Los quince años de Milenium
Milenium (FM 106.7) es una pequeña gran radio que se distingue por su música melódica y sus mensajes ecuménicos. Santiago Pont Lezica, su creador y director, explica su éxito y reflexiona sobre la actualidad del medio radial
-Ya pasaron quince años desde que comenzaste con esta FM, es hora del balance...
-Sí, hubo una primera etapa, en la que Milenium se hizo lugar como una radio diferente, se convirtió en una de las FM más escuchadas y hasta recibió premios internacionales. Después vino la hecatombe, el problema del país y la pérdida de la frecuencia donde coproducíamos. Pasamos años muy difíciles, hasta que en 2005 el entonces presidente Kirchner nos entregó la licencia. Ahí empezamos de vuelta, de cero; una radio pequeña que trató de hacerse un lugar entre emisoras manejadas por grupos. Tuvimos que aprender dos cosas: a hacer buena radio y a vivir de ella. Con los mismos locutores y productores, pero cambiando la programación porque la original era 80% musical. Y la radio de música sola empezó a estar en crisis por el crecimiento del MP3 y de ese tipo de tecnologías que cambiaron el rol de la radio. También estaba el reto de captar la publicidad para vivir de esto. Es en lo que más trabajé; cuando se inauguró Milenium, yo era un director de radio dedicado exclusivamente a la creatividad y la música. Luego, tuve que aprender a ser un empresario de radio.
-Te habías inspirado en un modelo español...
-Sí, mis años de trabajo en España me marcaron mucho. Sobre todo mi labor en Radio América en Sevilla y como productor de Jesús Quinteros. Desde hace tres o cuatro años, estamos haciendo una radio con mucha coherencia en la programación. Lo bueno de Milenium es que la buena gente que viene no se quiere ir. Y yo sigo creyendo que el oyente de radio es fiel a un comunicador, su radio y el periodista que escucha. Eso lo vimos con el pase de Longobardi a Mitre, cómo la gente siguió o no a su comunicador.
-Pero hay un equilibrio entre música y palabra...
-Sí. La música está muy cuidada: es melódica, no estridente, de las décadas del 70, 80 y 90. Los mensajes y reflexiones son ecuménicos, de historiadores, poetas, filósofos y pensadores argentinos y universales. Los periodistas que se incorporaron han tenido que trabajar en bajar los decibeles, en hablar pausado, en entender cómo eran nuestros oyentes.
-¿Es un trabajo de equipo?
-Se logró un trabajo conjunto en el que todos los periodistas saben dónde están. Y la emisora sabe cuidar a sus periodistas. Ahora pasó la Pascua y seguimos haciendo la Pasión, como siempre. Este año se sintió el crecimiento de la audiencia que tiene que ver con una coherencia y un trabajo serio, por un lado, y con la forma en la que se movió el dial y se armaron el resto de las radios, por el otro. No es que nosotros seamos los mejores, sino que fuimos coherentes. Soy muy cuidadoso. Me gusta invertir, que los estudios estén en condiciones, que los operadores trabajen bien.
-Aquí el conductor y la radio se complementan...
-Todos sentimos la radio como nuestra y nos esforzamos por cuidar desde la música que pasamos hasta cómo hacer para que no se inunde el edificio. Milenium es una pequeña gran radio. Es una de las diez más importantes de Buenos Aires, con segmentos de 34 a 75 años que están entre los cinco más escuchados. Se usa el acuerdo de coproducción, porque siempre traté de evitar el loteo de espacios. Acá los periodistas trabajan con toda la libertad del mundo y, sin ser una radio anti-K, somos muy críticos. Y seguimos apostando a la radio, porque aunque ha perdido un poco su lugar en la torta publicitaria, sigue siendo el medio más importante. Yo a la mañana prendo el cable y veo cómo está la autopista, pero subo al auto y pongo la radio. Y voy con los vidrios bajos para ver qué escucha la gente. Todo el mundo escucha radio. La radio ha crecido mucho, y tiene que crecer más.