La actriz y cantante, que se hizo popular con la tira infantil, acaba de lanzar su primer disco; en un mano a mano, con LA NACIÓN, habló sobre cómo este proyecto musical la ayudó a sanar viejas heridas y también del gran compañero que encontró para su vida
- 18 minutos de lectura'
De 2007 a 2011, fue una de las caras más populares de la televisión. Su protagónico en Patito Feo no solo la convirtió en la favorita de los más chicos sino que la llevó a viajar por todo el mundo, conquistando el corazón de millones de fanáticos. Sin embargo, lo que para muchos era el éxito y tocar el cielo con las manos, para ella fue un padecimiento. “Había una parte que a mí me gustaba como cantar, bailar y actuar. La pasaba bien, iba a los teatros, compartía con la gente y era muy divertido. Pero después, había toda otra parte donde tenía más ganas de estar en mi casa, de compartir con mis amigas”, confiesa Laura Esquivel que por aquel entonces tenía apenas 13 años.
Las ganas de vivir una infancia “normal” como la de cualquier otra chica de su edad no era lo único que empañaba la felicidad de hacer lo que le gustaba. El bullying que sufría en el colegio o cada vez que salía a la calle la marcaron para siempre. “Me pasó mucho de recibir agresión por parte de grupos de chicos, de adolescentes. Me gritaban fea, que era horrible. Mi personalidad se fue a un pocito y cada vez me sentía menos merecedora de la persona que era”, confiesa quién -casi una década después- vivió un cuadro de depresión y ansiedad.
Si bien alejarse de la tele y abocarse a los proyectos que más le interesaban fue una elección, hubo épocas donde el teléfono no sonaba. Y fue ahí que surgió la necesidad de la autogestión. Hoy, a sus 30 años, la actriz y cantante está presentando su primer disco; un proyecto en el que invirtió todos sus ahorros y, a través del cual, pudo sanar parte de su pasado. “Es increíble, todavía no lo puedo dimensionar. Sobre todo, esto de dar el paso de ser productora, de decir: ‘me arriesgo’ porque es un poco eso. Pero creo que lo más importante es siempre dar el primer paso y después que los años mismos del trabajo den sus frutos (…) Yo sabía que quería contar cosas personales mías. El disco para mí es un camino”, reflexiona entusiasmada con el resultado.
-¿Cómo nació la idea de sacar este disco en el que invertiste tus ahorros?
-La idea del disco surgió el año pasado, en marzo de 2023. Estaba volviendo de mis vacaciones y tenía un cuadernito lleno de letras y melodías en las notas de voz del celu y le dije a un gran amigo, que es mi productor musical Marcelo Núñez, que tenía ganas de empezar con este proyecto. Empecé a componer, a cerrar las letras, a cerrar las canciones, a producirlas, y ver también qué quería contar; eso era clave. Yo sabía que quería contar cosas personales mías que me habían pasado. Ayudar mucho con las reflexiones o con toda la cuestión de los miedos, de la ansiedad que sé que le pasa a la gente. Entonces hubo una búsqueda de decir: “bueno, vamos por el autocuidado de la persona”. El disco para mí es un camino. Es dar ese primer paso, es un descubrimiento, es una transformación.
-La portada es una mariposa y veo que tenés una mariposa tatuada. ¿Qué significan en tu vida y qué querés reflejar con eso?
-La mariposa ya la tenía hace un par de años; me encantan. Viste que dicen que viven un solo día entonces tienen como esa cosita de vivir ese día y disfrutarlo. También, esta cuestión de que pasan de ese gusanito encerrado a ser mariposa; una transformación. Como te decía, este es un disco de transformación para mí, no solo a nivel personal sino también porque las canciones me llevan de estar bajón o triste y no saber bien para dónde ir a sentirme más segura conmigo. Y si uno está más seguro con uno, creo que tiene más herramientas para vivir, para compartir con otros. Las alas de la portada (una es negra y la otra es multicolor) tienen que ver con la oscuridad, los miedos y esas cosas más incómodas del ser humano. Y el multicolor con todo este universo que se abre cuando empezás a caminar. Todo eso que tenés por delante y que capaz a veces no podés ver porque estás en la oscuridad. Entonces quería tener como todo el matiz de la vida.
-Te conozco desde hace muchísimos años y sé que hubo un llamado a tu papá cuando tenías 22 años que fue como un pedido de ayuda... ¿Ese llamado fue clave para cambiar y para gestar este disco?
-Puede ser... es como que en las canciones del disco hay muchas Lauras, hay Lauras más chiquitas de cuando estaba empezando a dar mis primeros pasos en la actuación, que era todo un universo que no conocía y era chica. Hay una mezcla de todo. Pero yendo a tu pregunta, cuando tenía 22 o 23 años venía cargando una mochila re pesada de todo mi pasado laboral, de ser una niña trabajando en un ambiente para adultos y de muchas exigencias que yo misma me estaba poniendo y que, sin querer, el ambiente también. Así que sí, fue un momento en el que levanté el teléfono porque me estaba sintiendo físicamente mal (ya venía mal, pero viste cuando la piloteás y querés tapar, tapar). Pero un día me sentí muy mal física y emocionalmente y llamé a mi papá y le pedí que me venga a buscar a mi casa, en donde vivía en ese momento. Y ahí empecé un camino de terapia, de médicos y de psiquiatras porque estaba totalmente desbalanceada mi cabeza también.
-¿Estabas también con una depresión?
-Estaba con una depresión y con ansiedad; a veces van de la mano las dos cosas. Lógicamente, había una depresión muy grande que la estaba re tapando. Yo siempre estuve muy enojada con las cosas que me pasaron en el pasado y que después te das cuenta que es parte de la vida de un niño de haber trabajado en un lugar que no estaba preparado y que no tenés las herramientas, aunque tengas una familia que te acompañe como en mi caso. Fue una sumatoria de todos esos años, de haber llevado una vida diferente a la que lleva un niño o la que debería llevar un niño mezclado con esta cuestión de que siempre me decían: “qué madura que sos” y no, la verdad que por dentro no era madura, aunque siempre mostré lo contrario por fuera. Entonces esa estructura, ese personaje que sin querer me armé para sobrevivir y para poder llevar un poco esa vida, se me desmoronó y apareció una Laura totalmente vulnerable, que no conocía, que no sabía quién era, que no tenía una personalidad marcada, que no podía tomar decisiones. Decía que no porque era más asustadiza, más miedosa. Por eso mi disco se postergó años. La realidad que tenía mucho miedo por eso no me decidía y ahora, que pasaron los años, que hice terapia, que trabajé en mí, me di cuenta que tenía mucho para contar y que la música es lo que más me gusta.
-¿Hoy cómo estás?
-Bien. A mí me gusta decir que “estoy” porque siento que si estoy mal, lo voy a pilotear igual. O sea, no podemos estar siempre bien. Creo que la tele siempre me marcó mucho esta cuestión de estar siempre muy sonriente, muy predispuesta y hay veces que no tenés energía. Eso a nivel personal me ha afectado entonces ahora me gusta convivir con todas las emociones; antes no me lo permitía. Antes me pasaba que apenas estaba mal, ya me tiraba abajo, ya me sentía menos, ya no sentía que estaba rindiendo al 100%; que fue siempre una exigencia que tuve desde chica.
-¿Qué pasa cuando uno está resolviendo sus propios temas, pero además todo el tiempo te piden ayuda?
-Sabés que el otro día empecé a ver las casillas de los mensajes que te llegan en las redes y tenía testamentos de gente que me cuenta sus experiencias; experiencias súper difíciles y complejas. Yo puedo aconsejar hasta ahí o acompañarlos a través de las canciones, que me parece re valioso. Pero siento que es muy delicado. Para mucha gente está muy mal visto esto de ir al médico y tomar una medicación. Yo, en ese momento, lo tuve que hacer y fue de gran ayuda. Hoy en día no estoy tomando nada ni tampoco estoy haciendo terapia (hice muchos años de mi vida), pero me parece que es importante hablarlo para desestigmatizar el tema. Saber que siempre podemos contar con ayuda o hablar con alguien es clave.
-Hace un ratito me hablabas de las mochilas y los enojos. ¿Con qué estabas tan enojada?
-En el momento de Patito Feo había una parte que a mí me gustaba: cantar, bailar, actuar. La pasaba bien, iba a los teatros, compartía con la gente y era muy divertido. Pero después, había toda otra parte donde tenía más ganas de estar en mi casa, de compartir con mis amigas. Había una parte de bullying hacia mi persona también. Me pasó mucho de ir por la calle y recibir agresión por parte de grupos de chicos, de adolescentes.
-¿Qué te decían?
-Me gritaban fea, que era horrible; como corroborando realmente que era horrible. Mi personalidad se fue a un pocito y cada vez me sentía menos merecedora de la persona que era. Ahora si me pasa obviamente son otras las herramientas pero, en ese momento, era muy chica. No recibí agresión física como a veces pasa con el bullying, pero sí fue una agresión más psicológica. Y eso me tiró para abajo.
-¿Lo trabajabas?
-No, capaz mis momentos para dispersarme más y pensar en otras cosas eran los fines de semana que no grabábamos y mis papás agarraban el auto y nos íbamos a algún pueblo o a hacer camping a algún lado, donde no había gente.
-¿Tampoco lo hablabas con tus viejos?
-No, no tanto. Me costaba mucho exteriorizar. Es como que con mis viejos siempre quise ser la “chica diez”, ser el ejemplo. En mi cabeza pensaba que no quería decepcionarlos. La culpa es terrible. Cuando sos muy autoexigente, no querés echarle al otro en la cara lo que te está pasando. De hecho, mi mamá me recuerda con una sonrisa de chica. Después, más de adolescente, empezó a salir a la luz un poco lo que había vivido porque no sentía la presión de mantenerme firme.
-¿Pero no lo hablabas? Porque doy fe que tu papá y tu mamá fueron dos personas que te acompañaron en cada minuto de tu vida...
-Viste que se habla mucho de por qué uno espera tanto tiempo para contar lo que le pasa y es porque es todo un proceso y cuando sos chico no podés a veces. Esta cuestión de no querer defraudar es un montón.
-Lo difícil que habrá sido después hablarlo con ellos de más grande, ¿no?
-Sí, obvio. Hasta el día de hoy lo es porque siento que no es una charla para tener en un solo día. Si bien he tenido una charla con ellos y les he pedido perdón también por si me enojé o eché culpas, sigue surgiendo esto de: “Che, sabés que en tal momento, en tal fecha o en tal gira me sentía re mal” y cuento esas anécdotas y es sanador esto de poder hablar de par a par; no es lo mismo siendo niña. No me arrepiento tampoco ni de la vida que llevé, ni de las cosas que hice, ni cómo fui.
-¿Cuántos años fueron?
-Desde mis 13 hasta mis 16, 17 porque después del programa seguí con giras acá y en Europa. Hasta que en un momento tomé la decisión de decir: “basta, no me pongo más las trenzas” (risas).
-¿Cómo fue la despedida?
-El último día fue una locura. Estaba haciendo un show en Grecia porque estábamos de gira. Ya se terminaban las fechas y obviamente, ellos querían seguir para las vacaciones de verano o de invierno. En ese momento hablé con mis papás y les dije: “No quiero saber más nada. Hasta acá llegué con el personaje. Quiero hacer otra cosa”.
-¿Te quedó algún amigo del elenco de Patito?
-No tengo amistades del ambiente. En su momento, era muy amiga de Eva De Dominici porque somos muy cercanas de edad, pero después la vida nos separó. No por nada personal, sino que no nos vimos más. Sí cuando hago teatro hago lindos vínculos, pero me cuesta mucho hacer amigos. Soy muy taurina, cerrada, me cuesta abrirme.
-¿Qué pasó después de Patito?
-Bueno, después vino una etapa difícil porque hasta mis 22, 23 (que fue mi quiebre fuerte) fueron mis ataques de pánico. Me acuerdo que haciendo Los locos Adams en teatro fueron los más fuertes y potentes. Era estar en mi casa y no querer ir, y no comunicarlo tampoco. Era ir igual y bancármela; no sé como hice. Decía: “yo lo voy a poder superar”, iba con esa actitud. No sé si eso también me ayudó a hoy en día tener esta herramienta de ir para adelante. Tener esa fuerza interior a pesar de las dificultades y saber que lo vas a poder superar.
-¿Y qué pasaba cuando volvías a tu casa?
-Volvía a mi casa y todo era felicidad. Sabía que lo había logrado y pensaba: “bueno, mañana va a ser más fácil”. Al otro día sentía lo mismo; era como muy repetitivo.
-¿En el teatro tampoco lo contabas?
-Nooo, jamás. Nadie lo sabía. Yo decía: “esto no me puede estar pasando a mí, no puede ser que me sienta así”. Uno se empieza a cuestionar sí es merecedora de esto, empieza como a tirarse un montón de palabras y frases. Después hice Tu cara me suena. La primera temporada fue a la par de Los locos Adams y ahí no existía el ataque de pánico. Ahí me divertía mucho, la pasaba bomba. Para mí porque no era la estructura del teatro, donde tenía que hacer siempre lo mismo. Después al tiempo grabé una tira también para Polka que se llamaba Divina está en tu corazón y ahí la empecé a pasar mal de nuevo porque eran muchas horas de trabajo. Yo era justo la protagonista y ya era mayor entonces eran más horas de trabajo. Además, era la primera vez sin tener tanto a mis papás al lado cuidándome, ya estaba sola. Entonces se juntaron muchas cosas: primera vez sin mis viejos acompañándome, la exigencia, más los años que venía haciéndolo y al tiempo fue que dije: “basta, no puedo más con esto”.
- ¿Y ahí apareció la música?
-Sí, primero llegó a mi vida Facu (Cedeira), que es mi pareja, y es lo más.
-¿Hace cuánto que están?
-Siete años ya. Para mí es todo. Es familia, es amigo, es pareja, es novio. Me conoció en el momento en el que yo estaba justo tomando medicación. Faltaban unos meses para terminar entonces yo estaba mejor. Me había mudado, había adoptado a mi perrita Luna; era otra situación. Estaba como reinventándome en muchos sentidos. Estábamos los dos medios rotos.
-¿Dónde lo conociste?
-En un bar. Yo estaba con mis amigas, él se estaba por ir y nos quería dejar su mesa. Y después por Instagram. Yo subí una foto con mis amigas y como las vio etiquetadas primero les escribió a ellas preguntándoles por mí. Después me escribió a mí y empezamos a chatear. La primera salida fue a ese mismo bar y después siguió una seguidilla de salidas a merendar, a cenar como si fuéramos dos señores; literalmente un matrimonio de 50 años de casados (risas). Y ahí dije: “esto es lo que quiero para mi vida”. Nos gusta mucho acompañarnos, somos muy familieros y siento que me dio las alas para realmente encontrarme y ser quien soy hoy, ser quien siempre quise ser. Es una persona que llegó justo (se emociona).
-¿Qué te emociona?
-Que para mí es como un ángel, un ángel guardián que llegó y que no imaginé que me iba a pasar en la vida. Y me dio esa dosis de bondad. Es muy bueno, tiene una capacidad enorme para ayudar al resto. Él a veces se deja para ayudar a los demás. Me salvó y me ayudó en mis momentos más difíciles. Creo que eso nunca se lo voy a poder devolver.
-¿Desde cuándo viven juntos?
-Nos conocimos en octubre y se empezó a quedar en casa en febrero del otro año, así que te diría que a los cuatro meses de conocernos.
-¿Tenés proyectos de ser mamá?
-Nos gustaría mucho. Si la vida lo permite, si todo sale bien, nos gustaría. Ahora yo estoy con todo esto de la música, él también está con su profesión, pero obviamente en el corto plazo nos gustaría. Nos gusta la familia. Queremos los domingos en casa y el asadito con los chicos corriendo por el patio (risa).
-Después de tantas cosas que venías haciendo, ¿qué pasa cuando el teléfono no suena?
-Soy consciente de que hubo momentos donde costó que el teléfono sonara y obviamente eso te tira abajo porque, de repente, pasás de tener un éxito a no ser nadie. Era chica y yo lo vivía de esa manera. Era un garrón sentir que no había oportunidades. Pero desde que empecé a producir mi disco me di cuenta que uno es capaz de hacer lo que quiere, incluso si no tenés plata y no podes invertir porque siempre podés encontrar la persona con la cual asociarte. Siento que cuando ya hacés tu proyecto no te puede parar nada. La gente que te quiera escuchar porque le hace bien tu música, te va a elegir. Yo no apunto a nada enorme. Apunto a ser lo más verdadera posible, no quiero más ser un personaje. Lo que quiero hacer con mi proyecto es ser yo al cien por cien.
-En redes sociales te mostrás cada vez más como sos y cuando te tenés que enojar lo hacés como te pasó con las críticas a tu cuerpo...
-Sí, era el backstage de un videoclip donde estaba bailando y la gente entró a comentar cosas súper negativas de mi cuerpo, de mi ropa, de mis botas… que si me quedaba bien, que si me quedaban mal o de mi peso. En su momento, no le había dado bola. Esperé que pase el tiempo y una mañana me levanté y dije: “quiero hacer una reflexión”. Y bueno, el video surgió para responder un poco los comentarios negativos, pero desde un lado de no tener que rendirle cuentas a nadie ni explicar nada, ni quejarme, ni enojarme con el otro. Fue más un “cómo te explico que a mí las botas que vos me estás criticando, me gustan”, pero no pensé que iba a tener la repercusión que tuvo.
-¿Te gustan las redes sociales?
-Me gustan, pero hago un uso lo más real posible. No me gusta mostrarme de otra manera.
-Cuando mirás para atrás el camino recorrido, ¿valió la pena?
-Sí, obvio. ¡Re valió la pena! Yo estoy re feliz con la vida que tengo, con la vida que tuve, con la familia que tengo. Estoy muy agradecida. Yo quiero que cada día sea espectacular, tengo como siempre esa expectativa. Porque es muy lindo estar vivo y saber que, por más que ayer te haya pasado algo o no te haya ido bien o te hayas sentido mal, siempre tenés la oportunidad de volver a empezar. Al otro día resetearte y volver. Y si no, parar y descansar. Siempre podés tomar decisiones.
-Cuando hablás de esto te emocionás, me parece que te felicitás a vos misma por hasta dónde llegaste...
-Puede ser. A mí hablar de estas cosas siempre me costó mucho porque las guardé. Siempre tengo como pudor, pero cada vez me suelto más. Así que sí, me emociona porque es un desafío para mí también el hablar cada vez más.
-Volvamos a la música, ¿dónde podemos escuchar tu disco?
-Lo pueden escuchar en todas las plataformas digitales. Hay un montón de videoclips en mi canal de YouTube también. Tuve mi primera Trastienda el 19 de septiembre y estuvo re lindo. Ahora estamos planificando con el equipo hacer más fechas acá y también queremos ir a otros países porque con lo que fue la tira de Patito hay un montón de gente que tiene ganas de que podamos ir con el show, así que estamos armando algo de eso. Lo lindo es que ahora hay un material muy propio que me identifica mucho.
-¿Qué tema describe mejor tu presente?
-Un tema de mi disco que ahora me está describiendo es “Vuelvo a nacer”, que justo es el primer tema del álbum. Si bien “Girasol” es mi preferido, este habla justamente de la nena que fui y de cómo yo me sentía con algunas cosas. Y sobre todo, de volver a empezar.
Más notas de Laura Esquivel
Más leídas de Personajes
"Más nos fortalecemos". Yuyito Gonzalez desmintió una crisis con Javier Milei y reveló detalles del festejo de su primer año como presidente
Rodolfo Barili. El "privilegio" que le dio Telefe Noticias, la clase de sexo de su madre y el vínculo de su ex con su actual esposa
"Los hombres no son príncipes". Araceli González: un romance casi adolescente, un divorcio escandaloso y el gran sueño cumplido
“El medio casi en su totalidad te detesta”. La filosa respuesta de Lussich y Pallares, tras los dichos de Flor de la V