Natalia Oreiro sigue en la búsqueda
La actriz de "Cleopatra" abre las puertas de sus deseos y desnuda sus aspiraciones profesionales inmediatas; en qué anda la uruguaya más argentina
Ayer, cuando hablamos, me contaste que tenías un importante almuerzo de trabajo. ¿Cómo te fue? ¿Me contás de qué se trata?
Me fue bien. Me junté con Adrián (Suar), pero todavía no sé qué voy a hacer al respecto. Por eso prefiero no decirte de qué se trata la propuesta. Es que a mí me pasa algo muy particular: me junto con todo el mundo que me quiera proponer algo. Porque me parece que corresponde, en primer lugar, y porque, además, uno nunca sabe con qué se puede encontrar. Yo tengo, claro, medio planeado lo que quiero hacer, pero quizá me sorprende.
¿Y en qué andás?
Ésa es una buena pregunta.
Difícil de responder, ¿no? Vayamos por partes, entonces.
Perfecto. Es que soy, digamos, una artista de variedades, tipo circo.
Hablemos de Moscú.
Bueno, durante dos meses rodé una miniserie de 12 capítulos hablada en ruso; es decir, en cinco episodios hablé en español y en siete hablé en ruso. Tuve que estudiar mucho y en serio.
Una pregunta casi al margen: ¿aprendiste la fonética o el idioma?
Aprendí a hablar en ruso. Entiendo bastante y hasta puedo armar frases. Es un idioma bastante complicado.
¿Cómo es tu personaje?
Es una chica argentina que se va a vivir a Moscú por amor. Es hija de una familia adinerada, es bastante tonta y naif al principio. Es, digamos, una chica típica de San Isidro.
¿Aprendiste a hablar concheto también?
No, hubiese estado demasiado estereotipada y además los rusos no conocen esos códigos. En fin, esta chica deja todo por este futbolista. Llega a Rusia y su marido se enamora de una rusa. Así empiezan las peripecias de esta argentina que de repente se queda sola, en plena metamorfosis profunda, y hasta termina luchando contra la mafia de ese país.
Los Corleone, un poroto...
Exacto. Me divertí mucho siendo Natalia Solano. Tiene un final abierto porque aparentemente quieren hacer la segunda parte el año que viene.
¿Qué es lo más divertido de ser actriz?
Sospecho que poder jugar varias vidas dentro de una. Es como una excusa para seguir siendo niña toda la vida.
Sigamos con los planes.
Iba a filmar en agosto y septiembre una película para Israel –un proyecto que sale desde ese país, con director e inversionistas israelíes–, que trasladé de fecha porque me llegó el guión de un director español, Albacete, que voy a hacer dentro de poco. El productor es Paco Ramos y la película se llama "Mentiras gordas". Es una comedia bastante ácida, medio negra, de un grupo de jóvenes madrileños. Yo hago de la jodida del team. Me gusta la idea de volver al mercado español. A "Cleopatra" le fue muy bien allá.
¿Sos feliz viajando tanto?
Soy bastante nómade, así que esto de viajar me hace muy bien. Las nueve semanas en Rusia me terminaron hartando, pero la experiencia siempre es buena. Trabajar con gente de otra cultura te modifica y te hace crecer. Cuando estás lejos, y no volvés a casa, no dormís en tu cama con tu marido, no ves a tus amigos, estás todo el tiempo concentrada en el laburo y eso hace que trabajes mejor. Además, esto de viajar tanto no es una elección para toda la vida, por eso trato de disfrutar el momento.
Contame algo que te haya impactado, algo que se separe de nuestra cultura radicalmente.
Una vez, por ejemplo, yo estaba en el set de filmación con el director de la miniserie, que es un amor de persona, y de repente se puso a gritarle furiosamente a otro. Unos minutos más tarde, a los besos como si nada hubiese pasado. Lo que en nuestro país es un punto de vista, allá hace que se maten.
En una nota dijiste que a los 30 –faltan dos años– te gustaría vivir con tu familia en un campo, lejos de la profesión. ¿No te ves haciendo esto toda la vida?
No, seguramente esté vinculada desde algún otro lado. Me gusta escribir, tal vez estudie cine en algún momento. No sé, quizás es un poco prematuro decirlo, pero a lo mejor a los 50 hago mi primera película, quién sabe. Probablemente no esté siempre delante de una cámara. Me cuesta bastante aceptar toda esta exposición. Lo del campo es quizás el deseo de vivir en un lugar de paz. Yo soy de Montevideo y esa tranquilidad que absorbí allá me tira bastante. Cuando era chica soñaba con una isla.
Suena bien esa idea de intentar algo más.
Es que siempre que hago algo pienso de qué manera lo haría yo, y eso me hace pensar en intentar otros caminos. Supongo que es parte del crecimiento.
¿Cómo es la relación Oreiro-director?
Me entrego, porque de lo contrario terminás siendo siempre la misma. Y lo interesante de poder confiar en la mirada del otro es hacer de otra persona y modificar lo que uno cree que haría. El riesgo, si no, es terminar repitiéndote. De todas maneras, yo siempre trato de llegar a mis personajes con cierta investigación realizada y, con eso, ver las propuestas que desde ahí nacen.
Hablemos del disco.
Hace dos años que estoy preparando mi cuarto disco y me faltan unos cuantos meses más. Es un lindo tiempo de gestación. Lo estoy haciendo en mi casa, porque salgo a un jardincito y me meto en un estudio que tengo. Lo estoy grabando ahí, con varios instrumentos que me fui comprando en remates, en el mercado de las pulgas. Es muy personal, es más tranquilo, con mucha percusión.
¿Tu relación matrimonial aporta?
Claro, Ricardo [Mollo] tiene mucho que ver con este disco y con esta evolución. Uno se anima más a hacer cosas con alguien que aporta y que te conoce, que con un desconocido.
¿Te sentís tan cómoda en la música como haciendo cine, por ejemplo?
En realidad, no me siento cómoda en ningún lado. No sé por qué. No es que me sienta incómoda, y hasta me siento súper bien, pero todo el tiempo tengo la sensación de ir por más. Quiero seguir buscando.
¿Qué estás haciendo, cinematográficamente hablando?
Hago una participación muy chiquitita en una película de Sandra Gugliotta. Mi personaje casi no habla. Está buenísimo el libro. También voy a hacer una peli uruguaya, el director se llama Guillermo Casanova –el que dirigió "El viaje hacia el mar"–, se va a llamar "Alivio de luto".
¿Cuál es la idea que más visita tu cabeza últimamente?
Ser yo, supongo. Qué es bastante.
¿Qué viste en cine o en tele, o escuchaste en la radio o en un disco, que te haya emocionado locamente?
Volví a ver hace poco una película que me gusta mucho: "La celebración". De "Héroe" me alucinó la estética. Lo mismo me pasa con "Primavera, verano, otoño, invierno…. y otra vez primavera". Ambas me suenan un poco machistas, sin embargo. Esa cosa patriarcal y culposa me jode bastante. "Whisky", la uruguaya, me alucinó. Un programa de tele que me encantaba era "Femenino-Masculino", en el que trabajaban el Puma Goity y Fernán Mirás. Era muy divertido.
¿Ves películas? ¿Te sentás en la butuca con la idea de nutrirte?
No, de hecho, mi hermana que es diseñadora ve más cine que yo. Salvo, claro, que esté tras un personaje puntual.
¿Te buscaste en Internet?
No tengo e-mail, no uso Internet, tampoco tengo teléfono celular.
¿Qué escuchás en tu casa, mientras cocinás, por ejemplo?
Yo no cocino.
Bueno, sin rodeos, entonces, ¿qué música escuchás?
De todo. Me encanta Elvis Costello. Soy fanática, mi disco preferido es uno con canciones de Burt Bacharach. Me gustan mucho Miles Davis –mi disco favorito es "Tutu"–; Joni Mitchell –mi disco favorito es "Misses"–; Fiona Apple –mi preferido es "Tidal"– Me encanta Deep Forest…
Perdoname la interrupción y la pregunta: ¿un Ricky Martin no suena nunca en tu casa, no?
No, definitivamente. Pero te voy a enumerar algunos cantantes que forman parte de mi cultura musical, es decir, música que escuchaba cuando era chiquita: Paloma San Basilio, Pimpinela, Alberto Cortés, Perales. Cuando tenía 12 años me volví fanática de los Ramones.
Profesionalmente, ¿de qué te arrepentis?
No, al fin y al cabo, uno hace las cosas por algo, aunque después no resulten como esperabas.
¿Hay algún director argentino con el que te gustaría trabajar?
Con todos, siempre que sea un personaje que me de alegría hacer y que sea un desafío. Directores muy buenos y conocidos me ofrecieron muchas cosas a las que dije que no.
Hablame de tu experiencia de filmar con Mignona y con Jusid.
A Jusid le pedí que me hiciera un casting. Es que me divierte conseguir las cosas. Creo que le gustó mi actitud. Tenía el papel en mi primera película que, encima, se rodaba en Nueva York. Yo era chica, bastante más volada. Poco a poco me volvía más consciente de la observación, de la importancia de escuchar, de trabajar. Cuando hice "Un argentino en Nueva York" tenía 18 años. Cuando me tocó filmar con Eduardo (Mignona) yo estaba más grande. Además, claro, era otro tipo de película, "Cleopatra" era un poco más intimista. Fue una relación más paternal.
¿Cómo ves el presente del cine argentino?
Creo que atraviesa un buen momento. Hay muchas coproducciones y ya no se hace cine solo para consumo interno sino también para el exterior, y creo que eso es muy bueno para la industria. Esto es gracias a las nuevas camadas de directores y a sus propuestas nuevas.
Es primavera; preguntemos por flores, entonces. ¿Qué película preferís: "El ladrón de orquídeas", "El jardín de la alegría" o "Flores de acero"?
"El ladrón de orquídeas".
Un arbitrario diccionario Oreiro-Castellano
Alanis Morissette : Era una chica de telenovelas hasta que se lanzó a hacer sus cosas. Me llama la atención su cambio.
Aníbal Ibarra : Me parece que se equivocó mucho pero creo que también hizo muchas cosas por la cultura que no se han hecho antes. Su gestión hizo más de lo que muchos han hecho; por la música, sobre todo.
Bienestar : Soy sibarita sin culpa. Es irme a una playa sin necesidad de despachar la mochila.
Janis Joplin : Me encanta su color de voz, su potencia. La mejor cantante de todos los tiempos.
José de San Martín : Soy uruguaya. Yo qué sé, podría hablar de Artigas…
Juanjo Campanella : Su sencillez hace que llegue al corazón. Uno de los mejores directores que hay.
Madonna : Sin ser muy amante de su música, soy una amante de su actitud. Todo el tiempo está a la vanguardia de lo nuevo. Me encanta su evolución de lo estético.
María Amuchástegui : Es de otra época.
Oscar : Es el novio de mi suegra.
Ricardo Darín : Un ser que es lo más, con el que me gustaría trabajar, superdúctil, me encanta. Ya es un símbolo del cine argentino. Con cero pose.
Rusia : Una sorpresa que me tenía preparada la vida. Es como otra casa sin serlo. Debo haber sido rusa en otra vida.
Sadomasoquismo : Me encanta. No soy sadomasoquista pero tengo un montón de libros sobre el tema. Soy fanática de Bettie Page, es que me encanta la estética. No ejerzo, soy mucho más romántica.
Trasgresión : Lo más grande es ser uno mismo. Estamos tan atosigados de poses y de mentiras que ser uno mismo de verdad es una trasgresión.
Xuxa : Mi primer sueño cumplido. Yo quería ser paquita y lo fui.
Por Mercedes Reincke