Adolfo Castelo revela la receta de su éxito
"Mirá lo que te digo" se ha erigido en los últimos tiempos en uno de los ciclos radiales de mayor repercusión. El responsable de esta movida, ya asentada en Radio Mitre, de lunes a viernes, de 15 a 18, desde hace dos años, es Adolfo Castelo, periodista, humorista y, por sobre todo, un hombre íntimamente relacionado con los medios (por estos días es noticia por el lanzamiento de la revistaTXT, que lo cuenta como director).
Con la calidez y el espíritu travieso que lo caracterizan, festeja con la audiencia y con todo su equipo los 500 programas consecutivos (comenzó en Del Plata en marzo de 2001), con champagne, sandwichs de miga y torta con velita incluida (para todos), que el propio conductor paga.
Lo que más llama la atención en el estudio es la contraposición entre la adrenalina de los preparativos y la tranquilidad cuando ya están en el aire, y no sólo dentro del estudio de la calle Mansilla, sino también en la consola del operador y en el ámbito en el que trabaja el eficaz equipo de producción liderado por Julieta Dussel y Daniel "Tano" Gentile, que vienen desempeñándose con Castelo desde la época de "El ventilador" y son una suerte de "alter ego" del conductor, a quien entienden con sólo mirarlo.
En "Mirá lo que te digo" secundan a Castelo los periodistas Jorge Halperin, Lorena Maciel, María O´ Donnell, Marcelo Palacios en deportes y Gillespi (el último en incorporarse), un conspicuo staff que muestra a todas luces un fuerte espíritu de grupo.
El resultado más esperado es lógicamente el rating, y en ese sentido tanto Castelo como todo el equipo y las autoridades de Mitre celebran las mediciones de febrero (Ibope) del programa, que se encuentra en un cómodo y creciente segundo puesto, luego de Radio Diez. "El programa rompió con un mito importante: ese que dice que la gente no sigue a un programa de una radio a otra. Hoy la gente también hace zapping radial."
Finalizado el programa, Castelo dialoga con LA NACION y responde con total convicción: ""Mirá lo que te digo" a esta altura es una marca de radio, porque estamos seguros del producto y el resultado no puede ser mejor. Lo vivo como un fenómeno quizá tan irrepetible como lo fueron "La noticia rebelde" y más tarde "El ventilador". Ahora el estímulo es constante y cualquier fantasía se queda corta. Tuvimos un gran nacimiento allá en Del Plata, pero con el cambio todo se redimensionó y quebramos algunos mitos, como por ejemplo ese que decía que los oyentes no se trasladan de una radio a otra, tan falso como que los de FM no escuchan AM. Hoy la realidad es muy distinta y existe el zapping radial, no tan feroz como el televisivo, pero muchos oyentes arman su propia programación o fixture, con ciclos elegidos de una y otra emisora y hasta mezclando las frecuencias".
-¿Podría hablar de una fórmula para haber logrado este lugar de privilegio con la audiencia?
-Tiene que ver con el clima que se va creando y con la labor de producción. Y no porque todo sea un lecho de rosas. A veces nos enfrentamos y cambiamos más que puntos de vista, pero en definitiva la producción arma el programa en función de los que están en el aire, sin perder la esencia nunca. Cuando no estoy, el esquema no se resiente y me alegra que todos hayan comprendido el espíritu del programa y estén en una misma línea: el primero que lo asumió fue Jorge Halperin, un periodista notable que venía de la gráfica, y ahora Gillespi, a quien convoqué esencialmente no para que haga un personaje, sino para que sea él mismo: con su delirio y su talento de músico, y más adelante sumaremos otras cosas. Este es, en síntesis, un programa con información, ironía y también humor. El secreto es que sé mezclar, como lo puede hacer en su trabajo un disc jockey, o un barman. Pero tratando de encontrar el porqué, es bueno destacar que somos tres generaciones trabajando. Halperin y yo, por un lado; Lorena Maciel, Marcelo Palacios y Gillespi por otro, y todo el grupo de producción, que es mucho más joven.
El otro fenómeno del ciclo son los oyentes, fundamentalmente los del interior. La cifra es impresionante: 200.000 o 300.000 personas escuchando y en algunos puntos neurálgicos, como Rosario, Bahía Blanca, Posadas, Córdoba, Mar del Plata, se comportan como propaladoras.
-¿El humor es el factor común del programa?
-Sí, por supuesto, y sé que "El mambo", del que hacemos dos ediciones, es uno de los momentos más celebrados por nosotros y por la audiencia, pero cuando tengo que hacer el comentario político pertinente lo hago, y en esos casos puntuales siento que va la frase dura en el momento justo, y eso es lo que la gente espera. Otra parte del éxito radica en nuestro lenguaje, que le cae bien tanto a la gente mayor como a la joven. Tampoco corremos detrás de la primicia, o la información caliente, pero cuando hay un quilombo grande allí estamos. Con el caso Kosteki-Santillán fuimos los primeros en expresar que el asesino era el comisario. De todas maneras pienso que no es habitual que el pensamiento de la gente esté en la radio, quizá suene vanidoso, pero me siento portavoz de mucho público. Si estuviéramos pendientes de la primicia no saldrían con nosotros Tomás Eloy Martínez, José Saramago, Luis Alberto Spinetta, Eduardo Galeano, o no llamaría de improviso Mario Pergolini, o no vendría al estudio el Pelado Cordera, de Bersuit Vergarabat, que no va a ningún lado.
La competencia a la hora de la siesta
Rating
- Radio Diez: 31,0
- Radio Mitre: 24,8
- Radio Continental: 8,7
Por adentro
Cortina musical: se denomina "La vasca" y está interpretada por Alex Britti; podría definirse como un rock italiano, es muy pegadiza y absolutamente identificatoria.
El mambo: lectura de noticias breves y contundentes a las que Castelo suma su personal corolario. Léase: Donald Rumsfeld dijo que Estados Unidos está más cerca del principio que del fin de la guerra: "No creo que podamos decir lo mismo de la humanidad". Tiene dos frecuencias (a las 15 y a las 17).
La producción: el joven y laborioso equipo está integrado por Carlos Barragán, Mariana Germiniani, Gerardo Delelisi, Laura Inchauspe, Gabriela Acevedo y Diego Roldán (en ediciones).
Operación técnica: Eduardo Bonello es un operador con muchas horas de vuelo en este "metier", que se luce colocando sonidos, voces, cortinas, efectos especiales y ritmos curiosos.
Justo y necesario: Lorena Maciel y Jorge Halperin realizan, además, entre dos y tres notas diarias que se graban previamente, se editan y se ponen al aire con lo justo y necesario.
Mensajes: tres líneas telefónicas registran más de 50 llamadas cada una, lo que implica más de 150 llamadas por hora y alrededor de 500 por día. Más de 300 mails diarios recibe el programa.
El blanco de las críticas: observaciones ácidas y variadas de la realidad, que surgen casi como en catarata y en las que Castelo une en forma y estilo a Pinti y Tato Bores.
La siesta inolvidable: una sección de Jorge Halperin que aglutina en delicado equilibrio la historia y la literatura a través de diferentes y emblemáticos personajes.
Premios y mimos: todos los días se sortean entre la audiencia almuerzos, cenas, estadas en hoteles, libros y otros obsequios.
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