
Los héroes del metal graban un álbum en piloto automático
1 minuto de lectura'

Icarus Music, dos estrellas y media
Tiene dos problemas Tormenta eléctrica. Uno, sus letras. "Esto es una fiesta, esto es una banda, no me esperes, nena, hoy no vuelvo a casa", canta Adrián Barilari en "Los chicos quieren rock" con una ingenuidad increíble que atraviesa buena parte del disco. El otro: la comodidad. Rata se apoya en un hard-rock setentoso signado por el mid-tempo, apenas moviéndose para citar a AC/DC ("Rock N’ Roll Hotel"), bordear el rock & roll motoquero de Saxon ("Buscando pelea") o incursionar en el AOR ("Pequeño ángel oscuro"). Walter Giardino dispara solos con la pericia de siempre, pero cualquier voluntad épica queda trunca ante una sensación de piloto automático que lleva al disco a ese terreno incierto en el que todo es correcto pero nada memorable.
Por Diego Mancusi




