Cinco series que empezaron bien y fueron canceladas demasiado pronto
El nuevo gran miedo de los seriéfilos no es comenzar una serie y que resulte mala. Hay algo más decepcionante, frustrante, que nos llena de impotencia: que la serie sea cancelada a mitad de camino. Lo peor es que no hay nada que hacer. Hace un tiempo los fans de Sense8 intentaron imponerse para exigir a Netflix que siguiera emitiendo temporadas, pero no hubo caso. Esta semana se supo que otra apuesta de este 2018 se cancelaba y el fantasma de los finales abruptos volvió a extenderse entre los aficionados a las ficciones vía streaming: Everything sucks!, una comedia de diez episodios de media hora que apuntaba al público millennial no tendrá segunda temporada. La historia prometía: situada en Boring, un pueblo de la ciudad de Oregon, en los Estados Unidos, en 1996, intentaba apelar al negocio de la nostalgia que tantos éxitos le ha dado a la ficción. Pero quizás el error haya sido ese: esperar conmover a los millennials contando una historia de tiempos que no vivieron. Los protagonistas son dos grupos de alumnos de un colegio secundario: unos estudiantes de teatro y otros de audiovisual, todos nerds algo marginados que unirán sus fuerzas para producir juntos una película que los ayude a sobrevivir en los últimos años del colegio. No hubo mucho que pensar... ante los primeros resultados de audiencia, se dio de baja.
Repasamos acá otros casos más emblemáticos de series que no cerraron sus historias.
Carnivàle
Cuando se estrenó, en 2003, marcó un hito: el primer capítulo fue el más visto de la historia de HBO hasta ese momento. Como todo lo que hace ruido, dividió a la audiencia y todavía hay quienes polemizan entre amarla u odiarla. Algo de esas pasiones estaba presente en la trama: la serie hablaba esencialmente de la lucha ancestral entre el bien y el mal. Ambientada en la gran depresión, con personajes extraños, misteriosos y muy atractivos, cosechó premios pero fue perdiendo audiencia. Se optó por cancelarla después de la segunda temporada dejando un tendal de quejas por la cantidad de tramas abiertas sin solución.
Gypsy
Se anunció con mucha pompa: Naomi Watts hacía su regreso a la pantalla chica a cargo de un thriller psicológico que prometía. Pero algo no salió bien y tampoco ayudó el contexto. Netflix estaba surfeando la ola de los megahits, y cancelando sin piedad las series que no causaban el impacto esperado. En esa volteada cayó Gypsy, la historia de una psicóloga que entablaba relaciones muy poco éticas con sus pacientes. Seis semanas después de su debut, se supo que no habría segunda temporada. Fue la cancelación más veloz de la historia de Netflix.
Para Watts, fue una de cal y una de arena: no hacía TV desde 1998, cuando terminó Sleepwalkers y pese al fracaso de Gypsy, sus fans pudieron seguirla en otra serie que se emitió casi en simultáneo: Twin Peaks.
Girlboss
Nació con la idea de llevar a la pantalla chica la historia de la creadora de Nasty Gal, una empresa de e-commerce de moda vintage que llevó a una chica común a ubicarse entre las 400 personas más adineradas del mundo. El guion se basaba en el libro Girlboss que la propia empresaria, Sophia Amoruso, escribió.
Pero al poco tiempo de lanzarse la primera temporada en Netflix, protagonizada por Britt Robinson, se dieron a conocer escándalos que dañaban la reputación de la verdadera Girlboss, escándalos que la revelaban como una especie de Miranda Presley, la malvada jefa de El diablo viste a la moda, de la era digital. La parte más polémica de su vida, entonces, nunca vio la luz.
Alcatraz
100 prisioneros desaparecen misteriosamente de la cárcel de máxima seguridad de Alcatraz. Las autoridades no revelan la verdad y comienza un thriller que busca aprovechar el coletazo de las historias de misterios entre lo sobrenatural y lo científico que dejó el huracán Lost. No era casualidad que detrás de este proyecto estuviera uno de los cerebros de la legendaria serie, J J Abrams, y una de las figuras de ese elenco, el queridísimo Hugo "Hurley" (Jorge García), que en Alcatraz adquirió uno de los roles protagónicos.
Sin embargo, la crítica y el público no acompañaron y poco tiempo después del final de la primera temporada, Fox anunció su cancelación.