Padres e hijos regresa este fin de semana a LN+. Estas "historias extraordinarias" de vínculos paterno-filiales, tal como lo define su creador, Damián Kirzner, tuvieron su origen en la señal televisiva de LA NACION y al concluir la primera temporada siguió su recorrido televisivo en la TV Pública. Ahora, ese segundo ciclo de 13 emisiones tendrá su estreno en cable desde la pantalla de LN+ a partir de este domingo, a las 20, con varias repeticiones durante la semana. Con el mismo espíritu y el mismo narrador, el actor Peto Menahem, pero con la novedad de que en este segundo año también hay relatos protagonizados por madres e hijas. "Y quizás en el futuro nos encontremos con historias de hermanos y hermanas o de amigos", sugiere Kirzner, que ya trabaja junto con su equipo en la preproducción de la tercera temporada.
El vínculo de sangre es uno de los disparadores del ciclo. El otro pasa por todo lo que aparece de extraordinario en esa relación, que en cada emisión se reparte entre una familia de famosos y otra de personas completamente desconocidas. Cuentan Kirzner y Menahem que en cada una de ellas puede haber desencuentros, acercamientos, situaciones límite, pérdidas, errores que después cuesta remediar, proyectos compartidos, sueños cumplidos. "Lo que queremos antes que nada es evitar cualquier sentimentalismo. Las historias hablan por sí misma y no hay necesidad de que nos veamos forzados a emocionarnos a través de recursos artificiales. Música incidental y esas cosas. Lo más lindo y estimulante es la reflexión. A veces nos pasó de tener que parar una grabación para llorar, pero no lo buscamos ni lo alentamos. Nunca vas a escuchar en este programa frases al estilo de «esta es una historia conmovedora»", dice Menahem.
Reconocido por su trabajo en comedias como Le prénom y Perfectos desconocidos, Menahem dice que recibió en los últimos años muchas propuestas para conducir o narrar ciclos documentales. Pero solamente le dijo que sí a Padres e hijos. "No es el Peto actor quien aceptó este desafío, sino el escritor. Como estoy escribiendo una novela me interesa muchísimo acceder a este tipo de historias y poder contarlas. Acá no soy Peto, soy Gustavo. Como me aburre mucho hablar de mí, este programa me permite salir a escuchar y a preguntar. Busco la empatía con cada protagonista. Tuve varias veces que dejar de lado orgullos y prejuicios. Para aprender primero hay que escuchar", explica.
El proyecto de Padres e hijos arrancó en 2005 con un piloto que nunca salió al aire y que la productora Fatto in casa (que Kirzner por entonces manejaba junto a Matías Martin) pensó en hacer para Telefé. "Durmió 13 años y cuando se puso en marcha el proyecto de LN+, canal del que fui su primer director artístico, lo puse sobre la mesa. Lo que más me gusta es que este es un programa de factura artesanal, elaborada casi por el mismo equipo que trabajó en aquél piloto. Cada uno de sus integrantes hace su aporte. Por supuesto aquí hay una organización y está muy clara la toma de decisiones, pero el método de trabajo es muy participativo".
En ese sentido destaca el aporte de Javier Corbalán (realizador), Federico Consiglieri (productor general), Santiago Camarda (productor ejecutivo), Manuel García Tornadou (editor), Paula Serra (productora periodística) y Gerardo Pranteda, responsable de la elaboración de los textos que Menahem pone en el aire en la presentación y la descripción de cada historia.
Cada emisión tiene una causa, subraya Kirzner. En una se habla de refugiados, otra se ocupa de la subrogación de vientres, una tercera habla de la facilitdad para adoptar y en una cuarta se aborda el caso de la crianza de hijos problemáticos. También aparecen historias ligadas a situaciones dramáticas de la vida argentina reciente, como las tragedias de Cromagnon y del tren sin frenos que terminó en el hall de la estación de Once, con saldos luctuosos de muchísimas victimas en ambos casos. También se recorre el caso de Justina, la adolescente que propició la ley vigente en la Argentina sobre donación de órganos. "Algunas de las historias son tremendas, pero tratamos de que cada capítulo termine en lo posible con un buen sabor", señala Kirzner.
Menahem, en tanto, se conmueve al recordar el episodio que le tocó compartir con la familia Salas, consagrada a la compleja misión de funcionar como espacio de guarda de chicos en proceso de adopción. "Este matrimonio admirable pasa tiempo con ellos hasta que los chicos encuentran una familia que los recibe. Y a veces se quedan con los chicos en un espacio de cariño y contención inmenso. Son nueve", dice casi con asombro.
Junto a ese caso que muy pocos conocen, la temporada que está por iniciarse en LN+ también incluye una emisión consagrada a Maru Botana. "Queríamos mostrar su capacidad de sobrevivir a la tragedia de perder un hijo y entender desde ella lo que significa al mismo tiempo criar a otros siete". También aparece el caso de Violeta Montenegro, hija de desaparecidos que fue reconstruyendo de a poco su identidad y ahora pone en juego todos esos sentimientos en el vínculo con su hijo. "La identidad es el gran tema y la gran incógnita de este programa. Siempre nos hacemos preguntas y las dejamos abiertas cuando sabemos que las respuestas no van a ser tan interesantes", dice Menahem.
La próxima frontera de Padres e hijos puede ser geográfica. "Soñamos con un futuro en el que este programa pueda tener alguna proyección regional. Nos alegraría mucho llevar adelante un formato que viaje", concluye Kirzner.
Temas
Más leídas de Espectáculos
"Tengo un acta de nacimiento trucha". La incansable búsqueda de Daisy May Queen por dar con el paradero de sus padres biológicos
Luego de 4 meses, se hizo oficial la designación de Mariano Stolkiner como director ejecutivo del INT
Gran Hermano. Bautista obtuvo un polémico benefició tras el llamado del teléfono rojo