
Uruguay llora al cantor, pero con flores
José Carbajal compuso temas como "Chiquillada" y "A mi gente", entre otros clásicos de la canción popular
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"Esta noche es de recuerdos./ Este brindis por Pierrot./ Quedan pocos sabaleros/ aguantando el mostrador " ("Brindis por Pierrot", Jaime Roos, publicado en su disco homónimo, de 1985).
Ayer fue un día de luto para los uruguayos. También para cualquiera que disfrute de la música popular latinoamericana. Murió El Sabalero. José Carbajal -ése era su verdadero nombre- sufrió un paro cardíaco en su casa de Villa Argentina, a 40 kilómetros de Montevideo. Tenía 66 años.
Así de sorpresivo fue para quienes lo encontraron y para cualquiera que escuche su música, porque el último fin de semana había subido por última vez a un escenario y tenía más presentaciones en agenda.
El Sabalero se convirtió en una figura del canto popular uruguayo, con temas como "Chiquillada", "La sencillita" y "A mi gente", que publicó a fines de los sesenta y que le permitieron comenzar a ganar popularidad. Aunque, como muchos otros músicos, en los setenta debió salir de su país. Desde entonces su corazón quedó repartido entre Europa y el Río de la Plata.
Esos éxitos, y otros como "Borracho pero con flores", durante muchos años fueron cantados por artistas de distintas generaciones: Canario Luna, Leonardo Favio y Soledad Pastorutti, entre otros.
Carbajal había nacido el 8 de diciembre de 1943, en la localidad uruguaya de Juan Lacaze. Allí se crió. Recién en 1967 se instaló en Montevideo y comenzó a dar sus primeros pasos con la canción popular.
Supo hacerse su lugar. "No tengo título de nada. Pero, bueno, escribí mis cositas, chiflé mis melodías y grabé mis discos. Aprendí a leer y a armar espectáculos. Esa es mi pasión. Creo que soy un director de teatro frustrado. No porque haya fracasado, sino porque nunca lo intenté", comentó en una charla con LA NACION, hace casi un lustro.
Chamarritas, candombes, canciones. Su primer disco es de 1969. A principios de los setenta viajó a Buenos Aires y durante la dictadura en Uruguay vivió un tiempo en México, Francia y España hasta que se instaló con su mujer y dos de sus hijos en Holanda. Desde entonces pasó parte del año ahí y el resto en Uruguay.
Durante las últimas dos décadas creó espectáculos y discos como Casa encantada , a modo de retrospectiva, y también cantó boleros, para un disco a beneficio de un instituto de menores.
Y en 2006, para evitar el festejo de los 40 años que llevaba sobre los escenarios, recaló en la obra de un viejo amigo argentino, Higinio Mena, con el que mucho compartió durante el exilio. Publicó el disco La viuda , enteramente dedicado a la obra de ese irreverente artista.
Hace unos diez años, en otra entrevista, El Sabalero decía: "Nunca me gustó hacer panfleto, simplemente canté las cosas que me pasaban a mí. Tengo cuidado de no cantar y escribir sobre lo que no conozco. Será por eso que la gente me sigue creyendo, pero no hago ningún esfuerzo cuando otros se matan por serlo. A mí la gente me cree hasta cuando miento".



