Dignidad: una miniserie a medio camino entre la denuncia política y los horrores del pasado
Dignidad (Alemania- Chile / 2020). Guion y dirección: Antonia Zegers, Götz Otto, Marcel Rodríguez, Jennifer Ulrich, Nils Rovira-Munoz. Disponible en: Amazon Prime Video. Nuestra opinión: buena.
Tomando como punto de partida el caso de Colonia Dignidad, la miniserie de Amazon Prime Video narra la lucha de un fiscal por llevar ante la Justicia al hombre que dirigió ese centro de torturas y abusos. Dirigida por Julio Jorquera, esa ficción realizada en Chile se anima a retratar el horror de ese lugar, enmarcando la acción en una densa trama de suspenso.
Durante los años del nazismo, el alemán Paul Schäfer formó parte de las juventudes hitlerianas, y llegó a ser ascendido a cabo. Hacia finales de los cincuenta dirigió hogares para niños, pero fue denunciado por abuso sexual a menores y huyó hacia Chile. Instalado en el país trasandino, se las ingenió para montar en 1961 la imponente Colonia Dignidad, ubicada a lo largo de diez mil hectáreas. En la superficie, ese centro tenía el aval de los vecinos de la zona, que llevaban a sus hijos al hospital que funcionaba allí, donde se les brindaba atención gratuita. Debido a eso, muchas personas veían en Schäfer una persona de bien, un hombre que había llevado prosperidad a un lugar olvidado. Pero la realidad que se tejía en esa comunidad era mucho más oscura
La dictadura de Pinochet le permitió a Schäfer entablar un vínculo con el poder en el que su comunidad se convirtió en un centro clandestino de torturas y tráfico armas. Por otra parte, el abuso sexual era moneda habitual para los chicos que sufrían el terrible destino de crecer en ese lugar. Schäfer adoptaba niños de manera legal, ejerciendo todo tipo de presiones a familias humildes que soñaban para ellos un futuro mejor. Con la eventual caída del régimen pinochetista, el nazi perdió la red que lo protegía. De ese modo, en 1997, gracias al testimonio de 26 víctimas de violación, Schäfer fue formalmente acusado de abuso de menores. El hombre se dio a la fuga y en 2005 fue capturado en Buenos Aires, extraditado a Chile y condenado a prisión. Finalmente, en 2010 murió por una insuficiencia cardíaca. Con su fallecimiento quedó atrás uno de los episodios más nefastos de la historia chilena, a medida que innumerables investigaciones daban a conocer la galería de horrores que se vivieron allí.
Jorquera investigó la vida de Schäfer y la utilizó para contar la historia de un fiscal que hace lo indecible por llevar a ese hombre a la Justicia, aun cuando un sector de la opinión pública, los medios y figuras políticas elegían defender al criminal alemán hasta sus últimas consecuencias.
Filmar el horror
Sumergirse en la pesadilla que significa Colonia Dignidad (o la de un centro de torturas) es un desafío gigante. No es sencillo filmar el horror de ese proceso que despoja a un individuo de sus rasgos humanos y lo convierte en objeto de placer para sus torturadores. Y tomar distancia de los monstruos, puede ser la única forma de observarlos. De lejos, Steven Spielberg filmaba en La lista de Schindler a Goeth (Ralph Fiennes) en el balcón con el rifle en la mano, mientras mataba de modo arbitrario. Cuando acercaba la cámara, era para revelar la peor cara de ese asesino al que Schindler (Liam Neeson) intentaba descifrar con el fin de salvar todas las vidas posibles. Y en Dignidad, Jorquera también ensaya cuál es la forma adecuada de acercarse a otro monstruo como Schäfer (Götz Otto) y al terror del que fue responsable.
El director se vale de una trama enfocada en un thriller para evidenciar varias cosas, como la complicidad política que existió alrededor de Colonia Dignidad, el apoyo de gran parte de la sociedad y las dificultades que encontró el sistema legal chileno cuando, aún bajo el paraguas de la democracia, sentía los topetazos de la sombra pinochetista. Esos son los desafíos que debe enfrentar el protagonista de la serie, el fiscal Leo Ramírez (Marcel Rodríguez), cuando recibe la tarea de juzgar a Schäfer en 1997. Ramírez carga con una infancia vinculada a la Colonia, y por eso sabe que las denuncias son ciertas. A lo largo del desempeño de su investigación, el personaje se reencontrará con fragmentos de su pasado, mientras lidia con amenazas por parte de sectores afines a Schäfer. De ese modo, la pregunta que recae sobre Dignidad tiene que ver con cuál es el objetivo de Jorquera con su historia, si se trata de mostrar las atrocidades que sucedían en ese lugar o denunciar que justamente lo que sucedió allí fue solo posible gracias a las influencias políticas y el "mirar al costado" de parte de la sociedad chilena.
Hay un límite muy tenue entre el espectáculo morboso como vehículo para la denuncia. La fórmula no es matemática, y mostrar en exceso una ejecución o una tortura (más cuando las víctimas son niños), es una decisión que puede jugar en contra. Y en ese punto es en el que Dignidad muestra algunas de sus debilidades.
La ficción retrata el horror de campamento, y enfrenta al público a la rutina de ese lugar. Pero laoexplícito de sus imágenes causa un impacto tan profundo, que deja a la trama política indefectiblemente relegada. Por ese motivo, Dignidad puede que sea recordada más por sus escenas de tortura que por su denuncia social, y eso resulta en que la serie funcione a medias. Como hacía Spielberg con Goeth, al infierno resulta más prudente mirarlo de lejos, porque irónicamente, solo a la distancia se puede dimensionar un horror al que no conviene acercarse demasiado.
Dignidad se encuentra disponible en Amazon Prime Video