El Pepo dijo que espera "poder abrazar a la familia de los chicos" que murieron en el accidente

La vida del cantante de cumbia Rubén Darío "el Pepo" Castiñeiras cambió por completo meses atrás. El 20 de julio, mientras conducía por la ruta 63 -cerca de la localidad bonaerense de Dolores- la camioneta en la que se encontraba volcó. Como consecuencia, su manager Ignacio Abosaleh y el trompetista Nicolás Carabajal, perdieron la vida en el accidente. Ahora, una movilera de Intrusos lo interceptó en el traslado del penal a una nueva pericia psicológica y el cantante habló tras cuatro meses de silencio.

Su abogado ya había comunicado la situación emocional en la que se encontraba el cantante. "El Pepo está quebrado espiritual, psíquica y físicamente. Está partido y tiene ayuda de sus familiares y amigos porque sino ya se hubiese caído", dijo a la prensa Walter Cormace. En esa oportunidad, el letrado también remarcó que el músico "prestó permanente colaboración desde el primer momento y no intentó fugarse" y señaló que producto del accidente hubo "cuatro víctimas, dos fallecieron y eso no se puede reparar".

Por el episodio, "El Pepo" fue acusado por "doble homicidio culposo agravado y lesiones graves culposas" ya que la pericia de alcoholemia determinó que el cantante tenía 1,02 gramos de alcohol por litro de sangre, que es el doble de lo permitido.

Ahora, pasados cuatro meses del accidente, el referente de la cumbia fue trasladado del penal en el que se encuentra para que le realicen una nueva pericia psicológica. Fue en ese traslado que una movilera de Intrusos lo abordó y consiguió un testimonio del cantante. "Lo único que espero es poder abrazar a la familia de los chicos en algún momento y compartir el dolor que ellos sienten porque yo también siento el dolor por la muerte de mis amigos".