XL
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Estos islandeses siempre han tenido una relación cercana con ideas como "pop" y "heavy". Discos ambient que nos han volado la cabeza como ( ), de 2002, con su título brillante, no tienen swing sino que van a la deriva y de repente explotan, pero el efecto puede ser sublime y arrollador. Kveikur tiene estructura y, sorpresa, también coraje como nunca antes. (¡El estribillo vocal de "Isjaki", que titila con percusión atronadora! ¡El bajo distorsionado en "Brennisteinn"! ¡Ese riff opaco en la canción que da título al disco!). Jónsi el cantante y guitarrista, todavía es desconcertantemente obtuso –quizás esté cantando en islandés, quizá son puros inventos–, pero sin teclados a la vista, Sigur Rós deviene la entidad más rockera de todas: el power trío. Prepárense para escuchar el ruido.
Por Joe Gross
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