
"O sole mio": tras 104 años reconocen al coautor de la famosa canción
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NAPOLES (ANSA), 8 OCT.- "O sole mio", la canción italiana más famosa y amada en el mundo, que acompañó a millones de emigrantes, tiene un nuevo autor, el maestro Alfredo Mazzuchi (1878-1972).
Un tribunal reconoció a Mazzucchi la co-autoría, junto a Eduardo Di Capua, de la música de la canción, cuyas palabras fueron escritas en 1898 por el poeta Giovanni Capurro.
La sentencia fue emitida por el tribunal de Turín en marzo pasado y como nadie presentó apelación, ahora es cosa juzgada.
La jueza María Alvaru reconoció al maestro Mazzucchi, concertista de violín y piano, director de orquesta y compositor de músicas napolitanas, también la co-autoría de otras 18 famosas canciones napolitanas.
La intervención del juez había sido solicitada por los herederos del maestro que en abril del 2000 había presentado un expuesto afirmando que Mazzucchi, cuando era joven y desconocido había cedido a Di Capua 23 motivos musicales de los cuales 19 habían sido reelaborados y publicados con la atribución de la autoría a solo Di Capua.
Entre éstos, además de la famosísima "O sole mio", también "Torna Maggio", "I te vurria vasa", "A serenata d´e´rrose", "Mari Mari", todos motivos "históricos de la tradición napolitana.
En octubre de 1999 había aparecido en el diario Torino Sera un artículo en el cual un nieto de Di Capua había afirmado en una entrevista que las canciones eran exclusivas de su abuelo.
Sin embargo, en aula los familiares de Mazzucchi demostraron con documentos en la mano, que esa afirmación era falsa.
Los mismos herederos de Di Capua, entre otras cosas, confirmaron la colaboración existida entre los dos músicos y sostuvieron que el pariente había conocido la realidad de los hechos solo tras la entrevista.
Tras la admisión de parte de los Di Capua, los herederos de Mazzucchi retiraron el pedido de resarcimiento de los daños y a la jueza María Alvau no le quedó mßs que aceptar el pedido de co-paternidad solicitado por los descendientes del maestro.
"El pedido de verificación de la participación del maestro Mazzucchi en la composición de los temas indicados es fundada, se lee en la sentencia del tribunal. El joven músico concurría asiduamente la casa de Di Capua para aprender y también para colaborar en la creación de los temas musicales".
Mazzucchi, explica luego la jueza, "tocaba al piano las piezas creadas por él. El maestro Di Capua, que en esa época ya era famosa, aportaba modificaciones y luego los temas eran publicados solo con el nombre del autor ilustre (costumbre que existía en el pasado en los ambientes artísticos)".
Por ese motivo, concluye la jueza, Mazzucchi "contribuyó de modo claro a la creación de los temas musicales elencado en el acto de citación".
Los herederos del músico, por efecto de la sentencia, podrían reivindicar los derechos de autor.
Elvis Presly cantó "O sole mio" con el título de "It´s now or never", y vendió más de un millón de discos; Marcel Proust habló de esta canción en su "Recherche" y en 1920 en la Olimpíada de Amberes (Bélgica) fue incluso sonada en lugar del Himno Nacional. El director de la banda no tenía la partitura del himno de Mameli y así decidió sonar "O sole mio".
Tras una breve confusión inicial, el estado se puso de pie y cantó "che bella cosa´na iurnata ´e sole".
Sin dudas, la canción de Capurro-Di Capua y desde hoy, tras la sentencia de Turín, también de Mazzucchi, es seguramente más conocida y cantada en el mundo: japoneses y norteamericanos, africanos y rusos, estrellas de la música y perfectos desconocidos se forjaron con las palabras y las notas escritas hace más de un siglo.
Algunos con óptimos resultados, como Frank Sinatra, y otros con menos. Y sin embargo, todos la entonaron, por su simplicidad y para no hablar de los emigrantes italianos dispersos por el mundo, que hicieron de ésta un himno a la italianidad.
Y sin embargo, "O sole mio", tan italiana, nació en Odessa (Crimea). En abril de 1898 el maestro Di Capua se encontraba de gira con el padre, que era violinista. La leyenda dice que en un momento de nostalgia se sentó ante el piano y escribió la música, evidentemente inspirado en una partitura de Mazzucchi.
Las palabras son en cambio del poeta Giovanni Capurro, discípulo de Carducci.
Los dos no tuvieron la misma suerte que la canción: murieron en la miseria absoluta. En octubre de 1917 tocó a Eduardo Di Capua. La mujer tuvo que vender el piano poco antes que el maestro muriese para juntar algún dinero para comprar alimentos.
La misma suerte, pero tres años después, le tocó a Capurro.
Fuente: ANSA
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