Mercedes y Victoria Carreras: cómo un discurso de Antonio Banderas las llevó a indagar sobre la vida de las mujeres que marcaron su linaje artístico
Las actrices presentan Hijas de la comedia, un film documental en el que indagan en la historia de las artistas femeninas que han atravesado su árbol genealógico a lo largo de los siglos
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En una búsqueda personal por recuperar la historia de las actrices en su árbol genealógico, Victoria Carreras inició un viaje físico y emocional para reencontrarse con la voz silenciada de las artistas de su familia. Así, en 2017 comenzó a proyectar el documental Las hijas de la comedia, el segundo de una trilogía de documentales autobiográficos que inicio con Merello x Carreras en 2015, y que espera culminar con Amor y Cine dentro de unos pocos años, en el que tiene previsto recorrer la vida de su madre y su padre, Mercedes y Enrique Carreras.
Pero ahora es tiempo de Las hijas de la comedia, que este 4 de mayo se estrenó en la apertura del Festival 2022 La Mujer y el Cine, en el Cultural San Martín. Según recuerda la realizadora, fue en un acto de la Academia de Cine escuchó por primera vez nombrar a su tatarabuela Matilde Díez de la boca de Antonio Banderas, mientras recibía un premio de sus manos y compartía con el público que él mismo vivía en la calle que llevaba el nombre de su ancestra. No solo la mencionó como un dato histórico, sino que además aprovechó la ocasión para honrar y recordar a Matilde como una de las máximas figuras del teatro español.
Siglos de talento
“Así descubrí yo por primera vez que mi ancestra era un referente del teatro español. Cuando se lo comento a mi madre, quien conocía la historia, se entusiasmó con sumarse a la investigación en la que tenía previsto embarcarme: juntas logramos descubrir que hace 300 años las mujeres de mi familia somos actrices y que nos pasamos el oficio de unas a otras en forma consecutiva. Además, descubrimos que todas nos llamamos María excepto una, Matilde Díez, la actriz favorita de la reina Isabel II, considerada como la perla del romanticismo español”, desliza Victoria, en diálogo con LA NACION.
Lograron acceder a información que data de cuando Napoleón entraba a las cortes de España. Su “chosna”, dice Victoria, fundó el primer Sindicato de artistas españoles de ese momento, y fue la misma que por su enorme trascendencia en la historia del teatro hispanoamericano, hoy tiene calles con su nombre en Madrid y Barcelona. “El recorrido por mi genealogía implicó varios años de investigación al lado de mi madre, quien resultó ser también una gran investigadora”, asegura Victoria.
Mercedes, por su parte, dice haber asumido este trabajo “como colaboradora”, y aprovecha a resaltar con orgullo que “la idea de la película y el desarrollo del nudo argumental” es todo mérito de su hija.
El compañero de toda su vida, Enrique Carreras, gran cineasta argentino recordado por sus más de 90 películas, conocía muy bien la historia de su familia. Mercedes lo detalla: “Siempre escuchaba relatos de sus antepasados; su madre solía contar acerca de todas esas actrices españolas que fueron muy famosas y que, con el tiempo vinieron a América para crear una especie de cordón de teatro en Latinoamérica hasta llegar a la Argentina. Así que, cuando Victoria inició este proyecto, me sentí muy feliz de poder ayudarla a través de la recopilación de relatos que yo misma había recibido en vivo, además de sumar información a través de libros e internet”.
Mercedes también ayudó a concretar un viaje a España para que Victoria pudiera hacer el recorrido por cada sitio investigado con cámara en mano. Así tomó imágenes de Cádiz, de la biblioteca del Instituto del teatro de Barcelona, del Palacio Real de Madrid, del teatro español de Madrid, del gran Teatro Falla de Cádiz, entre otros tantos sitios visitados y documentados.
-En esta tarea de investigación que han llevado adelante, ¿qué hallazgos significativos se podrían destacar?
Victoria Carreras: -El más significativo de todos, sin dudas, fue el concepto “hijas de la comedia”. Fue especialmente revelador, ya que es un término que se acuña en España en el 1600 debido a una ley que se impartió en materia teatral y que ordenaba que las mujeres no podían subirse al escenario salvo que estuvieran acompañadas por el marido o el padre. Es decir, para que una mujer pudiera ser actriz debía estar acompañada por un varón que garantizara su moral. Ahí me di cuenta definitivamente del precio que debimos pagar las mujeres para poder subirnos a un escenario. Como decía el texto de Aída Bortnik, no se puede libre en el escenario y esclavo abajo. Las mujeres desde hace siglos que recorremos un intenso camino para liberarnos del patriarcado, y como podemos corroborar en el caso de las actrices, fue realmente muy duro. El concepto fue tan determinante para mí que incluso llevó a darle el título al documental.
Por otro lado, Victoria dice que el documental también está cruzado por un profundo trabajo personal practicado en constelaciones familiares, impulsado por inquietudes en el plano de lo laboral. Como un espiral llega al mismo destino: el vínculo con su linaje femenino. Descubrió entonces que existían ciclos que se repetían e historias ocultas que seguían teniendo efecto en el presente. El documental es, sin lugar a dudas, una invitación a indagar en la genealogía personal con el potencial de sanar algo del pasado, del presente y a las generaciones venideras.
-Luego de compartir este documental, ¿qué sienten haber aprendido una de la otra? O dicho de otro modo, ¿en qué se sienten enriquecidas luego de haber trabajado juntas?
Mercedes Carreras: -Por mi parte sentí profunda emoción y alegría, y un respeto total hacia la dirección e idea de Victoria. Intenté entregarme todo lo que pude para las “hijas de la comedia”, y espero haberlo logrado. Creo que aporté mi interés genuino y muchas horas de investigación. Verla trabajar a mi hija reafirma algo que sabía, y es que tiene un fantástico camino como actriz y realizadora por delante. Si yo puedo acompañarla como actriz y como madre, ahí estaré siempre para ella. Por otro lado, es un gran orgullo que este documental se estrene en la Semana de la Mujer y el Cine, un espacio de tiempo dedicado exclusivamente a reconocer el valor y el talento de las mujeres en la pantalla grande.
VC: -De mi madre me sigo sorprendiendo con su capacidad de autogestión, ella lo comenta en términos de ayuda y yo lo capitalizo en términos de que es una gestora cultural y que me ha enseñado mucho de lo que yo sé de autogestión. Es una gran investigadora, escritora, productora, aunque son facetas que quizás el gran público desconoce. Ella es demasiado humilde a la hora de comentarlo, pero es así como lo viví y compartí con ella. Eso fue lo que más agradezco. Sin su colaboración este documental no hubiera podido ser viable: por su memoria, por la tradición oral que ella pudo transmitir, por su aporte económico y por sus ganas de dejarse interpelar por una película atravesada por los feminismos.
-Luego de reconocer ese “precio” que como mujeres tuvieron que pagar para subir a un escenario, ¿qué cambios experimentaron como actrices al conocer la historia de su linaje? Y, por otro lado, ¿qué lugar consideran ocuparon (y ocupan) los feminismos en la transformación histórica del rol de las actrices en el mundo del teatro hispanoamericano?
VC: -Este documental me permitió acceder a otro nivel de consciencia de género. A otro sentido de hermandad, respeto y reconocimiento con todas las mujeres y, en especial, con todas aquellas que me precedieron, desde mi madre a las actrices de comedia de los corrales de López de Vega. En cuanto los feminismos, creo que hicieron una gran tarea para que las mujeres en el mundo del arte y la actuación, sean valoradas por sus capacidades y talentos, y ayudaron también para que dejen de ser calificadas como meros elementos decorativos, como se las calificaba hasta hace no mucho.
Victoria recordó que las críticas hacia sus antepasadas siempre se referían exclusivamente a sus cualidades de belleza, y que durante siglos se las valoró únicamente bajo parámetros estéticos, sin tomar en cuenta sus talentos o dotes actorales. Es en ese punto que destaca que “los feminismos hicieron una gran tarea de revalorización: las mujeres dejaron de ser elementos decorativos para empezar a ser valoradas por su dimensión artística, al mismo tiempo que se las comenzó a valorar por su aporte económico en tanto que fueron trabajadoras que generaban un valor económico”.
MC: -Me considero una mujer de cine, dado que mi carrera empezó en 1958 y desde entonces sigo trabajando en set de filmaciones, y puedo decir que uno de los mayores orgullos vividos en este rodaje fue el hecho de trabajar íntegramente con equipo profesionales de mujeres; eso es algo que ha logrado el feminismo. Cuando yo inicié mi carrera actoral, en los sets de filmación eran todos hombres. Por eso, ahora me siento llena de gratitud y emoción por estar pudiendo vivir algo que nos merecíamos hace tiempo: que las mujeres hayan llegado a ocupar el lugar que se merecían ocupar en el cine. Además, me llena de orgullo ver a mi hija dirigir acompañada por tantas otras talentosas que hoy sí son valoradas y reconocidas.
-En la sinopsis del documental se menciona que, en la intimidad hogareña mientras se filma, se revelan secretos personales y del oficio. ¿Qué detalles podrían adelantar en este sentido?
VC: -El documental desnuda a las actrices de carne y hueso: a aquellas mujeres que se maquillan, construyen su máscara, se suben al escenario, y a la vez están atravesadas por alegrías, dolores, preocupaciones. Recorre situaciones por las que puede pasar una actriz, como puede ser la falta de trabajo. También se ve el proceso en el que se construye una película y cómo es filmar entre mujeres. Y por supuesto, por haber sido filmada en época de pandemia, también quedó retratado cómo fue filmar en épocas de aislamiento. Por ejemplo, las escenas de las constelaciones tuvieron que ser autofilmadas. También aparecen cosas divertidas que tienen que ver con códigos de actuación y de montaje, o del backstage de cómo se arma una escena entre dos actrices que intentan dejar un testimonio documental pero que a la vez son madre e hija y que pueden hablar mientras se maquillan o tiñen el pelo.
MC: -Me resulto muy interesante compartir esa trastienda de pequeños y grandes secretos. Muchos de los testimonios fueron filmados en tiempo real, en el interior de un camarín o en la preparación de una escena. A su vez, existe un “detrás de escena” de filmación propiamente dicho. Las bromas y dudas también quedaron documentadas y eso le da mucha autenticidad al documental. El espectador no solo se va a entretener con una historia del ayer, sino también con un presente muy fuerte de todas estas mujeres que hemos hecho hijas de la comedia.
-En relación a las constelaciones familiares, decís reconocerte en todas esas mujeres que lucharon por una voz propia y que ahora son “las hijas de la comedia”...
VC: -Totalmente. Dentro de una constelación familiar, cada mujer tiene su espacio y su lugar, aunque durante siglos hayamos sido invisibilizadas. Cada una merece ser reconocida y respetada pero cuando eso no sucede, como pude reconocer en mi historia, algo queda anudado dentro del sistema familiar. Cuando una mujer queda sometida o anulada, se invisibiliza también al resto de las mujeres. Ahí radica la importancia de poner luz en el pasado, para poder verlo, y así darle visibilidad social. Y acá también interviene el rol de los feminismos, una herramienta clave que ayuda a visibilizarnos no solo a las mujeres, sino a todas las personas. Por otro lado, mis antepasadas fueron valientes en varios sentidos, ya que además de ser actrices y luchar por su voz, se aventuraron en el empresariado teatral. Se animaron a ser cabeza de sus propias compañías y a recorrer la América. Eso, quizás nunca estuvo puesto en valor en la verdadera dimensión que tenían. Fueron mujeres capaces de dejar todo, hasta los hijos, para poder llevar adelante su oficio y su empresa.
-Por último, si tuvieran que pensar en un sueño por cumplir juntas, ¿cuál sería?
VC: -Mi sueño ya se está cumpliendo. Me propuse una trilogía y ya estoy a más del 50 por ciento de lograrlo. Espero poder finalizar junto a mi madre en el rodaje de mi próximo documental Amor y Cine, que tratará de la obra que llevaron adelante el binomio artístico de Mercedes y Enrique Carreras, con sus 97 películas y sus más de 30 temporadas en Mar del Plata. Es un sueño enorme, voy de a poco y me tomo mi tiempo... Para mí significa dejar un legado como parte de una de las tantas historias del cine argentino e Iberoamericano del siglo XX.
MC: -Coincido con Vicky. El sueño que acaricio en este momento es el mismo y es enorme. No es fácil filmar, pero creo que vamos a lograr concretar “amor y cine” y en él, reflejar mi vida junto a Enrique en tantas horas de cine, pasión, y proyectos compartidos.
El documental Hijas de la comedia, escrito por Victoria Carreras y Alejandra Marino, puede verse en el cine Gaumont a partir del 19 de mayo.
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