
Pasión por la dieta verde
Es vegetariana desde chica, pero no le gusta hacer proselitismo
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- "Se trata de una decisión muy personal. No me gusta hacer proselitismo", dice la actriz Julieta Díaz antes de empezar a hablar de su alimentación. "Soy vegetariana ovoláctea", se define. Su dieta se basa en vegetales, huevos y lácteos. Acaba de mudarse a Barrio Norte. La cocina es pulcra y luminosa. En la mesada hay frascos de legumbres y una tetera que fue de su abuela. La heladera dejó de funcionar justo cuando ya no le quedaba espacio libre, del lado de afuera: está invadida por imanes de una variedad inusitada de deliveries, películas, postales, la foto de la bailaora Eva Yerba Buena, instantáneas familiares y máscaras venecianas. De fondo suena el grupo inglés Antony and the Johnsons, pues siempre está escuchando música. Tiene todo listo para preparar té de manzanilla, cedrón, peperina o marcela, infusiones que toma en las comidas porque, asegura, ayudan a la digestión.
- "Mi mamá es vegetariana desde hace veinte años. Cuando tenía 10 años le dije que quería comer lo mismo que ella. Me acostumbré a comer porotos, arroz integral, cebada y verduras. Me crié así. Cuando me fui a vivir sola, seguí comiendo sano. Hace dos años decidí no comer más carne. Sabía que podía prescindir de ella y que es más saludable. Además, me sentía mal por los animales", detalla. De todas formas no se priva de huevos y leche, así que una omelette completa su brunch los fines de semana, cuando amanece al mediodía. En la semana, su desayuno incluye té de hierbas, mate cocido o malta con leche y canela, endulzados con miel o azúcar moreno. Completan el menú las tostadas, frutas, nueces, almendras y pasas de uva. Yogur, granola y barras de cereales ayudan entre las comidas. Sus platos fuertes son las tartas, ensaladas, legumbres y el arroz integral. "Trato de variar las verduras y siempre combinar crudas y cocidas", dice, mientras bebe de su taza con colador de cerámica y tapita, un hit del Barrio Chino.
- Desconfía de las milanesas de soja: "Ahora la mayoría son transgénicas, por eso busco las artesanales en casas dietéticas serias". Come soja en mil variantes: la texturizada que parece carne, y la granulada, símil carne picada. Además, come tofu, queso de soja, y le gusta el seitán, una especie de pollo que en verdad es gluten de trigo. Usa levadura de cerveza como queso rayado y condimenta la comida con jengibre. Agrega salvado y avena a sus platos para que alimenten más. En el universo Díaz hay agua filtrada, un sillón de caña y un imán destacado: www.puravidabuenosaires.com , donde pide su Green Monster, un jugo de apio, pepino, perejil, limón y manzana verde. Para comer afuera recomienda Lotos, Córdoba 1577: "Es muy gustoso. Hacen hamburguesas de lentejas y aduki, y salchichas con proteínas de soja. Ayer comí ahí un sandwich de milanesa (de soja, claro)". También, Los Sabios, un tenedor libre vegetariano, en Corrientes 3733. Más de una vez hace incursiones en Palermo, donde siempre hay nuevos locales zen. "Betiana Blum, que no come ningún animal, me invitó a comer milanesas de quinoa", desliza. Y si no, siempre hay casas de comida mexicana, china o árabe, agradables a su paladar.
- "Se dice que cuanto más colores haya en una ensalada, más vitaminas hay", apunta. Las verduras recomienda cocinarlas al vapor o al horno. O tomarse el caldo cuando se las hierve, porque ahí quedan muchos nutrientes. "Hay que cortarlas en el momento de comerlas, porque pierden propiedades", indica. ¿Una receta recurrente? "Calabaza rellena con choclo, clara de huevo, queso descremado, arroz integral, cebolla de verdeo, queso y romero por arriba... como una cazuela." Más consejos macrobióticos: "El tomate dicen que hay que pelarlo. La papa, no. Hay que lavarla bien y comerla con piel. El arroz integral hay que masticarlo mucho. El aceite de oliva es mejor no cocinarlo porque pierde el gusto. Las ensaladas pueden llevar semillas". Eso sí, no se puede vivir a lechuga: las verduras se deben alternar con legumbres y granos. Para el postre, Díaz dice piedra libre. "Me encanta el lemon pie. Ahí me desquito. No tomo alcohol, no fumo. Pero me tientan los dulces, las pastas...", se ríe. El problema son los sets: "Todos engordamos en las filmaciones de cine, mucho más que en la televisión. Cuando rodamos La Señal hay escenas en las que tengo la cara redonda. El catering era riquísimo... y hacía frío".
- Usa botas de gamuza, pero jura y perjura que las compró antes de dejar de comer asado. No va al Zoológico. "Me preocupa el medio ambiente. Cuidar el agua. Los pueblos originarios también la están pasando mal. No es que sólo pienso en la vaca, y no veo lo demás. Estoy en una campaña contra la minería a cielo abierto." En eso sí es activista. Invita a participar en una manifestación el 25 de junio, a las 12, frente a la Casa de Catamarca, Córdoba 2080. O entrar en www.concienciasolidaria.com.ar , donde aparece su foto y la leyenda Yo adhiero a esta causa, junto con Georgina Barbarossa y Raúl Taibo. Díaz es una chica sensible, pero no extremista: "Yo no quiero convertir a nadie en vegetariano. Creo que es más saludable y siento piedad con el reino animal. Pero el ideal es muy difícil. Vivimos en este mundo. Dentro de mis posibilidades, trato de hacer lo mejor".
Música para todos los gustos
La mejor compañía para Díaz es la música. Le gusta el folklore: Peteco Carabajal y el pianista Adolfo Abalos, por ejemplo. "Ligia Piro me regaló su CD Baby . Me encanta también Norah Jones. Miles Davis es una recomendación de Martín Hodara, compañero mío en la película La Señal . También escucho mucho tango: Edmundo Rivero, Julio Sosa, Roberto Goyeneche", cuenta. En su pasión por bailar flamenco la acompañan los discos de la bailaora Carmen Amaya, que también canta, y Miguel de Olaso, especialista en guitarra española antigua, que compartió cartel con Díaz en la obra La Celestina. "De David Bowie tengo de todo. De Serrat me gusta Sombras de la China , que era de mi viejo. Amo a Niní Marshall, me estoy comprando todo lo suyo. Beniamino Gigli es la música con que empezaba la obra El Pan del Adiós , que hice en el Teatro del Nudo", enumera.



