Ritmos latinos, sexo, oscuridad y el largo adiós de Federico Moura; la cumbre de Virus bajo la superficie
Hace 30 años, Virus lanzó la obra cumbre de su discografía: Superficies de placer. La idea del grupo era diferenciar este nuevo material de su antecesor, Locura, buscando un disco más atmosférico y reflexivo. Mientras lo grababan en Río de Janeiro, se confirmó que Federico Moura era portador de VIH. La grabación siguió adelante pese a que el líder estaba muy enfermo. El rol de productor quedó en manos de sus hermanos Julio y Marcelo, y él se dedicó a las partes vocales. "Estaba en un estado de evasión absoluto, realmente no tenía aire", dice Marcelo en la nota de tapa de la edición de septiembre. "Pero a la vez tenía una fuerza que no se sabe de dónde salía, porque venía de una neumonía, no tenía aire en los pulmones."
Mirada Speed
Originalmente conocida como “Mirada diagonal”, la apertura se basa en la guitarra funky de Julio Moura. Un hit bailable pero también un paseo reflexivo sobre la idea de lo fugaz.
Danza narcótica
La música de Sbarra, las melodías electrónicas intercaladas y la letra de Jacoby imponen una perfecta radiografía sobre el ánimo de la grabación (“Hay amenazas de un final”).
Ausencia
“Las cosas se alejan de mí y es difícil poder tocarlas”, canta Federico como una deidad herida. El ritmo electro dialoga con las guitarras.
Rumbos secretos
La síntesis de la cosmogonía Virus: “Música, un continente vasto para mi imaginación”, y el inicio de un viaje hacia un mundo incierto. El piano de Marcelo Moura destila romanticismo clásico.
Epocalipsis
Un clic moderno de principio a fin para describir el fin de un ciclo. Según Jacoby, una referencia a la caída en cámara lenta del comunismo.
Polvos de una relación
Las relaciones sociales y las personales, con el sexo en el centro de todo. Otra letra teórica de Jacoby. Un hit inoxidable; Federico es Bowie en plan Ney Matogrosso.
Encuentro en el río
El tema central de Superficies... Una flecha lanzada hacia el futuro, la letra merece un tratado y la guitarra contagiosa de Julio es una gloria nacional. La despedida como obra de arte.
Amores perpetuos
El tema firmado por Mugetti y Jacoby es una alusión concreta al amo y al esclavo, las melodías se superponen hasta alcanzar un crescendo de oscuridad.
Superficies de placer
La foto de las playas de Río de Janeiro desde otra perspectiva: Julio aportó los colores de las cadencias acústicas, Jacoby puso a un voyeur en el centro de las miradas y Federico la convirtió en un sofisticado himno latino.
Transeuntes sin identidad
Inspirada en la genial Querelle (Fassbinder), film icónico del cine gay, la letra (Federico y Jacoby) explora los romances furtivos y el sexo casual sobre una larga excursión midtempo.
Impulsos aleatorios
Aún conmueve el tono melancólico de la voz en el tema final. Hay algo del pop de Tears for Fears en la melodía y las programaciones, pero es Federico el dueño absoluto de la última señal.
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