
Para no contratar a los Beatles
La banda de sonido de "Mi nombre es Sam" usa temas del grupo, pero en otras voces
1 minuto de lectura'
Tarea difícil si las hay la de recrear las canciones de los Beatles. En primer lugar, porque ya las hicieron ellos. Canciones que han quedado grabadas, marcadas, que son símbolo y banda musical de una época.
Además, porque a las composiciones casi perfectas que dejaron en sus discos se suman sus otras caras posibles. Las versiones alternativas, sus propios covers (¿autocovers?) que recuperaron las "Antologías", los tres álbumes dobles que aparecieron a mediados de los años noventa.
Allí es donde pueden escucharse "Yesterday" antes de que le sumaran las cuerdas; la versión escueta, sencilla, humilde de "Strawberry fields for ever", con sólo voz y guitarra lennoniana; la bella canción que ya era en sus comienzos "While my guitar gently weeps"; "I´m looking through you" transformado en funky o el lado puramente acústico de "Fool on the hill".
Por ello, cuando Jessie Nelson ideó su película "Mi nombre es Sam" (estrenada el jueves en la Argentina) encontró que la música ideal para ella era la creada por los cuatro músicos de Liverpool.
No sólo por gusto personal. El film cuenta la historia de Sam Dawson, un padre con retraso mental (personificado por Sean Penn) que lucha por la tenencia de su hija. Las canciones de los Beatles encajan aquí a la perfección, porque en la investigación previa el equipo de producción descubrió, en varios centros asistenciales, que los pacientes con patologías similares a la del protagonista elegían sin dudar las canciones de los Fabulosos Cuatro como las preferidas. De hecho, en la película las canciones no funcionan simplemente como un fondo musical, sino que van entretejiéndose con la trama.
Serios escollos
Claro que allí se encontró con otro escollo. Porque esos temas no sólo son incomparablemente buenos, sino casi inaccesibles. Es que el grupo aún mantiene la autoimpuesta política de no permitir fácilmente su utilización para bandas de sonido. Frente a números imposibles de pagar, y ya con el tiempo mordiéndole los talones, Nelson encontró un atajo: pedirles a varios músicos sus propias versiones de las canciones que había elegido. Y aprovechó los contactos del músico Michael Penn, hermano de Sean.
No debe de haber sido difícil la tarea de convencerlos, porque el placer de recrear, de dar la propia lectura de esas canciones, debe de ser casi irrefrenable para los músicos.
¿Cómo no ceder a la tentación de cantar esas bellas melodías? Pero también en ello se deja ver lo que cada uno es. Dime qué y cómo cantas y te diré quién eres. Porque la audición de esta banda sonora muestra la influencia que los Beatles han tenido en cada uno de los artistas convocados.
Y el respeto que casi todos aún les siguen profesando, porque en la mayoría de los temas (de la segunda etapa beatle, la más experimental, la que va de "Rubber soul" a "Let it be") se han respetado básicamente los arreglos ideados por los cuatro músicos y su infaltable colaborador en el estudio, el productor George Martin.
Jugando a ser iguales
El álbum comienza con "Two of us", interpretado por Michael Penn y Aimee Mann, en el que la pareja parece encontrarse en una armonía ideal para la canción. Mann es una cantante y compositora sensible y talentosa (tuvo a su cargo varias de las canciones de "Magnolia") que también se anima con "Lucy in the Sky with Diamonds", en el bonus track, un tema que asimismo aparece en la versión de The Black Crowes y al que no logran aportarle mucho de su estilo, tan Stones.
El trío inglés Stereophonics (que ya ha realizado otras versiones de temas de los Beatles) entrega una muy buena recreación de "Don´t let me down", en la que las voces por sobre el piano eléctrico dejan imaginar el placer de estar interpretando el tema.
Poco conocido todavía en la Argentina, Rufus Wainwright muestra su pop sensible y casi teatral en "Across the universe", que canta como si fuera propia.
Grandaddy, banda joven de Modesto, California, se toma la libertad de repensar "Revolution" poniéndole su propia marca, que mezcla leves toques electrónicos a su sonido lo-fi y espacial. Mientras que Ben Harper recupera toda la psicodelia de "Strawberry fields for ever" y les suma guitarra española a las flautas y cuerdas.
La expresiva voz de Eddie Vedder, cantante de Pearl Jam, brilla con toda su sensibilidad en "You´ve got to hide your love away". Lo mismo puede decirse de Nick Cave. Este príncipe oscuro les aporta profundidad a dos temas: "Let it be" y "Here comes the sun".
Otros, en cambio, son más intrascendentes: Wallflower (la banda de Jakob Dylan, hijo del gran Bob) en "I´m looking through you", la tan similar "Blackbird" de Sarah McLachlan. Tampoco acierta Heather Nova con su absolutamente olvidable versión de "We can work it out", y Sheryl Crow apenas agrega un banjo a su tan fiel interpretación del tema de McCartney "Mother Nature´s son"
Pero más allá de mejores o peores resultados, lo que demuestra nuevamente esta banda de sonido es lo valioso de las composiciones de Lennon-McCartney (no se incluyó ninguna de George Harrison).
I am Sam
Varios
Two of us; Blackbird, Across the universe, I´m looking through you, You´ve got to hide your love away, Strawberry fields, Mother Nature´s son, I´m only sleeping, Don´t let me down, Lucy in the Sky with Diamonds, Julia, y otros (V2/Sum Records).
1
2Se casó Holly, la hija de Gordon Ramsay: de la boda estilo “Bridgerton” al look de Victoria Beckham y el drama familiar
3De divorcios millonarios a rupturas con final abierto: las parejas de famosos que se separaron en 2025
4Los mayores fiascos de Hollywood en lo que va del siglo: gastaron millones y perdieron fortunas


