Cande Tinelli: "Hago todo a pulmón y quiero ganarme credibilidad como artista"
MAR DEL PLATA.– Para algunos es la hija de Marcelo Tinelli, pero para otros, -por ejemplo sus cuatro millones de seguidores en Instagram- es Lelé, la cantante del hit "Tiempo de amar". En el 2019, Candelaria Tinelli editó su primer disco titulado Yo y tuvo un accidentado bautismo de fuego en el festival Lollapalooza. Ayer, ya comenzado el 2020, se cobró su revancha ante una multitudinaria audiencia en Playa Grande, durante la inauguración oficial del parador de Movistar, en donde logró hacer cantar, bailar, y hasta salir del mar, a chicos y grandes.
A diferencia de lo que algunos opinan en las redes, Cande es una joven muy dulce y nada arrogante, que a la hora de las preguntas se manifiesta respetuosa y busca ser lo más genuina posible, o al menos eso es lo que demostró en el siguiente diálogo exclusivo con LA NACION.
–En los últimos minutos de 2019 decidiste recibir el nuevo año con una danza sensual, que subiste a las redes haciéndolas explotar ¿Te gusta provocar?
–Fue un chiste. Me divierte mucho esto de las redes sociales, me las tomo con mucho humor porque soy una persona que me gusta pasarla bien, reírme. Me lo hizo una amiga y lo publiqué porque me causaba gracia. No fue hecho con la intención de provocar ni nada por el estilo.
–Solo en Instagram contás con cuatro millones de seguidores. ¿Qué creés que ven ellos en vos?
–Yo creo que la clave de todo esto es que soy genuina. Por ejemplo, a mí no me gusta mucho hacer fotos en estudio ni posar, prefiero postear imágenes mías más descontracturadas. Eso genera cercanía con la gente. Yo no quiero que me vean como a alguien soberbio que se la cree, no. Yo quiero mostrar un costado mío más real, no mentir. Y cuando me subo a un escenario, lo mismo. En un escenario quiero mostrar que soy una persona normal, que se ríe y se divierte, y que no soy más que nadie.
–¿Te considerás una It Girl o una Influencer?
–Me parecen raras esas palabras, pero sí... desde las redes, influencia sobre las personas tenés. Uno no tiene noción de la cantidad de personas que te siguen, pero calculo que sí, que de alguna manera soy una influencia para ellas. Por eso en su momento hablé de mi tema con la comida, de la anorexia; y aunque obviamente tengo defectos como cualquier ser humano, trato de llevar mi mensaje para ese lado. A mí me siguen muchos chicos y adolescentes, por eso quiero ser cuidadosa con esos temas y transmitir el mejor de los mensajes.
–Ahora que te referiste a la anorexia, ¿la superaste definitivamente?
Sí, ya es tema superado. Con mucho trabajo logré sanarme y eso es lo que trato de transmitir, que hay que meterle garra y que sí se puede.
–Una de tus características más salientes son tus tatuajes, que recubren casi todo tu cuerpo. ¿Forman parte de tu expresión artística?
–Yo creo que sí. De todos modos, ya no los registro, ya forman parte de mi piel. Tal vez la gente los mira y le causan curiosidad, pero yo ya no me doy cuenta de ellos, los tengo muy naturalizados. Seguramente forman parte de mi necesidad de expresión artística. Los amo y nunca me los sacaría. Es más, ojalá pueda seguir tatuándome, pero ya no tengo más lugar en el cuerpo. Me encantan y con ellos me siento muy yo. Al tatuarme el cuerpo, que era algo que yo quería hacer, siento que me respeté.
–¿Te tatuarías el rostro?
–Dije mil veces que no, pero hoy... no sé, nada es seguro y no quiero atarme a una respuesta que tal vez luego no cumpla.
–Más allá de ser una costumbre generacional, ¿tu tatuajes obedecen a alguna otra razón, tal vez filosófica, religiosa o espiritual?
–Tengo alguno que otro que me hice en los viajes, como uno que me hizo en la espalda un tatuador que era un ser muy espiritual. Fue una experiencia muy interesante porque antes de hacerlo hizo todo como un rito. Hay tatuadores que tienen su mística y que me han hecho vivir experiencias especiales. Sé que hay personas que tienen experiencias más jugadas con el cuerpo, que meditan mientras les hacen un tatuaje, o utilizan la ocasión para aprender a lidiar con el dolor. No es mi caso. Si bien yo tengo una alta tolerancia al dolor, y por eso nunca he pedido que utilicen anestesias a la hora de hacerme los tatuajes, yo no siento placer ante el dolor; nada que ver. Nunca me haría un tatuaje para aprender a soportar el sufrimiento.
–Pasemos a tu forma de expresión artística "oficial": la música. ¿Por qué Lelé?
–Porque así me llaman desde chica. Para mi familia soy Lelé y mi viejo también me dice Rubi. El Cande en mi casa no existe, es muy raro que me llamen así, salvo que alguien se enoje y me diga Candelaria. Por eso yo elegí el Lelé, porque es lo más genuino que tengo.
–¿Quedaste conforme con tu show en el parador Movistar?
–Sí, pero no necesariamente porque había mucha gente escuchándome, algo que los productores denominarían un éxito. Yo me quedo conforme cuando la paso bien, cuando disfruto, y esta vez la pasé muy bien, me divertí. La clave, como siempre, fue el público. El público tenía muy buena onda, muy buena energía.
–Después de lo sucedido el año pasado en tu debut multitudinario en Lollapalooza (cuando diversos problemas de sonido afectaron su performance ante una audiencia multitudinaria), ¿esta fue tu revancha?
–Tampoco hablemos de revancha, ¿eh? -se ríe-. Para mí en la vida todo pasa por algo, por eso lo del Lollapalooza me lo tomo como un aprendizaje. Me sirvió un montón, yo aprendo de los errores. Ojo, tampoco me voy a hacer la relajada. Ahora me lo tomo así, pero en su momento me quería morir, aunque después me dije: '¿qué voy hacer? Ya está, estoy en el Lollapalooza y esto es lo que me toca vivir. Sea como sea, ¡vamos a disfrutarlo!'.
–El año pasado editaste tu primer disco, Yo. ¿Qué tenés entre manos para el 2020?
–Todo lo que sea crecer como artista será bienvenido. La prioridad será componer nuevos temas y tocar donde se pueda. Quiero armar un buen material, que suene en las radios y que a la gente le guste. En pocos días viajo al exterior a grabar cosas nuevas.
–Ser hija de Marcelo Tinelli ¿Te ha sumado puntos a la hora de querer desarrollar tu carrera o te ha generado problemas?
–Ser la hija de Tinelli, por un lado te ayuda un montón, porque tenés acceso a infinidad de cosas; pero por otro lado, la gente piensa cosas que no son ciertas. Suponen que es un capricho de "la hija de", y que le paga todo el papá. O que canto porque no se me ocurre otra cosa. Yo solo pido que me den un tiempo para demostrarles que nada de eso es cierto, que no es así como yo quiero manejarme. Lo mío lo hago todo a pulmón y estoy dispuesta a ganarme, palmo a palmo, la credibilidad como artista.
–¿Tu papá es tu primer fan?
–Sí. Él es bastante fan, pero también muy exigente. Me re sirve que sea así conmigo porque sabe un montón, así que cualquier cosa que me diga me suma, porque sé que él quiere para mí solo lo mejor.
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