver el concierto en pantalla y escuchar la música en forma separada), cada uno a su tiempo, entonces, arribará como tantas veces en el escenario y en la vida a una coincidencia: que lo más importante de todo pasa por las canciones.
Y si bien prometen que no faltará en el concierto ninguno de los grandes éxitos de más de tres décadas de carrera ("La puerta de Alcalá", "Sólo pienso en ti", "Lía", "El hombre del piano") prefieren detenerse en la nueva cosecha musical. "Yo soy un hombre muy familiar -dice Víctor-, pero nunca le había podido cantar a mi padre, que murió hace ya unos años. Son cuestiones inexplicables, pero ahora tengo esta suerte de regresión, esta necesidad de hablar de los trenes y de mi infancia, que es el pozo de donde siempre uno puede sacar agua."
Sin consejos
Pero aunque abundan en el CD las referencias familiares ("Nada nuevo bajo el sol" habla de su hija y "Hay más de dos caras" parece un legado hacia una nueva generación), Víctor no es muy partidario de dar consejos. "Es que cada uno tiene su propio manual y debe tropezar contra sus propias piedras. No se vive igual a los 20 que a los 40. La juventud es una etapa de absolutos, de certezas que son luego matizables. Hoy la gente joven tiene un abanico de experiencias y posibilidades de elección."
Lo dice con las reservas de quien siempre se empeñó en custodiar celosamente en palabras su intimidad y prefirió expresarla, más sutilmente, a través de sus canciones. Ana Belén piensa exactamente igual, pero por ser ella esencialmente una intérprete ese sentimiento se pone de manifiesto cada vez que elige el repertorio de sus discos. "Con lo que cantas estás desnudando tu alma. Y aunque fueron escritas por otros, en definitiva yo soy responsable de cada canción, porque cuando se convierten en un disco es porque antes pasaron por mi tamiz. Que yo elija una canción tiene mucho que ver con emociones primarias, que son las mismas que experimento cuando leo un personaje para el cine o el teatro. Me importa mucho esa primera emoción, esa que te pilla desprovista de todo y hace mella en ti."
Hablando del disco que se dispone a presentar aquí, Ana se detiene especialmente en "Peces de ciudad", que define como "una de las cuatro mejores canciones que ha escrito Joaquín en toda su vida; es hermosa y triste a la vez, porque congrega los pequeños fracasos, los desengaños y las insatisfacciones que todos vivimos". Y también habla mucho de "Un extraño en mi bañera", la mejor demostración de cómo un hombre (en este caso el venezolano Franco de Vita) puede reflejar un estado de ánimo profundamente femenino, en este caso el de la mujer maltratada.
Víctor también se permite esas reflexiones. En "El hijo del ferroviario" hay canciones que hablan del Alzheimer y de la eutanasia: "Todo es parte de la vida. Hay momentos de euforia y hay otros en que descrees del ser humano y te preguntas por qué vas a seguir viviendo si ya se acabó tu vida. Siempre pienso las canciones después de hacerlas y nunca antes, y a veces todo el dolor de la gente se me mete allí".
Y si de dolor se trata, en dos pieles curtidas en el compromiso social y en la toma de posición crítica y sin ambages desde los tiempos franquistas, el nuevo escenario mundial creado a partir del 11 de septiembre provoca reacciones intensas. "Todo esto es una estafa -dice Víctor, tratando de que su postura quede bien clara-. Nunca me gustó que me digan quiénes son mis enemigos, y mucho menos que ahora Estados Unidos quiera hacerlo. Todo tipo de terrorismo es espantoso, y para mí terrorismo es tanto volar unas torres como atacar a gente indefensa."
Víctor había dejado hace un tiempo de cantar "Cruzar los brazos", una suerte de manifiesto pacifista y contrario al servicio militar, porque se había logrado esa meta en España. "Pero las cosas han cambiado y la canción reclama una vuelta de tuerca. Estoy escribiendo una nueva letra, acorde con estos tiempos, y tal vez la presente en Buenos Aires", anticipa.
Ana, en tanto, no tiene dudas: canciones esenciales de su repertorio y nacidas en esta parte del mundo, como "Sólo le pido a Dios" y ahora "Yo vengo a ofrecer mi corazón" adquieren un nuevo significado: "Vivimos tiempos perros, y que alguien sea capaz en este momento de entregar más que su propio tiempo es enaltecedor".
Disfrutando en Madrid del sol y de un tardío calor que se resiste a dejar paso al otoño, los incansables y lozanos Víctor Manuel y Ana Belén se disponen a cruzar el Atlántico y llegar a una Argentina primaveral en el clima y oscura en su realidad económica y social. "Estamos perfectamente al día de lo que ocurre en la Argentina -afirma Víctor- por lo que nos dice y nos cuenta tanta gente amiga. Y por lo que se consigue vía Internet. Lamentamos profundamente lo que os pasa. Votando con los que se tapan la nariz para votar y entendiendo tanto como ustedes lo que significa el voto bronca."
Ana vive más a flor de piel ese sentimiento. El año pasado ya pudo experimentarlo cuando pasó tres meses entre nosotros filmando "Antigua vida mía", de Héctor Olivera, junto a Cecilia Roth. "Ya percibía esa tristeza entre vosotros, no tanto por la situación económica. La economía son altos y bajos y vosotros debéis saberlo, porque muchas veces les ha pasado. Pero hoy siento algo mucho más peligroso y malo, que se pierda la esperanza. Que lo huelas. Sentir a los argentinos que te dicen: hemos puesto tanto en esto y se está esfumando. Si nuestra visita les sirviera sólo para ayudarlos a cargar las baterías nos sentiríamos inmensamente felices."
El nuevo Sabina
Víctor Manuel y Ana Belén habían compartido una comida con Joaquín Sabina el jueves 23 de agosto último. Esa noche, el creador de "Y nos dieron las diez" debió ser internado por problemas de irrigación sanguínea. El diagnóstico fue un accidente isquémico cerebral leve, que obligó a Sabina a permanecer cuatro días en un hospital de Madrid y del que ya está recuperado, al punto que eligió precisamente uno de los conciertos de Ana y Víctor, dos de sus grandes amigos, para reaparecer en público. "Joaquín está muy bien -dice Víctor-. Ha cambiado de vida. Es un hombre muy inteligente y ha pasado el suficiente miedo para decidir que tenía que hacerlo. Está espléndido y empezando ya a trabajar en su nuevo disco. Recuperó el peso y el gusto por la vida. Eso sí, a los que lo conocen de antes les costará reconocerlo con seis kilos de más."
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